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El Kurdistán con Cataluña (I-Bakur) [1 de 5]

Des de Rojava Azadî hemos traducido el texto con las reflexiones de unas personas integrantes del Grupo de Reflexión por la Autonomia (GRA) de Cataluña que viajaron a Kurdistán. El texto es muy largo y lo publicaremos en 5 secciones para facilitar su lectura.

Podéis encontrar el texto completo en catalán en la página del Grup de Reflexió per l’Autonomia

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«(…) Como podemos alzar el vuelo hacia el universo de aquello que llamamos «vida libre», basada en la integración de los sentidos, para que la vida vuelva a ser colmada con nuestras utopías y su magia, que son aspectos expulsados y aniquilados en la vida moderna capitalista, bajo la absoluta hegemonía de las estructuras materiales. «

«(…) Los moldes de modernidad capitalista sacan todo el sentido a la vida, son un intento de eludir la muerte, debido a que estos moldes han acabado con todo lo sagrado, llevándonos a una era de constante muerte y día del Juicio final, arrancando a la vida todos sus aspectos mágicos, conmovedores y poéticos. «

Abdullah Öcalan,»Manifiesto por una civilización democrática», Tomo I.

Introducción

El objetivo de este texto es el de contribuir al desarrollo de la vida libre, de la vida autónoma y comunal, para recuperar las prácticas y narrativas que nos ayuden a construir una fuerza revolucionaria capaz de poner fin al sistema injusto e indeseable bajo el que vivimos, dando pie a la creatividad de las formas de vida no sometidas al mismo. Como dicen las compañeras kurdas, la mejor forma de solidaridad con su lucha es construyendo un movimiento revolucionario en Europa, y este texto pretende responder a esta solicitud.

Por ello, basándonos en nuestra experiencia en Cataluña y en el Kurdistán, haremos un análisis de la lucha kurda en la región del Kurdistán llamada Bakur («norte» en kurdo), situada dentro de las fronteras del Estado turco, estudiando sus puntos fuertes y débiles, mediante los que podamos hacer autocrítica de las diferentes iniciativas, proyectos y movimientos que estamos desarrollando.

Creemos que tenemos mucho que aprender de este movimiento y de sus 40 años de historia de praxis revolucionaria, que puede ser realmente útil para dar respuesta a muchas de las carencias y problemáticas que sufrimos en las luchas que desarrollamos, que nos impiden convertirnos en una fuerza capaz de proponer otra forma de vivir y organizarse alternativa al sistema imperante.

Cabe señalar que las reflexiones que en este texto planteamos se han nutrido también de los debates que, desde que volvimos, hemos realizado con numerosas compañeras que trabajan codo a codo con nosotras, y que por tanto proviene de algo más grande que las ideas de dos personas.

Para simplificar el texto, utilizaremos a menudo el término «sistema«. Cuando hablamos de sistema, nos estamos refiriendo a la estructura social hegemónica del mundo en que vivimos, basada en jerarquías y concentración de poder en pocas manos, en acumulación de los recursos productivos en las clases altas y en los países del norte, y en la desposesión y despojo de las clases bajas y los países del sur. Hablamos de que unos pocos deciden por toda la mayoría. Hablamos de un mundo en el que tenemos que dar por asumidas las cosas tal como son, tal como eran desde que nacimos, donde salir de la norma implica rechazo, presión o muerte social. Por sistema nos referimos a sistema capitalista, a sistema de Estados-naciones, a sistema patriarcal, a statu-quo. Por sistema nos referimos también a nosotras mismas, a los valores individualistas y competitivos por los que nos regimos, al sistema que llevamos dentro y que reproducimos en nuestras actitudes, trabajos, prácticas, relaciones, etc.

Contexto: en medio de las cloacas del sistema surge la tercera vía kurda

Oriente Medio. Territorio poblado por árabes, turcos, persas, kurdos, armenios, asirios, judíos, etc., una potente diversidad cultural y religiosa que ha sobrevivido los embates del «progreso». Al mismo tiempo, se trata de un territorio de alto valor geoestratégico por su situación entre Europa, Asia y África, además de contar con las reservas de petróleo más importantes del planeta. En el sistema en que vivimos, basado en el consumo creciente de recursos, así como la competición, expolio y acumulación de los mismos en pocas manos, esta riqueza y valor ha supuesto un continuo ir y venir de guerras. En los últimos años, numerosos conflictos han sido instigados por parte de las potencias lideradas por Estados Unidos por un lado, y por Rusia-China por el otro, en su guerra por el control de la zona y de sus recursos.

A la desgastada población local se le han presentado dos grandes líneas de acción aparentemente contrapuestas, pero que en el fondo acababan suponiendo tanto una como otra la guerra y el sometimiento al sistema que la provoca. Por un lado, la primera opción es acercarse abiertamente a las grandes potencias. Por el otro, alimentadas por el odio a occidente y su colonización, surgen las vías del fundamentalismo. Contrariamente a lo que podría parecer, estas segundas vías también son instigadas desde la pugna por el control de la zona por parte de las grandes potencias (Estados Unidos y Europa, Rusia y China), así como desde el complejo entramado de pugnas de las potencias regionales (Turquía, Arabia Saudí, Irán, Israel…). Cuando una potencia o grupo de potencias ostenta un gran control sobre una zona, las potencias contrarias favorecen el fundamentalismo y los conflictos étnicos para desestabilizarla y abrir posibilidades de más control por su parte. En este juego macabro, el resultado siempre termina siendo la desestabilización de la zona, es decir, la guerra y la barbarie.

Bueno, no siempre. Existe una tercera vía: cuando el pueblo se organiza para autodefenderse del juego macabro de las élites. Y el intento más potente de eso, con diferencia, tiene como epicentro la cultura kurda. Siendo una etnia especialmente comunitaria y dispersa, los kurdos han recibido de todas partes, como minoría étnica en los diferentes Estados donde han quedado confinadas las montañosa tierras donde viven. Al mismo tiempo, sin embargo, han ido desarrollando una profunda cultura de resistencia hacia las estructuras estatales y su represión homogeneizadora, a medida que éstas avanzaban. Esto ha permitido que perviva su cultura fuertemente comunalista, y que de una forma muy amplia tengan claro que el Estado, el Capitalismo y el Patriarcado tienen un origen común, y que estos constituyen un sistema de organización social que aboca al abismo sus comunidades, su cultura y la naturaleza que las acoge.

El eje vertebrador de esta tercera vía en Kurdistan ha sido el PKK (Partiya Kerkeren Kurdistan, Partido de los Trabajadores de Kurdistán) una organización nacida en 1978 con el objetivo de liberar al pueblo kurdo. Sirviéndose de los principios de la clásica teoría marxista-leninista, buscaba conseguirlo a través de la construcción de un Estado Socialista kurdo, pero después de un largo y convulso periodo de formación, la organización se dio cuenta de que sus numerosos problemas internos y externos (luchas intestinas, conflictos armados estancados…) provenían de estar utilizando un paradigma erróneo. En 1993 iniciaron, tras declarar un alto el fuego unilateral, un período de autocrítica, reflexión y formulación de un nuevo paradigma que se ajustara a sus objetivos.

En este periodo, que duró más de diez años, dos voces tuvieron especial importancia dentro del PKK: el movimiento de mujeres, que puso sobre la mesa la importancia del Patriarcado dentro del aparato opresor al que querían hacer frente, y la del presidente del PKK Abdullah Öcalan, que realizó una profunda tarea de análisis de la experiencia revolucionaria hasta entonces, además de una investigación histórica y política. El trabajo realizado cristalizó en la formulación del nuevo paradigma llamado Confederalismo Democrático, donde tuvieron especial influencia las ideas del pensador libertario americano Murray Bookchin.

La idea de Estado-Nación kurdo fue rechazada, pues para ser construido necesitaba la homogeneización de la población, lo que implicaba represión a las minorías, y por tanto comportaba los mismos problemas que buscaban superar. Así, frente a la visión de una sociedad construida de forma centralizada (ya fuera desde el Estado o desde una vanguardia revolucionaria) había que desarrollar un modelo de sociedad descentralizada, autoconstruida, donde cada parte de esta se organizara por sí misma y se uniera a través de una confederación de comunidades. El Confederalismo Democrático se trata, además, de un modelo que va más allá de los intereses de la etnia kurda y que propone una solución de convivencia pacífica para Oriente Medio, promoviendo la construcción de un mundo donde la diversidad sea una riqueza y no un problema.

Nuestra experiencia

Somos dos personas con trayectorias diferentes, pero convicciones semejantes. Descontentas con el modelo de vida que se nos impone, sensibles ante el sufrimiento y las injusticias que esta vida supone en todo el planeta, hemos buscado respuestas y hemos sido influidas por diferentes experiencias, ideas y voces. Destacamos el anarquismo en Cataluña de principios de s. XX, la propuesta de la Democracia Inclusiva, la del Municipalismo Libertario, nuestros experimentos de vida comunitaria y trabajo colectivo para la autonomía. Es así como hemos llegado a dos amplias conclusiones:

– Nuestras crisis internas y sociales tienen como origen estructural el hecho de que unos pocos, pero muy organizados, deciden por todo el resto, privándonos de la posibilidad de responder a la pregunta «cómo queremos vivir la vida» por nosotras mismas.

– En nuestra cotidianidad seguimos reproduciendo inercias de competición, egoísmo individualista, etc. que dificultan poder organizarnos para responder conjuntamente esta pregunta.

Por esto hace unos años que, rehuyendo el derrotismo imperante, intentamos construir, desde el ámbito local pero mirando globalmente, otro modelo de vida, apostando por la creación de autonomías regionales (y comunidades en sentido amplio) en confrontación con el orden establecido. Frente al paradigma de fragmentación promovido por el sistema actual (familia, ocio, trabajo, lucha, naturaleza… cada dimensión de la vida compartimentada, separada del resto), buscamos integrar las diferentes vertientes de la vida y la lucha, poniendo en el centro la idea de comunidad y de autonomía. Así podemos hacer que se retro-alimenten los procesos de liberarnos de las dependencias del sistema y de luchar para cambiarlo. Somos partidarios, además, de rehuir el narcicismo revolucionario que nos hace centrarnos en lo que nos diferencia de los demás en vez de lo que nos une, y por lo tanto buscamos conectarnos entre los diferentes proyectos que luchan en la misma línea.

Esta es la perspectiva que nos ha empujado a ir a Bakur, donde hace años que se desarrolla un movimiento que adopta esta posición radical y que al mismo tiempo ha sabido conectar con una gran mayoría de la población. Esto nos mueve ahora a trasladar las reflexiones que esta experiencia nos ha inspirado. Encontrábamos interesante empezar visitando el movimiento en Bakur en lugar de Rojava porque la situación que allí se vive más similar a la que sufrimos en Cataluña, al tener un Estado omnipresente que trata por todos los medios de impedir que nos podamos organizar. También nos parecía importante porque el PKK y el movimiento de liberación kurda que desarrollan tienen su origen en esta región.

Desde que lo descubrimos nos ha parecido un referente, y hemos decidido viajar allí para aprender directamente y establecer vínculos. Sin embargo, hay que decir que las dificultades que hemos encontrado no han sido pocas: no hemos sabido encontrar muchos puentes a disposición entre los movimientos de Cataluña y los del Kurdistán; muy poca gente sabe inglés y nosotras apenas empezábamos a chapurrear la lengua kurda; hubo un periodo de adaptación a un contexto muy diferente, con un clima de guerra de baja intensidad, etc. A la vez, sin embargo, la enorme hospitalidad kurda y la voluntad de hacer vínculos entre luchas ha jugado a nuestro favor y el viaje ha sido una experiencia muy enriquecedora, de la que hemos sacado mucha inspiración.

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