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El caos de la oposición siria proturca enerva a Erdogan, que precisa un éxito en el frente sirio previo a las elecciones

Al Monitor – Fehim Tastekim – 9 noviembre 2022 – Traducido por Rojava Azadi Madrid

Turquía aumenta la presión sobre sus aliados en Siria.
Turquía está utilizando la marcha de los yihadistas de HTS hacia Afrin para empujar a sus aliados rebeldes en Siria a reorganizarse como una fuerza coherente y disciplinada. Pero, ¿qué ocurrirá después si las facciones no lo consiguen en el plazo previsto de fin de año?

Turquía ha lanzado un nuevo esfuerzo para reorganizar a los rebeldes aliados en el norte de Siria y, al parecer, está utilizando amenazas y ultimátums para disciplinar a las caóticos facciones que han respaldado a las fuerzas turcas en las zonas de las operaciones Rama de Olivo y Escudo del Éufrates en la región de Alepo.

Al parecer, Turquía está utilizando a Hayat Tahrir al-Sham (HTS) -el grupo yihadista que controla la provincia noroccidental de Idlib- como látigo en sus esfuerzos por empujar a las facciones a formar un mando militar y una estructura administrativa conjuntos.

Aprovechando las rencillas entre los aliados de Turquía del Ejército Nacional Sirio (SNA), HTS marchó el mes pasado hacia Afrin y desalojó a la Tercera Legión del SNA, que está dirigida por el Frente del Levante, e intentó avanzar hacia la ciudad fronteriza de Azaz. En conversaciones supervisadas por Turquía, HTS llegó a un acuerdo con la Tercera Legión el 14 de octubre, al parecer imponiendo condiciones para unificar los mandos militares y las administraciones civiles. Turquía habría dado a HTS hasta el 21 de octubre para retirarse a Idlib. Algunos afirman que HTS sigue manteniendo algunas de sus fuerzas en Afrin bajo camuflaje.

Desde la tregua, los funcionarios militares y de inteligencia turcos han mantenido conversaciones tanto con HTS como con el SNA. Su reunión más reciente, celebrada el 2 de noviembre en la provincia fronteriza turca de Gaziantep, fue con los comandantes de las facciones del SNA, incluidas la División Hamza y la División Suleyman Shah, que se han aliado con el HTS, la Tercera Legión y otras. Al parecer, algunos comandantes rebeldes se negaron a asistir y se difundieron imágenes de un grupo que protestaba contra los funcionarios turcos.

La reunión fue bastante breve y en ella los funcionarios turcos dieron una lluvia de órdenes a los comandantes del SNA, según informan varios medios de comunicación. Se pidió a las facciones que se unieran bajo un mando conjunto y cerraran las salas de operaciones separadas, que cedieran todos los puestos de control urbanos a un aparato de seguridad conjunto, que entregaran el control de los cruces -una fuente de ingresos lucrativos- a un comité financiero y crearan un fondo conjunto, y que cerraran las prisiones que gestionan. Se advirtió que los nuevos conflictos internos podrían dar lugar a la disolución de los grupos implicados.

Además, se comunicó a los comandantes que toda la coordinación y los contactos con Turquía pasarían a realizarse a través de un comité consultivo que representara a las tres legiones del SNA y al gobierno provisional proclamado por la oposición respaldada por Turquía. Se prohibió a las facciones buscar canales de comunicación separados con funcionarios turcos o partidos extranjeros. Se cree que a Ankara le han molestado los contactos de algunos grupos con Estados Unidos.

Se advirtió a las facciones de que no carecían de alternativas si no cumplían. Muchos vieron en ello un mensaje de que Turquía podría dejar que HTS asumiera el control militar y administrativo en el área rural de Alepo.

Las filtraciones de la reunión no contienen ninguna información sobre un posible papel de HTS, detallando únicamente las exigencias para que las facciones díscolas operen estrictamente bajo el paraguas de las tres legiones del SNA. Según esta información, el alcance de los nuevos acuerdos no parece extenderse a Idlib.

Según el diario turco Aydinlik, la reunión duró sólo 27 minutos y los funcionarios turcos dijeron que HTS sería retirado completamente de Afrin, y que las facciones del SNA que facilitaron su marcha hacia la ciudad -Ahrar al-Sham, la División Hamza, la División Suleyman Shah y Faylaq al-Sham- serían castigadas.

El diario progubernamental Turkiye, por su parte, afirmó que la reunión fue un «hito» en la reorganización de la oposición armada en Siria y que duró cuatro horas. Las facciones «están siendo rediseñadas desde cero», publicó. Los funcionarios turcos dejaron claro que «el estado actual de cosas no puede continuar» y «es obligatorio transformar los grupos centrados en individuos y con base local en un ejército regular».

El periódico libanés Al-Akhbar escribió que Ankara -presionada por la expansión de HTS, un grupo designado como terrorista- dio a las facciones del SNA la esperanza de restaurar su mapa de control, pero la reunión resultó «chocante» para los líderes del SNA no sólo por su duración -40 minutos como máximo, según el periódico- sino también porque no se les permitió hablar mientras un funcionario turco «daba órdenes». No quedó claro cómo se expulsaría a HTS de Afrin ni quién supervisaría los pasos para unificar las facciones. Fuentes de la oposición dijeron a Al-Akhbar que se había dado a las facciones hasta finales de año para completar los pasos y negaron cualquier promesa turca de castigar a las facciones que colaboran con HTS.

Según el diario sirio al-Watan, alineado con el gobierno, los líderes del SNA estaban muy molestos por el trato recibido, incluida la reprimenda a un comandante por haber aceptado supuestamente sobornos para facilitar el avance del HTS en Afrin. Al parecer, la parte turca amenazó con investigar, detener y confiscar las propiedades de aquellos que vayan en contra de las instrucciones establecidas en la reunión.

Al-Watan publicó que HTS y la Tercera Legión se reunieron el 30 de octubre en Idlib después del acuerdo del 14 de octubre, que, según afirmó, fue patrocinado por la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT), y frenó la influencia del Frente de Levante. La intención final de Turquía, según afirmó, es dejar que HTS se apodere de al-Bab, Jarablus y Azaz.

Antes de la reunión en Gaziantep, funcionarios turcos se reunieron con representantes de HTS en Atmeh, una ciudad cercana a la frontera turca en Idlib. Desde entonces, el líder de HTS, Mohammed al-Golani, no ha dado señales de retroceder en sus ambiciones de ampliar su control en el campo de Alepo. Al parecer, el grupo yihadista confía en que las facciones del SNA no se reorganicen a finales de año y sus propios planes queden sin respuesta. El MIT habría castigado al Frente del Levante en una medida que probablemente haga el juego al HTS. El enfado de Turquía con el Frente de Levante se remonta a la negativa del grupo a aportar combatientes a los aliados de Turquía en Libia y Nagorno-Karabaj. La División Hamza y la División Suleyman Shah, que han colaborado con HTS, se encuentran entre las facciones que mantienen un contacto más estrecho con la inteligencia turca.

Todas esas reuniones hablan de la decepción de Turquía por el caos interminable en las filas del SNA desde que se anunció la alianza en 2019, así como de sus esperanzas de disciplinar a las facciones por la vía de HTS.

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