Serêkaniyê
El otro día te vi en mis sueños, ibas de verde, y no de negro, sentí estrés, y no miedo. El otro día te vi en mis sueños. Me traté de esconder, de nada sirvió. Me miraste a los ojos y se marchó mi dolor. -¿Me estás buscando? -No, tú me has encontrado. Conversábamos mientras caminábamos. No sabía a donde iba, hasta un árbol me llevó. -Tú plantaste su semilla con la marcha de tu dolor. Al principio estaba enfermo
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