Lucha de las MujeresPublicaciones

Mujeres y autodefensa

Fuente: Komun Academy for Democratic Modernity

Autora: Besê Erzîncan

Fecha: 28 junio 2018

Traducida por Rojava Azadi Madrid


komun

La formación de una vida libre se hace posible gracias a los éxitos alcanzados por las luchas de liberación de la mujer. La vida libre e igualitaria se desarrolla a través de la emancipación de la mujer. Sin embargo, la lucha por la libertad de la mujer es difícil y sólo se desarrolla a base de grandes sacrificios y mucho trabajo. La paciente y obstinada marcha hacia la libertad revela el rostro del mentiroso y traicionero mundo patriarcal. Sin embargo, las verdades pueden quedar expuestas cuando se camina por la senda de la libertad. A pesar de que las identidades y trabajos de las mujeres han sido ignorados, borrados y conscientemente excluidos de la historia, ahora somos capaces de entender claramente, con nuestro conocimiento actual, que los mayores buscadores de la verdad son las mujeres.

Necesitamos una comprensión mucho mayor del período matrilineal en la historia de la humanidad, que desarrolló el Culto a la Diosa. El período de las diosas es un tiempo de experiencia de igualdad, libertad, democracia, ecología, paz, trabajo, paciencia, compartir, de pensamientos y sentimientos de amistad y solidaridad en toda la sociedad. Las excavaciones arqueológicas de los últimos cien años revelan que el Neolítico se formó en torno a la mujer en las tierras mesopotámicas. En esta época, las mujeres lideraban la comunidad por su propia voluntad, trabajo, primeros inventos y organización de la vida. Estas mujeres eran conscientes de sus realidades, conscientes de ser mujeres. Su mayor autodefensa era principalmente su propia existencia, su poder para definir la naturaleza. Al observar la naturaleza y a sí mismas, formaron un concepto holístico de «autoconciencia». Las primeras organizaciones sociales, como los clanes y las tribus, se desarrollaron con esa comprensión y conciencia formadas mediante el liderazgo de las mujeres.

La autodefensa en estas primeras organizaciones sociales se desarrolló incluyendo libertad, igualdad, justicia, naturaleza y amistad, pensamientos y sentimientos en todas las áreas de la vida. La sociabilidad creada por el liderazgo de la mujer fue el mecanismo de defensa más poderoso. La autodefensa social funcionaba de manera holística sobre la base de la defensa de todos los valores matriarcales. Dado que sus creaciones mentales se mantenían constantemente centradas en la organización y relaciones sociales, se institucionalizaba y estructuraba como un sistema completo. Las posibles amenazas externas e internas podrían ser neutralizadas por sistemas ornados con una mentalidad igualitaria, libertaria y compartida. Cada ataque contra la sociedad era eliminado cooperativamente. Los desastres naturales, las dificultades de las estaciones, también se superaban sobre esta base. Esto difería de la comprensión de la autodefensa que predomina hoy, que se basa en la separación de las mujeres, la sociedad y la defensa del país. Defender a la mujer significaba defender los valores sociales. En el contexto de los valores sociales, los valores de las mujeres no se separaban de la defensa de la tierra. La vida se mantenía simplemente de una manera viva y gozosa sobre la base de la unidad y el compartir colectivo.

Hoy en día, una razón importante de la fragmentación del entendimiento respecto a la defensa es la forma positivista de pensar que fue creada por el sistema dominado por los hombres. Esta forma de pensar que ha desarrollado la lógica dominante ha debilitado a la humanidad en todas las áreas de la vida. Las múltiples áreas de la vida han sido divididas y desintegradas, a menudo separadas y enfrentadas entre sí. Es de suma importancia entender esta mente dominada por los hombres cuando se trata de analizar la debilidad de la autodefensa en las mujeres y en la sociedad. Las dualidades significativas de la vida se contraponen en lugar de complementarse, disolviéndose mutuamente.

Con el desarrollo y fortalecimiento de la primera sociabilidad, el nivel de prosperidad social también aumentó. Los valores materiales evolucionaron en torno a la acumulación orientada a la subsistencia, y el producto evolucionó en torno a la fundadora de la sociabilidad, la mujer. Los ancianos, que se dieron cuenta de las riquezas que habían surgido con la creación de valores esenciales, iniciaron una lucha contra la mujer con diversos engaños, conspiraciones y mentiras para apoderarse de esta acumulación. Hay una historia de al menos cinco milenios de una alianza conspirativa masculina formada con el propósito de alcanzar la soberanía, usurpando los productos excedentes de la sociedad madre por medio de estrategias engañosas y complejas. Los últimos dos mil años de historia están repletos de intentos del sistema dominado por los hombres por institucionalizarse a través de la retórica, la planificación y las construcciones ideológicas. La historia oficial escrita está dominada por los hombres. La historia de la creciente distancia con la sociedad matrilineal es el tiempo de la profundización de la lucha por apoderarse de todos los valores sociales por parte del hombre dominante.

Cuando se examina la historia, se observa fácilmente que la esclavitud de la mujer conlleva continuidad sobre la base de los planes de la mente masculina dominante. Aquí, la estrategia que el hombre dominante ha desarrollado es la afirmación de más dominio, más ganancias a expensas de las mujeres.

En cada época, los sistemas y mentalidades basados en la clase, el Estado y la jerarquía que la mente masculina desarrollaba, apuntaban a la esclavitud espiritual y corporal de la mujer con creciente profundidad. El método fundamental para forzar a la mujer a un estado de indefensión ha quedado insertado en la mentalidad social. Cuando los conceptos de feminidad y masculinidad construidos se examinan extensamente desde la perspectiva de las mujeres, la gravedad de la situación se hace mucho más evidente. Desde el punto de vista capitalista modernista, la mujer se muestra como el sexo de segunda clase, como una entidad pecadora, débil, impotente e irracional. Las creaciones mitológicas, filosóficas y religiosas se han construido en torno a la esclavitud de la mujer. Las historias como la de la creación de Eva a partir de la costilla de Adán son ejemplos sorprendentes de esto. La construcción de la masculinidad dominante y de la esclavitud femenina ha llevado hoy al 99% de la humanidad a un estado de pobreza, miseria, hambre, guerras, desamparo, desempleo y muerte. Por lo tanto, la historia escrita es también la historia de cómo la humanidad ha quedado desprovista de autodefensa mediante la exclusión mental y sistemática de las mujeres de la vida.

Los poderes estatales, jerárquicos y gobernantes pretenden eliminar la base de la autodefensa de la sociedad aplicando la violencia y convirtiendo a las mujeres en débiles, pasivas e incapaces de pensar y crear de diversas maneras y con diversos medios. Ésta ha sido la estrategia para asumir el control de la sociedad.

Hemos señalado que el sistema dominado por los hombres debilita la sociedad de las mujeres al librar una batalla en el área de la mentalidad y la ideología. Al convertir al hombre en enemigo de sus propios valores, especialmente de su madre, esposa y hermanas, y al convertir a la mujer en una persona incapaz de defenderse, insegura y sin confianza en sí misma, se ha degradado la estructura social. En lugar de la coexistencia significativa de la mujer y el hombre, el antagonismo entre ellos ha destruido la comprensión de la autodefensa por parte de la sociedad. La mente masculina se ha autoglorificado al conformarse como enemiga de las mujeres y de la sociedad, con una hostilidad cada vez mayor. El proceso que va desde la separación de las mujeres de la sociabilidad, la vida en pareja libre y el aislamiento de las mujeres en casas individuales, se ha desarrollado paralelamente a la ruptura de las mujeres de la mentalidad y el sistema de autodefensa. Mantener a la mujer encerrada en la casa, en una cultura de violación constante, es una forma impuesta de esclavitud absoluta. La autodefensa de la sociedad se ha roto por la violencia contra las mujeres, la violencia contra los jóvenes, la violación, la opresión y la fuerza. Las mujeres han sido esclavizadas y después los jóvenes también han sido llevados a esta cadena de dominación.

Mientras que un lado del desarrollo de la historia dominada por los hombres constituye una época de gran esclavitud de la mujer con una enorme represión, por otro lado se disfraza en nombre del amor. El falso amor, la cosificación de la mujer, se desarrolló como argumento y método ideológico básico para dejar a la mujer sin defensa propia. Hay un telón de fondo histórico en el que la mujer se resiste al estado de mera existencia con estatus de propiedad en nombre del amor, en el que el hombre domina su derecho a la vida. La historia escrita por la mente masculina y su pluma ha declarado que la existencia de la mujer carece de sentido y ha socavado su labor para impedir su despertar. No satisfecha con ello, la mente masculina ha distorsionado la historia de la mujer, definiéndola en relación al hombre, creando así a la mujer esclava. La historia de la civilización es la historia masculina de los grandes emperadores, reyes y su historia de invasión y guerra. No hay lugar en esta historia oficial para las mujeres, los pueblos, las comunidades y los cultos. Los oprimidos han sido eliminados o asimilados para formar parte de la historia gobernante de la hegemonía a través de la construcción de ciertas psicologías y mentalidades. Hoy en día, la lógica del Estado y el poder han creado una esclavitud internalizada en la mujer. Con este método, han esclavizado a la sociedad y la han convertido en insensible, irrelevante y pasiva frente a la libertad.

Hoy, la dominación masculina está globalizada. En el mundo actual, todas las decisiones estratégicas, especialmente las que se toman en los ámbitos político, económico y diplomático, las toman los hombres. En todas partes del mundo, especialmente en Oriente Medio, los oprimidos no pueden luchar ni reunirse en un frente común contra la inhumanidad de vivir en la violencia debido a la codicia del hombre dominante por el poder y la autoridad. Hoy en día, la humanidad vive en un matadero. Las sociedades que han sido privadas de su derecho a la autodefensa esperan fatalmente su destino con desesperación. Esta postura de rendición de las mujeres, los pueblos, las tribus y los clanes, que son los elementos básicos de la civilización democrática, está estrechamente vinculada al entendimiento entre el Estado y la nación desarrollado en los dos últimos siglos. Las fuerzas globales han desarmado y marginado completamente a los pueblos, tribus y sectas en el último siglo, al tiempo que han armado excesivamente los poderes de su sistema a un nivel que amenaza permanentemente a toda la humanidad. Con la gran carrera de armamentos, las fuerzas mundiales tratan constantemente de aumentar aún más su soberanía, mediante una amenaza permanente entre sí y contra los elementos democráticos de la sociedad. En este sentido, las armas acumuladas en manos de los poderes estatales mundiales constituyen una gran amenaza para la humanidad.

Abdullah Öcalan dice: «Se practica un genocidio cultural contra las mujeres. El valor de la mujer sólo se mide a través de la sexualidad, la continuación del linaje, y como ejército de trabajo gratis o barato. Se ha privado a la mujer de un poder autosuficiente que le permita defenderse física, moral y semánticamente». A causa del alejamiento de la mujer de la mentalidad de autodefensa y de sus herramientas y métodos, la estructura social ha quedado bajo el control y la dominación del monopolio masculino. Las mujeres, los pueblos, las sectas, los cultos, que han abandonado su autodefensa por la fuerza o la persuasión de los poderes masculinos, estatales o globales han perdido su libertad desde el principio. Aquéllos que no pueden hacerse cargo de su autodefensa, su legítima defensa, no pueden salvarse de la esclavitud. Las mujeres, los pueblos, las tribus, las sectas, los cultos y las religiones han estado en constante resistencia ante los entendimientos estatistas, gobernantes y dominantes en la historia de la humanidad. En la actualidad, las grandes guerras de resistencia de la humanidad y de autodefensa continúan. Sin estos frentes de resistencia y libertad, nunca nos habría sido posible respirar como seres humanos. Los kurdos han mantenido históricamente su lucha por existir, por continuar su cultura gracias a las montañas y a regiones de libertad.

A pesar de que la historia de la mujer está destinada a ser invisibilizada por los gobernantes, las mujeres siempre han existido dentro de las resistencias. Las mujeres han tomado la delantera en la resistencia. En sus tradiciones culturales y creencias, las mujeres han sido a menudo los elementos más persistentes de tales luchas. En las guerras tribales, en las estructuras culturales, en las tradiciones místicas, en las organizaciones de sectas, las portadoras y las guardianas de prácticas y valores han sido a menudo mujeres. En esencia, estas organizaciones también pueden llamarse organizaciones de autodefensa. Una mirada concienzuda, cuidadosa y sofisticada de la historia demuestra que la principal inspiración para los hombres que son vistos como líderes, han sido a menudo las mujeres. Las mujeres han desempeñado funciones de orientación y empoderamiento. El hecho de que la espiritualidad, el mundo interior y los instintos de las mujeres sean tan ricos y fuertes, las ha llevado a convertirse en líderes del pensamiento místico, permitiéndoles asumir roles de liderazgo en la organización del poder de resistencia.

Las fuerzas capitalistas modernistas han difundido el modelo de estado-nación por todo el mundo, rompiendo las dinámicas sociales a lo largo del camino. El estado-nación significa esencialmente el robo de la autodefensa de los oprimidos. Este entendimiento monopolista, fascista y colonialista ya es el mayor enemigo de las diferencias. Cada estado-nación esclaviza a las mujeres y asimila sociedades, pueblos, diferentes creencias y grupos étnicos en su identidad monolítica para desarrollar su soberanía sobre ellas. Ha llegado a significar que nuestro colorido mundo se está volviendo gradualmente gris y oscuro.

El estatus del pueblo kurdo y de su país como colonia interestatal transnacional se ha desarrollado en los últimos doscientos años en el marco de proyectos nacionales. Para el pueblo kurdo, no es una coincidencia que sea el pueblo más grande sin su propio Estado. La civilización soberana y gobernante, dominada por los hombres, ataca sin descanso al pueblo kurdo, cuyo contexto aún conserva vestigios de las culturas femeninas. Las mujeres y las comunidades marginadas como los kurdos que viven en esta geografía tienen una fuerte memoria cultural. En los últimos dos siglos, una de las razones fundamentales de la fragmentación de la geografía del Kurdistán y más allá de ella se debe a su estructura estratégica, no a la riqueza de sus recursos subterráneos y superficiales. La verdadera razón por la que la geografía del Kurdistán está en el punto de mira es porque el país tiene la memoria histórica de la humanidad y de las mujeres. Se quiere destruir la memoria de las mujeres, el patrimonio cultural de la humanidad.

La esencia de la tercera guerra mundial en Oriente Medio constituye «el saqueo y la destrucción de mujeres y culturas». La hostilidad de las potencias capitalistas modernistas hacia las mujeres, su política de esclavitud para las mujeres, se ha convertido en el asunto más concreto de la lucha a vida o muerte del pueblo kurdo. Para pocas otras comunidades, el tema de la libertad de la mujer se ha convertido en una cuestión de existir o no existir de tal manera. En la raíz de esto se encuentra la socialización del pueblo kurdo en el Neolítico y el hecho de que su cultura estaba originalmente centrada en la cultura de las mujeres. La resistencia del pueblo kurdo y de las mujeres en Mesopotamia significa la defensa de los valores humanos y la principal cultura de origen de la humanidad. Por esta razón, las mujeres han estado activas durante las luchas armadas llevadas a cabo por el pueblo kurdo. Las mujeres aquí han resistido hombro con hombro con los hombres. Nuestra historia reciente también incluye la resistencia de Rındexan de Sason, Zarife de Koçgiri y Bese de Dersim, que son todas ejemplo para la mujer que resiste.

0 comentarios en «Mujeres y autodefensa»

  • Creo que la idealización que haces respecto a la «época de la Diosa» sin ser 100% incorrecta cae en varios errores.

    1. Idealización del papel de la mujer. Gimbutas, que fue una mujer muy sabia y acertó en muchas cosas, creo que se pasó un pelo en la idealización de la sociedad de «la Vieja Europa». Creo que te basas mucho en ella aunque no le citas por su nombre. Hoy día sabemos que los pueblos de «la Vieja Europa» también ejercían la violencia al menos ocasionalmente y que probablemente eran menos ginocéntricos de lo que ella imaginaba. Entre estos pueblos también se desarrolló con la civilización clasismo, patriarcado y servidumbre. Aunque no cabe duda que un papel crucial en la acentuación del proceso de jerarquización social tanto de clase como de género vino de la mano de los invasores nómadas pastoriles: indoeuropeos y semitas, que trajeron consigo un patriarcado si cabe aún más virulento.

    2. Mi entendimiento de la religión antigua, cuyas huellas encontramos por toda Eurasia pero con tendencia occidental (porque surgió de Oriente Próximo, creo), es que no es tanto matricéntrica (que también pero de forma secundaria) sino un MONOTEÍSMO BINARIO de género en el que existe una Diosa pero también un Dios, su compañero en igualdad plena. Se aprecia así en la religión vasca antigua (Mari y Sugar), en la capa más profunda de la mitología griega según Hesiodo (Gaia y Eros), en la versión Sakhtista y algunas ramas del Shaivismo que tienden a ésta del Hinduismo, siendo sus capas más profundas sin duda (Sakhti y Shiva) y en el Taoísmo, de origen probablemente centroasiático, donde adoptan formas más abstractas-filosóficas (Yin y Yang). Se trata, entiendo, de una religión de la fertilidad en la que se concibe que (en la versión vasca) Mari y Sugar se encuentran los viernes por la noche, fecha del aquelarre, en una cueva de la montaña sagrada local, para concebir a Odei, su hijo, personificación de la tormenta que fertiliza los campos (y a veces lleva la ira divina en forma de granizo). La versión hindú, que conozco también algo a través del yoga y el tantra, también enfatiza esa unión sagrada de la divinidad binaria de género como origen del universo. El Taoísmo lo trata como una interacción constante de principios opuestos y complementarios, etc. Esta religión, con las variantes que fuera, debió de estar muy extendida, quizá expandiendóse desde el Creciente Féritil con las migraciones neolíticas de hace unos 8000 años, que cambiaron radicalmente el paisaje humano de Europa (que a raíz de eso fue durante un tiempo mayormente vascónica) e India (que debió de ser mayormente drávida); son dos oleadas distintas pero con un origen común al menos parcial en lo que ahora es Kurdistán, la arqueogenética lo avala.

    Es un sustrato que en Europa (que conozco mejor) lo encontramos en muchas religiones indoeuropeas. Ya he mencionado la griega (y es el caso del Hinduísmo también), pero creo que merece la pena mencionar la nórdica, dónde la Diosa se ve relegada al papel de deidad infernal (Hel) y el dios al de su aliado Jormungandir, el dios serpiente (muy comparable a Sugar, que también se suele manifestar como serpiente), que está destinado a traer Ragnarok y enfrentarse en combate mortal a Thor, que lo matará. Esta misma historia del mataserpientes (luego matadragones tras retoques medievales cristianos) aparece en la mitología griega, en la que Apolo (equivalente de Thor) mata a Pitón y se apropia de su oráculo. Es curioso que en la mitología hebrea (judaísmo y sectas derivadas) es una serpiente también la malignada y por eso no es del todo incoherente que mucho tiempo después se adoptara el cabrón negro (emblema de Mari, de la Diosa, junto a otros animales colorados) como símbolo de «Satán», el enemigo de la Cristiandad, aunque esto sólo se deba a la persecución inquisitorial de la religión vasca.

    Es interesante aquí, lo recomiendo mucho, leer el trabajo de Casilda Rodrigáñez Bustos «El Asalto al Hades», donde trata de todo esto con sus palabras (no le copio en todo pero sí lo considero una obra referencial, que además peca a veces de excesivo Gimbutismo, lo que es muy perdonable). Se puede descargar gratis de su página web, junto a otros materiales que pueden ser de interés para cualquier persona feminista o antipatriarcal: https://sites.google.com/site/casildarodriganez/

    3. A la decadencia o destrucción de la dignidad de la mujer, creo que va asociada una decadencia y destrucción de la dignidad del hombre, que deja en el Patriarcado de ser compañero y persona, para ser macho y opresor, aunque sea a la vez oprimido por otros hombres (raramente por mujeres), sea su padre, su amo, su jefe. Esto es algo que deberíamos de estudiar y trabajar, y que se manifiesta mitológicamente en el asesinato del Dios Serpiente o Dragón por parte del héroe indoeuropeo mitológico. La Diosa es por su parte subyugada, subordinada, de formas varias, pero el evento simbólico decisivo parecería ser la derrota del hombre compañero por el hombre amo, camuflada ya en la Edad Media como «rescate de la cautiva».

    Por supuesto esto es algo nítidamente indoeuropeo e incluso europeo quizá, pero que con modificaciones parece penetrar a la mitología hebrea (Gabriel también castiga a la Serpiente por dar la ciencia a la Humanidad y ésta se convierte así en «el enemigo», sea Satán, que significa «enemigo», sea La Bestia, que es un dragón) y en consecuencia a sus herederas cristiana y musulmana. En el episodio de la expulsión del Edén se mezclan, creo, tres leyendas: la del matadragones, la de Pandora (culpabilización de la mujer por los males del mundo) y la de Prometeo, el titán que amaba a la Humanidad. Quiza los yazidíes y su supuesto «culto del diablo» tengan algo que aportar aquí.

    Si más, un comentario a la primera parte de tu artículo, que a rasgos generales considero interesante y con el que puedo estar fundamentalmente de acuerdo. Habría mucho que hablar sobre qué es «el estado nación», porque no es lo mismo para una nación que ha conseguido constituirse como estado, pongamos la griega, la estonia, la checa o la irlandesa, que para una nación que sufre la opresión de un estado-nación ajeno, pongamos la nación kurda o la vasca. No todos los estados-nación son iguales, pero sí que creo que Kurdistán va por el buen camino cuestionando el fundamentalismo estatal opresor.

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  • Muchas gracias por tu comentario, Maju. Siempre instructivo y con una crítica muy constructiva.

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