Análisis

Un alto cargo turco insinúa un posible compromiso con EE. UU. sobre los misiles S-400

El ministro de Defensa Nacional turco, Hulusi Akar, da una conferencia de prensa en el Ministerio de Defensa en Ankara, 13 de enero 2021.  Foto de ARIF AKDOGAN/POOL/AFP via Getty Images.

AL-MONITOR – Diego Cupulo – 09/02/2021 – Traducido por Rojava Azadi Madrid

El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, dijo el martes que Ankara podría estar dispuesta a “encontrar una solución” para la adquisición de misiles S-400 de fabricación rusa si Washington reevalúa su cooperación con las fuerzas kurdas en Siria.

Desde que el primer lote de misiles S-400 aterrizó en las afueras de Ankara en 2019, la adquisición por parte de Turquía del sistema de defensa aérea de fabricación rusa ha sido un punto de fricción central en sus relaciones con Estados Unidos.

Washington ha pedido repetidamente a Turquía que retire los S-400 de su territorio, citando la preocupación de que sus radares representen una amenaza para la infraestructura de defensa de la OTAN. Sin embargo, los dirigentes turcos sostienen que los misiles son necesarios para reforzar la seguridad interna. Esta postura condujo inicialmente a la suspensión de Turquía del programa de aviones de combate F-35 de la OTAN y posteriormente, en diciembre de 2020, a la imposición de sanciones estadounidenses a Turquía por la compra.

A lo largo de este desacuerdo, una de las principales preocupaciones de seguridad para Ankara ha sido la cooperación de Washington con las fuerzas kurdas en Siria conocidas como las Unidades de Protección Popular (YPG), que los dirigentes turcos ven como una extensión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una insurgencia militante que ha estado en guerra con el Estado turco desde la década de 1980. Desde 2014, Estados Unidos ha trabajado con las fuerzas de las YPG para erradicar al Estado Islámico del nordeste de Siria.

Ahora, casi tres semanas después del nuevo mandato del presidente estadounidense Joe Biden, un alto cargo turco ha insinuado una posible apertura para resolver el viejo asunto del S-400 vinculándolo con las preocupaciones de Ankara sobre las fuerzas kurdas en Siria. En una entrevista con el periódico Hurriyet publicada el martes, el Ministro de Defensa turco Hulusi Akar señaló que Ankara podría estar dispuesta a llegar a un acuerdo sobre los misiles rusos si Washington reevalúa su apoyo a las YPG.

“La cuestión más delicada en nuestras relaciones con Estados Unidos es el apoyo del país a las YPG, el brazo del PKK en Siria”, dijo Akar a Hurriyet. “Podemos encontrar una solución para los S-400 en nuestras negociaciones con Estados Unidos, pero esperamos que vean los hechos sobre las YPG. Si no podemos encontrar una solución [en relación a las YPG], no podemos ir a ninguna parte en las relaciones con EE. UU.”.

Esta declaración ha sido la primera de este tipo desde que Ankara adquirió los S-400 y empezaron las especulaciones sobre si estas negociaciones podrían ofrecer una vía para aplacar las quejas sobre una serie de cuestiones. El experto en Turquía Aaron Stein, sin embargo, dijo a Al-Monitor que Ankara tendría que ofrecer más para “satisfacer a un Congreso muy enfadado”

“La declaración es digna de mención y supone un claro alejamiento de la retórica maximalista que hemos estado escuchando”, dijo Stein, director del Instituto de Investigación de Política Exterior con sede en Estados Unidos. “Sin embargo, yo moderaría las expectativas de un rápido restablecimiento de las negociaciones. En primer lugar, tenemos que oírlo de [el presidente turco Recep Tayyip] Erdogan. Él es el único que realmente importa”.

Erdogan dijo el 15 de enero que esperaba que la administración de Biden diera “pasos positivos” en las negociaciones sobre los S-400 y la suspensión de Turquía del programa de aviones de combate F-35.

“A pesar de haber pagado una cuota importante por los F-35, los F-35 aún no nos han sido entregados. Esto es un grave agravio por parte de los Estados Unidos contra nosotros como aliados de la OTAN”, dijo Erdogan.

Pero el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, dijo el 5 de febrero que Estados Unidos no levantaría la prohibición del F-35 a Turquía. Kirby afirmó que la compra del S-400 era «incompatible con los compromisos de Turquía como aliado de Estados Unidos y de la OTAN» antes de instar a Ankara a no quedarse con los sistemas S-400.

En sus comentarios a Hurriyet, Akar señaló que ningún otro país aliado de la OTAN había planteado la cuestión del S-400 a Turquía. También indicó que varios países del antiguo Pacto de Varsovia en Europa que desde entonces se han unido a la OTAN conservan los sistemas de armas de la era soviética sin haber sufrido medidas punitivas similares.

Buscando una posible vía intermedia, Akar dijo que la transferencia de misiles S-300 de fabricación rusa de la República de Chipre a la isla griega de Creta en 1998 podría servir como modelo.  Dijo que los S-300 en Creta rara vez son operativos y permanecen en su mayoría almacenados, de forma similar a los planes actuales de Ankara para sus S-400.

«Estos sistemas se utilizan en función de la situación de amenaza. Eso lo decidimos nosotros», dijo Akar a Hurriyet.

Aunque la referencia al modelo de Creta podría ser una señal de flexibilidad por parte de Ankara, Ozgur Unluhisarcikli, director en Ankara de la German Marshall Fund, señaló que la Ley para Contrarrestar a los Adversarios de Estados Unidos a través de Sanciones -el marco CAATSA bajo el cual Estados Unidos sancionó a Turquía por su compra de S-400- no existía en el momento de la crisis de los S-300.

Unluhisarcikli dijo a Al-Monitor que un posible acuerdo podría depender de si los S-400 de Turquía siguen siendo operativos o no.

«¿Significa esto que Turquía mantendrá los S-400 en una caja, o significa que Turquía está dispuesta a encenderlos y apagarlos?» preguntó Unluhisarcikli. «Mientras que lo primero es probable que conduzca a una solución que Estados Unidos también podría llegar aceptar, lo segundo es poco probable que lo haga».Rusia

Los acontecimientos se producen después de que Erdogan dijera en enero que los funcionarios turcos estaban en conversaciones continuas con sus homólogos rusos sobre la posible compra de un segundo lote de S-400.

No ha ayudado que el 3 de febrero, el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, acusara a Estados Unidos de apoyar un intento de golpe de Estado en Turquía en 2016. El Departamento de Estado estadounidense condenó la declaración como «infundada» ese mismo día.

Dos días antes de ese intercambio, la administración Biden mantuvo su primera llamada con un funcionario turco. Durante una conversación de casi una hora, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, y el portavoz presidencial turco, Ibrahim Kalin, hablaron de las relaciones entre Estados Unidos y Turquía y de las vías para «gestionar eficazmente los desacuerdos», según un comunicado de prensa de la Casa Blanca.

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