Turquía debe enfrentarse a un tribunal internacional por el genocidio yazidí, según un informe
Exclusiva: La investigación realizada por un grupo de destacados abogados de derechos humanos también critica a Siria e Irak
Fuente: The Guardian
Autor: Patrick Wintour
Fecha de publicación original: 6 de julio 2022
Turquía debería enfrentarse a cargos ante el tribunal internacional de justicia por ser cómplice de actos de genocidio contra el pueblo yazidí, mientras que Siria e Irak no cumplieron con su deber de impedir las matanzas, según una investigación respaldada por la abogada británica de derechos humanos Helena Kennedy.
El innovador informe, elaborado por un grupo de destacados abogados especializados en derechos humanos, pretende poner de manifiesto la responsabilidad vinculante que tienen los Estados de impedir el genocidio en sus territorios, aunque lo lleve a cabo un tercero como el Estado Islámico (EI).
Los abogados, agrupados bajo el título de Comité de Justicia Yazidí (YJC, por sus siglas en inglés), dijeron que el derecho internacional obliga a los Estados a prevenir el delito de genocidio en virtud de la Convención sobre el Genocidio. Sir Geoffrey Nice QC, presidente del YJC, describió el genocidio del pueblo yazidí como una «locura acumulada sobre el mal».
«Los mecanismos existentes podrían haber salvado a los yazidíes de lo que ahora es parte de su pasado, y parte de su destrucción parcial», dijo.
Está ampliamente aceptado que se intentó un genocidio contra los yazidíes, una minoría religiosa, desde 2013 en Irak y Siria. El informe, elaborado tras una investigación de tres años que indagó en la conducta de 13 países, concluyó que tres de ellos no cumplieron con su deber de tomar medidas razonables para evitar el genocidio.
En el caso de Turquía, la comisión fue más allá al acusar a sus dirigentes de ser cómplices de las masacres, alegando que no vigiló sus fronteras para detener el libre flujo de combatientes del EI, entre los que se encontraba un importante número de ciudadanos turcos. Los funcionarios turcos han dicho que las críticas son infundadas.
La comisión afirmó que, desde abril de 2014, los funcionarios turcos hicieron la vista gorda ante la venta, el traslado y la esclavización de mujeres y niños yazidíes, y ayudaron a entrenar a combatientes afiliados al EI para luchar contra sus enemigos kurdos en Siria, reforzando así a los autores del genocidio. «Los funcionarios turcos sabían y/o fueron deliberadamente ciegos ante la evidencia de que estos individuos utilizarían este entrenamiento para cometer actos prohibidos contra los yazidíes», decía el informe.
El informe señalaba que se habían hecho acusaciones similares contra algunos Estados del Golfo, incluido Qatar, pero que no se habían presentado pruebas suficientes.
El informe de 278 páginas reconocía que en junio de 2014 Irak había pedido a la ONU que reconociera las atrocidades cometidas por el EI, pero acusaba al gobierno iraquí de no coordinarse con las autoridades kurdas ni tomar medidas para evacuar a los yazidíes a un lugar seguro.
El gobierno de Siria, según el informe, no impidió el traslado y la detención de yazidíes esclavizados en su territorio.
El embajador turco en el Reino Unido, Ümit Yalçın, dijo que las críticas eran infundadas e injustas. Afirmó que Turquía «desde los primeros años del conflicto en Siria desempeñó un papel clave en la protección de los civiles y las minorías sirias, incluidos los yazidíes, en la región contra los ataques y las violaciones de los grupos terroristas».
«Turquía no sólo abrió sus puertas y se convirtió en un paraíso seguro para millones de sirios y yazidíes, sino que también proporcionó protección a la población de la región mediante tres operaciones antiterroristas en Siria. Hoy los yazidíes viven pacíficamente en zonas que están bajo el control de la oposición legítima siria en el noroeste de Siria.
«Además, el año pasado muchas familias yazidíes que se refugiaron en el noroeste de Siria intentaron regresar a sus hogares en el noreste de Siria, pero [se les] impidió hacerlo por el PKK/YPG [siglas de los grupos kurdos de Turquía y Siria]».
Lady Kennedy, en su prólogo conjunto con Lord Alton, dijo que «existe un océano de impunidad en relación con el genocidio yazidí», señalando que el EI, como actor no estatal, no puede ser perseguido por el derecho internacional.
Mientras tanto, los Estados «no han asumido su responsabilidad de prevenir el genocidio por una serie de razones inhumanas». Si no se les responsabiliza, escribió, «entonces la promesa de ‘nunca más’ suena vacía».