Sirnak: la lucha democrática por preservar el corazón de Botan
The Kurdish Center for Studies – 31 mayo 2024 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
La desafiante ciudad de Sirnak (Şirnex), en el ocupado Kurdistán del Norte (sureste de Turquía), siempre ha sido una espina clavada en el costado de la República turca y su deseo de asimilar al pueblo kurdo. En sentido figurado, si Dersim (Tunceli) es el «cerebro» y Amed (Diyarbakır) el «cuerpo», Sirnak sería el «corazón» de Bakur. Su nombre procede de «Şehr-i Nuh» (Ciudad de Noé), por su proximidad al monte Judi (Çiyayê Cûdî) -donde se cree que desembarcó el Arca de Noé tras el Diluvio-, y tiene un profundo valor simbólico en la psique kurda.
En consecuencia, la ciudad y provincia de mayoría kurda en el centro del Botán histórico de Kurdistán han sido un campo de batalla literal durante décadas, el epicentro de la búsqueda de los kurdos por garantizar sus derechos humanos bajo un Estado turco patológicamente empeñado en acabar con cualquier espíritu de existencia o resistencia. Como resultado, Turquía ha intentado pacificar y controlar Sirnak mediante una serie de brutales ocupaciones militarizadas, quemando o destruyendo periódicamente la ciudad cuando tales métodos resultaban infructuosos.
Uno de los primeros ejemplos de esta práctica se produjo en agosto de 1992, cuando el ejército turco obligó a huir al 80% de la población de la ciudad, que bombardeó con tanques y cañones durante tres días seguidos. Una vez despoblada Sirnak por la huida de la población civil, y con la prohibición de entrar en la zona a los periodistas para informar sobre los crímenes de guerra que allí se cometían, el ejército turco incendió el centro de la ciudad. Más tarde, los militares turcos se referirían a este suceso como una «batalla», a pesar de que asesinaron a 107 personas sin sufrir ninguna baja y saquearon la zona antes de convertirla en cenizas. Tras la destrucción, un residente kurdo de Sirnak declaró al New York Times: «Algunos de nosotros solíamos pensar que si tuviéramos los mismos derechos, podríamos vivir con los turcos. Pero ya no muchos piensan así».
Para demostrar que los kurdos se defienden, en 2007, los alrededores de las montañas de Gabar, en la provincia de Sirnak, fueron escenario de una gran emboscada llevada a cabo con éxito por 200 guerrilleros kurdos del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) contra un comando turco que había estado aterrorizando la zona. Para hacerse una idea de cómo son los «Comandos Hakkari» de Turquía, considere el hecho de que uno de sus pasatiempos favoritos ha sido cortar las orejas de aldeanos y guerrilleros kurdos muertos y empaparlas en Coca-Cola para poder lucirlas con orgullo como collares (como documenta Nadire Mater). Pero más allá de la autodefensa, el sofisticado ataque recordó al Estado turco que, a pesar de haber quemado más de 4.000 aldeas kurdas, detenido y torturado a miles de activistas kurdos y ejecutado a cientos de periodistas kurdos con los escuadrones de la muerte de JİTEM, el espíritu de rebelión seguía vivo en torno a Sirnak.
Negarse a someterse entre ruinas
En marzo de 2016, el ejército turco lanzó un asalto masivo contra Şirnex durante 82 días consecutivos con el objetivo de acabar de una vez por todas con la ciudad como punto de partida del movimiento por la libertad de Kurdistán. Aunque los jóvenes kurdos del Movimiento Juvenil Revolucionario Patriótico (YDG-H) intentaron defender la ciudad, no fueron rivales para el armamento suministrado por la OTAN ni para las tácticas de Turquía de destruir indiscriminadamente todas las zonas civiles a su paso. Al final, 14.727 casas resultaron dañadas y 2.044 hogares fueron totalmente destruidos, ya que los barrios de Gazipaşa, Yeşilyurt, İsmetpaşa, Dicle, Cumhuriyet y Bahçelievler quedaron reducidos a escombros, dejando a más de 50.000 kurdos de Sirnak sin hogar. Al resumir la matanza, Mehmet Ali Aslan, legislador del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), declaró ante una comisión de investigación:
«Si no supiera que estoy en Sirnak, asumiría que estoy en Alepo o en una ciudad de Cisjordania. Si una ciudad fuera destruida así en otro país, los medios de comunicación lo difundirían, pero en Turquía, paralizada por la desinformación, no lo hacen».
Los objetivos del Estado turco, como los describió entonces el diputado local Aycan Irmez, eran «despoblar esta zona, cambiar la demografía y asimilar a la gente». Pero esta provincia de medio millón de kurdos y ciudad de unos 75.000 habitantes ha demostrado continuamente ser un ave fénix persistente, que resurge de sus cenizas y se niega a someterse a un ultranacionalismo turco que ve su supervivencia como una amenaza existencial al desvarío colectivo que afirma: «Qué feliz es el que dice ‘soy turco'» (Ne mutlu Türküm diyene).
Frustrados por la naturaleza revolucionaria de Şirnex, los regímenes turcos han probado una serie de tácticas a lo largo de los años. Cuando la destrucción de la ciudad fracasó, probaron con la privación económica con la esperanza de que la falta de empleo obligara a los kurdos de la zona a emigrar al oeste, a ciudades como Estambul. Como resultado, Şirnex es la provincia más pobre de toda Turquía por renta per cápita (unos 700 dólares estadounidenses al año), similar a la de los países más subdesarrollados del África subsahariana.
Para ganar el voto, importe a sus votantes
Todo esto nos lleva al día de hoy, en 2024, cuando durante las elecciones locales celebradas en Turquía el 31 de marzo, el régimen de Erdoğan decidió probar una nueva táctica para hacerse con el control de Sirnak mediante la manipulación del voto. Como su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) sabía que no podía ganar electoralmente en la provincia kurda, donde la gran mayoría de la gente iba a votar al Partido de la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (DEM), ideó un plan para importar sus propios votantes del ejército turco para inclinar la balanza a su favor. Esta estrategia era necesaria porque los kurdos locales formaban parte del proceso de recuento de votos y vigilaban las papeletas una vez entregadas, por lo que el típico proceso de «rellenar» las urnas con votos falsos que prefieren los dictadores no sería suficiente.
Sin embargo, es difícil ocultar que miles de hombres jóvenes, solteros, bien afeitados y con cortes de pelo militares se presentan todos al mismo tiempo en autobuses organizados para acudir a los colegios electorales. Sin embargo, en este caso, a Ankara ni siquiera le importó y llevó a cabo descaradamente su plan a cara descubierta de todos modos. Como era de esperar, el 31 de marzo, cuando estos 8.000 soldados turcos empezaron a ser dejados en masa en los colegios electorales de todo Sirnak, los kurdos locales se enfadaron por el evidente intento fraudulento de borrar su voz y usurpar su derecho democrático a elegir a sus propios representantes.
En los enfrentamientos que pronto empezaron a aparecer en las redes sociales, los kurdos de Sirnak empezaron a gritar enfurecidos a estos jóvenes soldados, que agacharon la cabeza y se negaron a responder (como si supieran que eran peones en un juego vergonzoso más grande). Un vídeo que se hizo viral muestra a un anciano kurdo desafiando a cada soldado alineado para votar, exigiendo: «¿De dónde eres? ¡Dilo! ¡Dilo! ¿De dónde vienes?». En el mismo vídeo se oye gritar a otros kurdos: «¡Qué vergüenza, sólo estáis aquí un día!», «¡Sois esclavos!», «¡No tenéis honor! No tenéis dignidad!», y «¡Ladrones!».
En otro vídeo, se ve al diputado de Sirnak Mehmet Zeki İrmez dirigiéndose a la larga cola de jóvenes soldados turcos reclutas que intentaban ocultar sus rostros por vergüenza o culpabilidad. İrmez describió su frustración, declarando:
«Esto es una usurpación de la voluntad del pueblo. Transportar aquí a 8.000 personas para determinar el resultado de nuestras elecciones es inaceptable. Esto no puede aceptarse. Sea cual sea la voluntad del pueblo, nos conformamos con ella, pero no aceptamos que se determine la voluntad del pueblo con votantes transportados».
La policía antidisturbios turca portando escudos no tardó en llegar para ayudar a vigilar a estos auténticos «soldados de infantería» de Ankara, que fueron trasladados en avión y autobús para usurpar a la población local. Mientras se desarrollaban los acontecimientos aquel día, Bêrîvan Kutlu, candidata del partido DEM a la alcaldía de Sirnak, habló con Rudaw, recordando:
«Como pueden ver aquí, ellos [las autoridades estatales] han traído a 6.000 votantes, todos ellos militares de otros lugares. Los habitantes de Sirnak no aceptan esta violación contra su voluntad, por lo que protestan contra el traslado. Los votantes que han traído no proceden de las ciudades kurdas. Son de las ciudades metropolitanas turcas».
Un testigo ocular desde el lugar del crimen
Y como Bêrîvan Kutlu fue testigo de primera fila de cómo el partido de Erdoğan robó las elecciones en Sirnak, pronto fue entrevistada por la periodista Fatoş Demirtaş para la revista electrónica Infowelat.com. Esa entrevista completa (traducida al castellano) se incluye aquí para que las palabras de Kutlu puedan conservarse como testimonio de lo ocurrido.
P: En la entrevista que concedió a Infowelat antes de las elecciones, dijo: «Si el pueblo kurdo une sus voces, los votos importados de fuera de Şirnex no tendrán ningún impacto». Por desgracia, el plan del Estado volvió a tener éxito y el AKP se hizo con el control del municipio de Şirnex. ¿Cómo describiría la situación que se creó?
R: La situación en Sirnak no se parece a ninguna otra. Durante los preparativos de las elecciones, se desplegó un gran contingente de soldados en Sirnak. Rápidamente presentamos nuestras objeciones, pero fueron desestimadas y se negó rotundamente el hecho. Era la primera vez que importaban votos de fuera de la ciudad para las elecciones. Antes de que comenzaran las elecciones municipales, Mehmet Yarka, candidato del AKP, se reunió con Ibrahim Halil, jefe del AKP en Sirnak, y declaró abiertamente: «Si no recibimos votos de fuera de la ciudad, no ganaremos el municipio. Por eso no aceptaré mi candidatura’.
Durante su reunión, decidieron transportar urnas llenas de votos desde fuera de Sirnak. Fue la primera vez que se mencionó el término «urnas», lo que provocó una protesta pública. Su estratagema fue descubierta en ciernes y puesta en tela de juicio por nuestros compañeros. Así fue como el AKP planeó hacerlo inicialmente. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que ni siquiera con esas urnas podrían manipular suficientemente el resultado de las elecciones. Así que idearon otro plan que afectaría a miles de nuestros estudiantes que estudian en universidades fuera de Sirnak. Hicieron que sus exámenes tuvieran lugar precisamente el día después de las elecciones, lo que les impidió volver a casa para votar. Además, muchos estudiantes denunciaron haber recibido amenazas y advertencias para disuadirles de salir y depositar su voto.
Tuvimos otro problema con la obtención de permisos de voto para miles de nuestros trabajadores, que estaban fuera de la ciudad. Para que pudieran volver a Sirnak y emitir su voto, nos pusimos en contacto con sus empresas, pero nuestros esfuerzos no fueron suficientes para lograr una fuerte participación. Unos 1.500 trabajadores acabaron por no votar. Junto con los estudiantes, unos 3.000 no pudieron acudir a las urnas y depositar su voto.
Debemos entender que los habitantes de Sirnak estaban decididos a recuperar el control de su municipio, y se esforzaron en consecuencia. El Estado se dio cuenta de ello y, por lo tanto, empleó diversas estratagemas para obstruir su voluntad. Por ejemplo, cada vez que visitaba a una familia, poco después, el gobernador del AKP y candidato por Sirnak, Mehmet Yarka, visitaba específicamente los mismos hogares. Sin embargo, ninguno de estos planes y esfuerzos por sabotear la participación democrática fueron suficientes para el Estado. Incluso llevaron a miles de soldados a Sirnak para que votaran. El día de las elecciones, nosotros mismos visitamos uno de los colegios y fuimos testigos de primera mano de que sólo allí estaban apostados 6.000 soldados.
Todo se hizo muy abiertamente, y violaron descaradamente la voluntad del pueblo de Sirnak para que todos lo vieran. No había ni un solo civil en esa escuela. Dijeron que habían traído a esos soldados por seguridad, pero todos iban en chándal. Trajeron a esos soldados de Bursa, Konya, Manisa y Bolu. ¿Por qué iban a encargar a esos soldados de otros lugares la protección de Sirnak? Evidentemente, esta excusa no tenía nada que ver con la verdad. Para encubrir el robo, asignaron 20 votos al CHP por cada urna de ese colegio. Los únicos votos que recibimos fueron los de nuestros miembros que vigilaban las urnas. Así que, en ese colegio, sólo obtuvimos 3-4 votos.
Expresamos nuestra indignación ante esta situación, pero nuestro problema fue que nuestras reacciones no fueron suficientes para incitar un levantamiento. No deberíamos haber permitido que los soldados votaran en ese colegio. La respuesta de la policía a nuestras reacciones habría sido especialmente interesante en ese escenario. El jefe de policía nos dijo: ‘Estáis en vuestro derecho, pero no causéis problemas el día de las elecciones’. Incluso nos dijo: ‘Os ayudaremos con medidas legales’. Como todo se hizo tan abiertamente, les dijimos: ‘Si ya estáis violando abiertamente nuestra voluntad de esta manera, entonces seguid adelante y matadnos de una vez’.
El gobernador, el gobernador de distrito, el ejército y todas las instituciones oficiales colaboraron para garantizar el éxito del AKP. En esencia, consideraban la situación como nuestra competencia contra el Estado en las elecciones. Como rama del partido DEM en Sirnak, no entramos en una contienda electoral con un partido político, sino con el propio Estado.
P: ¿Por qué está el Estado tan obsesionado con hacerse con el control de Sirnak a cualquier precio y bajo cualquier circunstancia?
R: Todo esto plantea la cuestión de por qué el Estado está tan obsesionado en hacerse con el control de Sirnak a cualquier precio. Sirnak es una ciudad de gran importancia para el pueblo kurdo. Es el centro de la región de Botan y tiene un significado histórico como centro de levantamientos. Quedan pocas ciudades en Kurdistán como Sirnak, donde la identidad kurda permanezca intacta y preservada. Una vez que el Estado se haga con el control político de Sirnak, podrá asestar importantes golpes a los esfuerzos encaminados a preservar la identidad étnica y política de los kurdos. El éxito del Estado en Sirnak podría poner en peligro las aspiraciones kurdas de libertad y reforzar la propaganda estatal contra nosotros.
Otro factor son los recursos naturales de la región, en particular la presencia de petróleo en Gabar. Se sabe que el círculo del AKP y los parlamentarios de Sirnak reciben una parte de los ingresos de este petróleo. Esto se suma a las razones por las que, junto con el Estado, el equipo municipal del AKP está tan personalmente obsesionado con el control de Sirnak. Su política siempre ha sido empobrecer al máximo a los habitantes de Sirnak y beneficiarse de sus recursos.
Pero en general, podemos decir que el AKP no pudo ganar un punto de apoyo significativo en Sirnak. Obtuvieron 18.000 votos en Sirnak, de los cuales, al parecer, 8.500 procedían únicamente de las urnas importadas a nuestra ciudad de las elecciones de 2023 del año anterior. Y luego consiguieron los votos que orquestaron mediante la presencia de miles de militares y policías en Sirnak. Esto les deja con un máximo de 4.000 votos que podrían haber recibido en Sirnak en estas elecciones.
P: Por lo que pudimos observar, los residentes de Sirnak y los miembros del partido DEM protestaron activamente contra los resultados electorales. Sin embargo, al cabo de unos días, la cuestión recibió menos atención y ahora parece haber desaparecido por completo del discurso público. ¿Qué puede decirnos de esta evolución?
R: La situación se vio eclipsada en parte por las noticias simultáneas de última hora de la ciudad de Wan, que desviaron la atención de los acontecimientos en Sirnak. Sin embargo, hay que entender que no tenemos un problema regional sólo porque los esquemas políticos del AKP hayan quedado al descubierto en Sirnak. Desde la oficina central de nuestro propio partido hasta todas las organizaciones internacionales de derechos humanos, tenemos que expresar nuestra objeción a lo ocurrido y no dejar el caso pasar.
El pueblo de Sirnak aún no ha descansado, y miles de jóvenes de Sirnak esperan que nuestro partido les organice en este asunto. Es imperativo que la oficina central del partido DEM siga presionando sobre esta cuestión. Tenemos que dejar que el mundo nos oiga decir: ‘Miren cómo violaron el libre albedrío de los kurdos’. Todo se hizo abiertamente. Piensen en cómo apretujaron a 600 soldados en una sola habitación sólo para registrarlos como residentes de nuestra ciudad. ¿Cómo es posible que tantos soldados se alojen en una habitación destinada sólo a 3 personas?
No, los habitantes de Sirnak no han olvidado lo que ocurrió aquí, ni se han vuelto indiferentes. Mehmet Yarkan, el candidato del AKP, no puede caminar por ninguna calle de Sirnak sin que niños, jóvenes, mujeres y todos los ciudadanos le llamen «ladrón». Por eso rara vez sale de casa. Ha sido tan avergonzado por los habitantes que ni siquiera ha podido asistir a los funerales de sus familiares. Le prometimos que nunca encontraría la paz al pasear por las calles de Sirnak. De cara al futuro, diseñaremos planes sobre cómo manejar situaciones como la actual si vuelven a producirse en el futuro.
P: ¿Qué acciones legales ha emprendido hasta ahora su partido en relación con esta barbarie política? Organizaciones como la Organización de Derechos Humanos IHD, el Colegio de Abogados de Sirnak y otras organizaciones de Kurdistán, ¿se han esforzado por abordar la violación del derecho a la gobernanza local, o han elaborado ya informes?
R: Los sindicatos de Sirnak han emitido una declaración oficial sobre este asunto. El Colegio de Abogados nos ha informado de que ya ha elaborado un informe, y otras organizaciones civiles deberían hacer lo mismo. Sin embargo, incluso con todos estos esfuerzos, no sería suficiente para nosotros. Los partidos políticos de Turquía también deben reaccionar ante lo ocurrido aquí; su actual postura de silencio es inaceptable. Hemos sacado a la luz los cuatro colegios donde votaron los soldados y hemos presentado una denuncia ante la fiscalía de Sirnak. Tenemos todas las pruebas necesarias, incluidos los detalles de los autobuses y helicópteros desplegados antes del día de las elecciones.
P: La usurpación del municipio de una ciudad kurda también plantea una situación que requiere esfuerzos diplomáticos. ¿Tiene previsto su partido plantear esta cuestión ante las organizaciones internacionales?
R: Después de las elecciones, nuestro partido había planeado centrarse específicamente en las situaciones de Sirnak y Bitlis. Sin embargo, debemos reconocer que los ataques contra nosotros distan mucho de ser normales. Los recientes acontecimientos, como los incidentes de Wan, la represión contra la oficina de nuestro partido en Batman y el envío de inspectores a algunos de nuestros municipios, así lo ponen de manifiesto. Necesitamos un plan diplomático coherente y gradual para defender eficazmente el caso de Sirnak en Turquía.
La delegación de nuestro partido en Botan instará firmemente a nuestra oficina central a seguir este enfoque. El objetivo de Sirnak es un ataque contra Kurdistán, el pueblo kurdo y todos los pueblos oprimidos. Además del centro de Sirnak, también usurparon los municipios de Elkê y Qilaban. Con 19 municipios en Sirnak, ganamos todos en las elecciones. Si no abordamos esta situación con firmeza ahora, corremos el riesgo de perder no sólo Sirnak, sino también otras partes de Kurdistán en futuras elecciones. Por lo tanto, estamos obligados a redoblar nuestros esfuerzos diplomáticos y abogar por este asunto bajo cualquier circunstancia.
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