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¿Se abrirá el camino hacia la democracia en Siria?

El hecho de que se hayan transmitido mensajes positivos y se haya aceptado que las SDF permanezcan en su zona y defiendan a la población es un avance positivo. Sin embargo, no hay un acuerdo definitivo; las negociaciones continúan. ¿Se abrirá el camino hacia la democracia en Siria?

Autor: ZEKİ BEDRAN

Ahora también están formando y orientando a los miembros del HTS que han reclutado. Su objetivo es que los kurdos no obtengan ningún estatus y que el problema no adquiera carácter oficial ante la opinión pública nacional e internacional.

Cada vez que los de Damasco se reúnen con las SDF y la Administración Autónoma, todos los sensores de Ankara se ponen en marcha. O bien envían una expedición a Damasco o bien convocan a los de Damasco, como a los gobernadores, para que acudan a su lado. A pesar de que sus relaciones son puntuales, siguen sin estar tranquilos. No confían plenamente; siempre están alerta por si se le prometiera algo a los kurdos. Si tuvieran el poder, le dirían a Estados Unidos y a Europa: «No saludéis a los kurdos, no os relacionéis con ellos».

Lo han dicho muchas veces, han negociado, han trabajado constantemente en ello, pero no han conseguido que lo acepten. Al no poder detenerlos, esta vez están estrangulando al HTS y lo tienen bajo estrecha vigilancia.

Mientras el Estado turco desempeña un papel obstructivo y desestabilizador en Siria, en el interior también presiona a Imralı y trata de obtener apoyo de allí. Las SDF y la Administración Autónoma se ven constantemente amenazadas. Quiere provocar enfrentamientos con los árabes y continúa con todo tipo de actividades destructivas y desestabilizadoras. Sin embargo, esto no resulta tan fácil como ellos desean.

Desde este punto de vista, quieren aprovechar los esfuerzos de paz y solución de Abdullah Öcalan e incluir también a Siria en ellos. Abdullah Öcalan no está actuando como ellos desean, por lo que no se está produciendo ningún avance en materia de paz y solución en Turquía. El Gobierno no ha dado ningún paso concreto y sigue manteniendo a Öcalan como rehén.

La razón por la que volvemos a escribir y recordar esto es para no dejarnos llevar por el ambiente positivo que viene de Damasco. Porque hay una fuerza que lo estropea todo. Aunque las autoridades turcas a veces utilicen frases suaves con fines diplomáticos, luego llegan declaraciones y amenazas venenosas del Ministerio de Defensa Nacional.

La prensa turca está llena de belicistas con alma de monstruo que aparecen en pantalla con varas en la mano. La mayoría de los miembros de este equipo, que comentan sobre la sangre y muestran actitudes provocadoras, tienen delante de su nombre las siglas «prof.» o «experto». Mientras los animadores que incitan al ejército turco y marchan al frente sigan apareciendo descaradamente en público, no hay que hacerse ilusiones ni dejarse llevar por el entusiasmo. Sus hilos están atados a algún lugar; no actúan por su cuenta.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y la Administración Autónoma han buscado constantemente la aplicación del Acuerdo del 10 de marzo y han estado dispuestas a negociar; no han eludido ninguna reunión. Sin embargo, la otra parte siempre ha tomado decisiones unilaterales. No han permitido que nadie más que ellos participe en la administración y en los esfuerzos de reconstrucción. Han estado diseñando un sistema unipartidista y excesivamente centralista. El origen del problema está en su mentalidad y su visión del mundo; no quieren una Siria democrática y pretenden que las SDF y la Administración Autónoma se someta a ello. El Estado turco también los apoya y anima en este sentido.

Estados Unidos ha tomado medidas en Gaza y se ha logrado un alto el fuego. Quiere restablecer la calma en la región y centrarse en potencias como Irán. En Siria, el régimen baazista fue derrocado, pero la inestabilidad continúa y se han producido masacres de alauitas y drusos. Por ello, quieren controlar también Siria e incorporarla a su bando. Desde este punto de vista, insiste en mantener conversaciones con las SDF y garantizar la aplicación del acuerdo.

Se desconoce cuánto tiempo durarán estas iniciativas o qué resultados darán. Es difícil decir algo con certeza; aún queda mucho camino por recorrer.

Como hemos dicho, el hecho de que se transmitan mensajes positivos y se acepte que las SDF permanezcan en su propia región y defiendan a la población es un avance positivo. Sin embargo, aún no hay un acuerdo definitivo; las negociaciones continúan. Por lo tanto, sería erróneo afirmar que «Ya está, hay acuerdo, el problema está resuelto». La población y las fuerzas implicadas deben ser más sensibles y cautelosas, y no dejarse llevar por el entusiasmo.

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