Preguntas, dudas, opiniones… sobre la realidad cambiante en Kurdistán hoy
RAM – 9 julio 2025
Premisas básicas
Ante las múltiples preguntas y dudas sobre el significado del “Llamamiento a la Paz y por una Sociedad Democrática” realizado por Abdullah Öcalan el 27 de febrero, y tras la declaración del PKK de su disposición a abandonar la lucha armada, nos sentimos impelidos a tratar de dar una respuesta que aporte cierta claridad a ambos comunicados, y ello con el máximo respeto a las decisiones tomadas por una organización que ha luchado durante 50 años por la igualdad de identidades, la democracia real y la sostenibilidad ambiental en Oriente Medio.
En primer lugar, quisiéramos dejar claras dos premisas básicas:
- Desde 1993, el PKK y el Movimiento Kurdo por la Libertad buscan activamente una solución política a la cuestión kurda.
El PKK ha cumplido el papel de poner la cuestión kurda y el colonialismo y opresión de los cuatro Estados colonizadores de Kurdistán en la agenda política global mediante la lucha armada, pero ha considerado que ese papel ya se ha cumplido. Por otra parte, hay que recordar que desde 2005, cuando presentó el nuevo paradigma político (el Confederalismo Democrático), no busca establecer un Estado kurdo. A esto se suman los ocho alto el fuego unilaterales previos declarados por el PKK a lo largo de tres décadas que fueron rechazados por el Estado turco.
- El Confederalismo Democrático es antiestatista, antihegemonista y anticentralista.
Dicho esto, en todos los Estados nación en los que es colonizado el pueblo kurdo, el Movimiento Kurdo por la Libertad busca alianzas con diferentes fuerzas de cada uno de ellos, no para generar un Estado ni una democracia parlamentaria o burguesa, sino para crear el caldo de cultivo que conduzca al desarrollo de democracias asamblearias de abajo a arriba (comunales) donde las decisiones las tomen las comunas populares, y luego vayan escalando hacia estamentos más amplios, siempre respetando las propuestas de las comunas, tejiendo una estructura confederal que represente a toda la población y no solo al pueblo kurdo. Es, básicamente, un modelo integrador que busca proactivamente la convivencia pacífica de los pueblos.
Disolución del PKK
En primer lugar, hay que entender la respuesta política del PKK como una decisión tomada por sus bases y no por un ente jerárquico militar. Evidentemente, hay un peso cierto de los puntos que Öcalan presentó en el 12º Congreso del PKK, y que fueron explicados, debatidos internamente y que llevaron a tomar la decisión por consenso. Es imprescindible conocer las dinámicas del PKK desarrolladas en 50 años de lucha antihegemónica para valorar sus decisiones y no caer en la simplista patraña del «conmigo o contra mí” a que nos aboca la extrema polarización provocada por las guerras geoestratégicas de las hegemonías en Oriente Próximo.
Es importante leer el último párrafo del llamamiento de Öcalan: «Sin duda, la deposición de las armas y la disolución del PKK requieren en la práctica el reconocimiento de una política democrática y un marco legal.» Estas mismas condiciones se recogen en el comunicado del PKK tras su 12º Congreso. El Movimiento Kurdo ha dejado clara su voluntad de volcar todos sus esfuerzos para resolver la cuestión kurda por una vía pacífica. La pelota se encuentra ahora en el tejado del gobierno turco, pero también en la comunidad internacional para apoyar el proceso de paz.
Preacuerdos entre las SDF y el gobierno interino en Damasco
Otra cuestión cercana a lo anterior y que ha creado controversia1Tal controversia ha llegado incluso al rechazo abierto por una parte del progresismo occidental, con un conocimiento superficial de las realidades y dinámicas sociales de Oriente Próximo. Es curioso, y también revelador, constatar que el reciente reconocimiento de Putin del régimen misógino de los talibanes no haya concitado rechazo similar. se refiere a los preacuerdos firmados por las SDF y el gobierno interino en Damasco. Hay que precisar que los pueblos que componen la DAANES saben mejor que nadie quién es HTS, pues lo han combatido y sufrido su violencia. Recordemos el escenario en que se firmó el preacuerdo: la matanza de alawitas en la costa siria. Tal firma sirvió para frenar muy probables subsiguientes ataques y la expansión del conflicto civil en un país arrasado por 14 años de guerra.
Además de marcar las bases mínimas para poder iniciar conversaciones sobre el futuro de Siria, el preacuerdo ha permitido algunos avances relevantes, como el trasvase de recursos petrolíferos desde el NE de Siria al resto del país, la movilidad de la población entre zonas -incluido el regreso de algunos desplazados internos a sus hogares- y el freno de los enfrentamientos en la Presa de Tishreen.
Mientras tanto, la Administración Autónoma sigue avanzando en la medida de sus posibilidades con la puesta en marcha del Confederalismo Democrático en el territorio que controla y apoyando a otras minorías de Siria a autoorganizarse y defenderse.
No olvidemos que durante años, con el antiguo gobierno de Damasco, se intentaron acercamientos, entre otras cosas para intentar evitar lo que finalmente ha sucedido. No pudo ser. Que los actuales preacuerdos se consoliden y que avancen las conversaciones para lograr una Siria federal, inclusiva y en paz -el objetivo mil veces repetido por la DAANES- es una incógnita que el futuro desvelará.
Hoy mismo se encuentran en Damasco la delegación de la DAANES y representantes del gobierno de transición sirio para avanzar en el proceso. La prioridad en Siria hoy es la paz, pero ¿a cualquier precio? Es de suponer que ambas partes tienen líneas rojas. Habrá que esperar al comunicado oficial para saber si ha habido progresos o no. Mientras que aquí los movimientos sociales y organizaciones de izquierda insistimos en el antibelicismo y la oposición al crecimiento del gasto militar, algunos de estos mismos círculos parecen oponerse a que se trate de parar la maquinaria de guerra en Siria. Pero si no termina la guerra en Siria, ¿cómo se va a pacificar Oriente Próximo? Es preciso hacer todo lo posible para acabar con el incendio en Siria y evitar su propagación al resto de la región y del mundo.
PJAK: mantener la lucha por la libertad en Irán
El Partido por una Vida Libre en Kurdistán (PJAK) viene luchando desde 2004 por un Irán federal y el reconocimiento de los derechos civiles. Muchos de sus militantes se encuentran en las prisiones de la República Islámica y otros más han sido ejecutados. Las bases de la guerrilla se encuentran en Irak, donde también han sido bombardeados por el ejército iraní y reprimidos por el gobierno iraquí. El PJAK forma parte -al igual que el PKK- de la Unión de Comunidades de Kurdistán y comparten ideario político.
Durante los enfrentamientos de Israel-Irán del pasado mes, y mientras las miradas estaban puestas en la disolución del PKK, el PJAK comunicó su determinación de mantener la lucha armada y llamó al pueblo a levantarse contra el régimen de los ayatollahs. Hay que decir que el PJAK lleva 20 años lanzando ofensivas, tanto políticas como militares, -las que puede, teniendo en cuenta que sus bases han sido alejadas de la frontera por las autoridades iraquíes y sus medios limitados- contra el régimen iraní. Un régimen, por cierto, que solo en 2025 ha ejecutado sin juicio justo a 700 personas y reprime sin medida a su pueblo desde hace 46 años.
Os animamos a leer el llamamiento del PJAK emitido el 14 de junio, un día después del brutal ataque de Israel contra la República Islámica de Irán. El PJAK “se opone a la imposición de la guerra al pueblo de Irán”, que considera “una guerra de poder e intereses contrapuestos, no una guerra de liberación de pueblos y naciones”, al tiempo que sigue posicionándose contra el régimen dictatorial. Pero esto no significa que el PJAK se posicione a favor de EEUU e Israel; todo lo contrario: rechaza cualquier imposición de las hegemonías y aboga por una democracia real de todos los pueblos y naciones de Irán. Por su parte, el régimen iraní está aprovechando la situación para hacer purgas de insurgentes y opositores a su mandato, ampliando la represión.
La tercera vía
No importa cuántas veces el Movimiento Kurdo exprese su apoyo a la resistencia del pueblo palestino, denuncie al Estado genocida de Israel y a las políticas globales de las hegemonías, su posición de la “Tercera vía” no parece entenderse en ciertos círculos de izquierda o progresistas. No comprenden que hay gente que genera respuestas fuera de apoyar el imperialismo imperante de A o el incipiente de B.
Desde nuestra cómoda posición en Europa, a menudo nos sentimos impelidos a juzgar o dudar de las intenciones y objetivos de organizaciones y pueblos (algunos con décadas de lucha por el reconocimiento de su identidad y una vida digna en paz y democracia). La escasa, superficial y sesgada información que recibimos de los medios y redes sociales, la lectura simplista de la geoestrategia global, la falta de análisis y juicio crítico y la polarización que nos invade últimamente son las causas de esta tendencia. A falta de mejor entorno, tal vez un poco más de respeto y menos orientalismo podrían ayudar.
Rojava Azadi Madrid
- 1Tal controversia ha llegado incluso al rechazo abierto por una parte del progresismo occidental, con un conocimiento superficial de las realidades y dinámicas sociales de Oriente Próximo. Es curioso, y también revelador, constatar que el reciente reconocimiento de Putin del régimen misógino de los talibanes no haya concitado rechazo similar.