Análisis

Los kurdos de irán se alzan mientras sus líderes permanecen divididos

Artículo traducido por Rojava Azadi. Original en Al-monitor: http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2015/05/iran-turkey-syria-kurds-iranian-kurds-rise-up.html

Los kurdos de Irán, largo tiempo reprimidos, incluyendo a muchos presuntos miembros del PJAK, continúan siendo encarcelados y torturados. Un número creciente de los mismos ha sido ejecutado en los últimos años. No obstante, mientras que los kurdos en Turquía, Siria e Irak ocupan titulares internacionales con su exitosa campaña contra el Estado islámico (IS), la difícil situación de sus hermanos iraníes ha pasado prácticamente desapercibida.

No fue hasta la semana pasada, cuando cientos de kurdos iraníes tomaron las calles de la ciudad de Mahabad para protestar por la misteriosa muerte de una camarera kurda. El 7 de mayo, Farinaz Khosravani cayó desde la ventana del cuarto piso del Tara Hotel. Los manifestantes alegan que la mujer, de 25 años de edad, saltó para evitar ser violada por un miembro de las fuerzas de seguridad iraníes. Cuando la noticia sobre su muerte se extendió, locales enfurecidos se enfrentaron con la policía y prendieron fuego al hotel. Los detalles siguen siendo escasos, dado que a los medios de comunicación internacionales rara vez se les concede acceso a las zonas kurdas de Irán. Las autoridades iraníes han negado que un funcionario de inteligencia estuviera involucrado y han detenido a un individuo que, según afirman, era un asesor privado del hotel.

Activistas y partidos kurdos buscan representar los acontecimientos como precursores de una “intifada” kurda iraní, no carentes de importancia, dado que se desencadenaron en Mahabad. La ciudad goza de un estatus mítico en la tradición nacionalista kurda.

En 1946, con el apoyo soviético, los kurdos establecieron su primer y efímero estado independiente en Mahabad. Con un clérigo suní respetado, Qazi Mohammed, al timón, el mini-estado tenía su propio gabinete de gobierno formado por 13 miembros además de un ejército nacional. Pero cuando los soviéticos se retiraron bajo presión occidental, el gobierno [iraní] reafirmó su control sobre el territorio con la ayuda de las tribus kurdas leales al mismo. Mahabad cayó apenas un año después de declarar su autonomía.

Mohammed fue ahorcado en público, de la misma forma en que los disidentes kurdos son ejecutados a día de hoy. Todas las manifestaciones públicas de la identidad kurda fueron prohibidas.

Esto marcó el comienzo de un período de «depresión política general» para los kurdos, escribió Abdul Rahman Ghasemlú, el líder fundador del Partido Democrático del Kurdistán de Irán (PDKI), que dominó la política kurda hasta su asesinato en 1989 por la inteligencia iraní, en Viena.

FOTO 2Una militante del KGPI se sienta fuera de su base en el Kurdistán iraquí. Foto de Amberin Zaman

Según la Constitución iraní, teóricamente se permite a los no persas el ser educados en su propia lengua en las escuelas estatales. Pero la legislación nunca se han puesto en práctica.

Bajo Mohammad Khatami, un clérigo reformista quien desempeñó la presidencia de Irán desde 1997 hasta 2005, algunas restricciones se aliviaron. Se permitió la escolarización privada en kurdo. Unos 30 kurdos fueron elegidos para el Majles, el parlamento nacional. El actual presidente Hassan Rouhani está a favor de nuevas reformas y en octubre a los kurdos se les permitió celebrar su primera manifestación pacífica desde 1979, en solidaridad con los kurdos sirios.

La lengua kurda nunca fue tan criminalizada en Irán como lo fue durante décadas en la vecina Turquía. Esto es probablemente porque la lengua nacional, el farsi, y los dialectos kurdos Sorani y Pehlewan hablados en Irán, comparten las mismas raíces. Pero a diferencia de Turquía, donde un partido pro-kurdo es candidato a las elecciones parlamentarias del 7 de junio, todos los partidos kurdos [de Irán] permanecen ilegalizados. Las conversaciones secretas llevadas a cabo fuera de Irán entre el régimen y los líderes kurdos continúan siendo esporádicas y todavía tienen que dar sus frutos.

En medio de toda la exaltación durante Khosravani, muchos activistas kurdos reconocen en privado que el régimen prevalecerá y que es probable que se produzcan nuevas y contundentes medidas de control sobre el PJAK y otros grupos nacionalistas. Tal y como un activista, que pidió mantener el anonimato por temor a represalias del gobierno, escribió en un mensaje de correo electrónico a Al-Monitor, «El régimen es despiadado, y los kurdos se encuentran ocupados luchando entre ellos mismos.» Los líderes kurdos iraníes, que hablaron a Al-Monitor desde el exilio en el norte de Irak, controlado por los kurdos, se hicieron eco de esta desalentadora valoración.

Rezan Javid, un ingeniero eléctrico de Mahabad, se unió al PJAK en 2003, poco después de su fundación. Llegó a ser el co-presidente de su recientemente creado, conocido como KODAR.

En una tarde reciente, Al-Monitor se reunió con Javid en una choza de hormigón escondida en Qandil, tan sólo a 5 kilómetros (3 millas) en línea recta desde la frontera iraní.

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 Rezan Javid, co-presidente del brazo político del PJAK, se sienta para una entrevista en Qandil. Foto de Amberin Zaman.

«Cada día el régimen mata a nuestra gente por el mero hecho de luchar por sus derechos, y el mundo permanece en silencio», dijo Javid a Al-Monitor. «Hay un patrón establecido por parte régimen de aprovecharse de cualquier distensión en las relaciones con Occidente para tomar medidas incluso más represivas en contra de sus opositores», dijo. Javid se refería al acuerdo nuclear provisional firmado recientemente entre Irán y las seis principales potencias. Al igual que muchos kurdos, se estima que los Estados Unidos y el resto del P5 + 1 – Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania – que están negociando para frenar el programa nuclear de Irán, hagan la vista gorda a los continuos abusos por miedo a poner en peligro un acuerdo final.

Abbas Vali, un prominente académico kurdo iraní casentado en Estambul, está de acuerdo. «El acuerdo nuclear es parte de una estrategia más amplia para llevar a Irán de vuelta al redil internacional», dijo en una entrevista con Al-Monitor. Y añadió: «Las estimaciones [del presidente estadounidense Barack] Obama son que Irán es estable y que el régimen está bajo control y, por tanto, es reacio aa negociar con los actores no estatales, tales como el PJAK y el PDKI.»

El historial de derechos humanos de Irán es, sin duda, horrible y kurdos se encuentran entre los más afectados. «Sufrimos una doble discriminación porque la mayoría somos suníes», dijo Javid. Las estimaciones varían, pero se cree que casi la mitad de los aproximadamente 10 millones de kurdos de Irán son chiíes.

La República Islámica tiene las tasas más altas de ejecuciones en el mundo después de China. Grupos de derechos humanos afirman que éstas van en aumento a pesar de las promesas de Rouhani de acabar con esta mancha en su historial. Las condenas a muerte se llevaron a cabo contra más de 740 prisioneros en 2014, marcando un aumento del 10% respecto al año anterior. Y al menos 350 personas han sido ejecutadas en lo que va de año.

Entre ellos estaban seis detenidos kurdos en la prisión Raja’i Shahr, en Karaj, al oeste de Teherán, que fueron ahorcados en marzo. A sus familias no se les permitió recuperar sus restos mortales o asistir a sus funerales. Los hombres, todos suníes, fueron condenados por cargos de «morahebeh» («enemistad con Dios») por su presunta implicación en sucesos de violencia kurda y salafista. Javid calcula que hay por lo menos 30 presos kurdos actualmente en el corredor de la muerte, la mayoría por presuntos vínculos con el PJAK.

Saman Naseem, que fue condenado a muerte en abril de 2013 por estos mismos cargos (y por supuestamente participar en un tiroteo contra el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica) es uno de los raros casos que han llamado la atención internacional. Esto se debe a Naseem tenía solo 17 años en el momento de su detención en 2010. Fue brutalmente torturado durante 97 días hasta que, todavía con los ojos vendados, firmó una confesión. Citando la Convención sobre los Derechos del Niño, que prohíbe la ejecución de delincuentes juveniles, grupos internacionales de defensa de los derechos humanos han hecho un llamamiento a las autoridades iraníes para que anulen su condena, pero con poco éxito. El 18 de febrero, un día antes de su ejecución programada, Naseem fue trasladado a un lugar desconocido desde la prisión de Orumieh, en la provincia de Azerbaiyán occidental. Su suerte sigue siendo un misterio.

El PJAK afirma ser el movimiento kurdo más influyente en Irán con «miles» de combatientes y que tiene el poder de conseguir los derechos para los kurdos. Pero los rebeldes se vieron obligados a pedir a un alto el fuego en septiembre de 2011 y a retirar sus fuerzas a Qandil a raíz de una masiva ofensiva del ejército iraní, que dejó cientos de muertos.

Los rivales del PJAK llaman intrusos a los rebeldes. Esto es debido a que el PJAK fue establecido por otra guerrilla kurda con raíces turcas: el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha estado luchando dentro y fuera por la autonomía kurda dentro de Turquía desde 1984.

Pese a que el PJAK niega cualquier vínculo formal con el grupo, considera a Abdullah Öcalan, el líder del PKK encarcelado, como propio. También reproduce su discurso sobre el «confederalismo democrático», una forma imprecisa de autonomía política que se inspira en el tardío radicalismo americano de Murray Bookchin. Retratos gigantes de un bigotudo Öcalan cuelgan en las paredes de la choza donde Al-Monitor se reunió Javid. Conversamos en turco, la principal lengua de comunicación dentro del PKK.

Ahmet Sumbul, un veterano periodista kurdo de Turquía que acaba de regresar de una gira encubierta por la región kurda de Irán, dijo a Al-Monitor que las imágenes de Öcalan son una imagen habitual en los hogares de la gente común. «El PKK y el PJAK parecen estar reclutando más que cualquier otro grupo», dijo.

Los enfrentamientos entre el ejército turco y el PKK se han, virtualmente, detenido mientras Öcalan continúa las difíciles conversaciones de paz con el gobierno turco. El cese de las hostilidades ha permitido a los rebeldes expandir su influencia en Irak y Siria, donde ellos y su representación siria, las Unidades de Protección Popular (YPG), están luchando contra los yihadistas del EI con la ayuda de la fuerza aérea de Estados Unidos. Voluntarios kurdos iraníes acudieron a ayudar a las YPG a liberar Kobane, una ciudad kurda de Siria en la frontera con Turquía, que se ha convertido en un símbolo mundial de la resistencia kurda.

La Creciente popularidad del PKK irrita a sus competidores

«No son un partido kurdo iraní, son un producto del PKK», dijo Abdullah Mohtadi, que lidera el Partido Komala del Kurdistán iraní, otro grupo kurdo iraní importante.

Durante una entrevista de tres horas en la sede de su partido en las afueras de Suleimaniya, en el Kurdistán iraquí, Mohtadi describe los altibajos del movimiento kurdo iraní. Al igual que muchos políticos kurdos iraníes, Mohtadi es oriundo de la aristocracia kurda terrateniente, no obstante defiende puntos de vista de izquierdas. Hablando en un perfecto Inglés, recordó el apogeo después de la revolución iraní de 1979, cuando Komala y PDKI de Ghasemlú controlaban amplias franjas de territorio a lo largo de la frontera iraquí. [ Por aquel entonces] El recientemente instalado régimen clerical de Irán se empantanó en una sangrienta guerra con Irak e hizo la vista gorda.

Pero la historia se repitió. Cuando terminó la guerra, el régimen reafirmó su control [sobre las regiones kurdas]. Miles de kurdos iraníes fueron asesinados. Los que sobrevivieron huyeron a Irak. Komala y PDKI comenzaron a luchar entre sí y se vieron obligados también a retirarse a Irak. Hoy en día, ambos partes se han convertido en sombras de lo que un día fueron, contándose sus miembros ya no en miles, sino en cientos. Luchas internas irreconciliables han llevado a más divisiones. Ahora hay dos partes en Komala y dos en el KDPI.

Khalid Azizi, el líder de una de las facciones PDKI, inscribe dichas diferencias dentro de «un choque de personalidades.» Él está de acuerdo que para ser eficaz, los grupos kurdos iraníes necesitan unirse. «Lo estamos intentand», dijo a Al-Monitor.

Sin embargo, compañeros miembros del PDKI expresan su escepticismo.

El comando central del PDKI, cerca de la ciudad kurda iraquí de Khoya, muestra ciertoa sensación de irrealidad al respecto. Mujeres combatientes jóvenes, con fusiles Kalashnikov al hombro, pasean en medio de exuberantes jardines verdes. Una de las mujeres, que se identifica a sí misma como «Sahra» dijo que ella era de Mahabad. Se unió a la PDKI hace tres meses. «Las mujeres no tienen derechos en Irán. Aquí me siento libre, vivo como yo elijo «, dijo Sahra.

Mina, de 25 años, llegó hace cuatro meses. «Vine a luchar por un Kurdistán independiente», dijo.

Azizi insistió, sin embargo, en que su partido no tiene tal objetivo y repitió el famoso eslogan del PDKI, «Democracia para Irán, Autonomía para Kurdistán.»

Pero aún no está claro cómo de efectivo es el grupo más allá de los límites de este complejo. «Todas las partes están estancadas en el pasado y completamente dependientes de los kurdos iraquíes», dijo Vali. Y añadió: «No hicieron ningún esfuerzo para crear un movimiento clandestino dentro de Irán, con la creencia de que el régimen podría implosionar. Sus previsiones resultaron estar equivocadas».

El vacío político está siendo llenado por el PJAK y el PKK. Pero Vali cree que su influencia sigue siendo también limitada,. «Cualquier partido que prescribe una fórmula para todos los kurdos no es realista», dijo.

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