Kurdistan – En homenaje a Tahir Elçi…
Fuente: KEDISTAN
Fecha: 28/11/2017
Traducido por Rojava Azadi
Tahir Elçi, Presidente del Colegio de Abogados de Diyarbakir, abogado, defensor de los Derechos Humanos, investigador de asesinatos no resueltos, fue asesinado el 28 de noviembre de 2015 en Diyarbakir, después de una declaración de prensa que había concluido con estas palabras: «Nosotros no queremos combates, armas de fuego, ni operaciones, en este lugar histórico».
Durante dos años ha habido tres cambios de fiscales, pero no se ha producido ningún avance en la investigación para evitar este asesinato. Mahsuni Karaman, abogado de la familia Elçi, y miembro de la comisión de investigación del asesinato de Tahir Elçi constituida por el Colegio de Abogados de Diyarbakir, atrae la atención al expresar que «El asesinato de Tahir Elçi no puede ser tratado como un mero incidente de carácter penal».
Ni una sola persona ha sido interrogada como sospechosa. «La persona que mató a Tahir Elçi es alguien que se encontraba en la calle Yenikapı. Mientras que, en la calle en ese momento, había decenas de policías que hacían uso de su arma, ningún policía ha sido interrogado como sospechoso.» declara Mahsuni Karaman.
Los análisis del casquillo de la bala que impactó a Tahir Elçi no se han realizado. «Pretextando una confrontación, la búsqueda de pruebas no se ha hecho correctamente. El casquillo de la bala que mató a Elçi, no ha sido encontrado y analizó. Una bala que entra en el cuello de Tahir Elçi, y que sale a la altura de su ceja, no puede alejarse más de 5, 6 metros. La policía debería haber acordonado el lugar antes de que se perdiera el casquillo y que se pudiera hacer un análisis de balística. La ausencia de este procedimiento es un acto de negligencia, y es imposible para recuperar».
En cuanto a las grabaciones de las cámaras de vigilancia: Están disponibles las grabaciones de la cámara de una oficina que mostraba el interior del local, pero no existen las que mostraban la calle. En las grabaciones de las cámaras de la policía, faltan los 13 segundos vitales, y ese vacío inexplicable continúa guardando el misterio. Mahsuni Karaman: «El policía que filmó el incidente declara que, en el momento de la detonación, se agachó y se levantó más tarde para seguir filmando. Nosotros solicitamos el análisis de estas grabaciones para saber si había habido algún montaje con estas imágenes. Han pasado dos años. Curiosamente, sólo se ha enviado una copia a los servicios técnicos, y ni la tarjeta SD ni la cámara que contiene la grabación original fueron confiscadas como prueba. Esto también es una negligencia considerable. Después de dos años, se desconoce el lugar donde se encontrarían la cámara y la tarjeta. Todo esto demuestra que la investigación se lleva a cabo de manera indolente y sin motivación.»
En homenaje a Tahir Elçi, publicamos la traducción de una entrevista que se realizó Hazal Özvarış con Nazenin Elçi, la hija de Tahir Elçi, publicada por T24, el 18 de enero de 2016. Hemos respetado en la traducción la forma y el estilo del artículo.
Nazenin Elçi. (Photo Sinem Babul / T24)
«El hecho de decir ‘vamos a encontrar a los asesinos; se hará justicia’ sería infantil»
Nükhet İpekçi Izet, 31 años después del asesinato de su padre Abdi İpekçi [periodista asesinado el 1 de febrero de 1979] decía en la emisión televisada de Can Dündar, hoy en prisión [periodista liberado y exiliado en Alemania después de este artículo], mostrando la camisa de su padre perforada por las balas y aún manchada con su sangre seca:
«En aquel momento, algunas personas pudieron cooperar para lograr un objetivo. Pero si todavía hablamos de las mismas cosas, y si existen muchos niños que guardan estas mismas camisas, e incluso si no se las dan [las camisas] a algunos [de estos niños], ya no estamos en condición de ocuparnos de los daños que pueda haber sobre una institución así, de la pérdida de prestigio de tal organización».
Mientras Nükhet İpekçi pronunciaba estas frases, era el año 2010. Durante los últimos 6 años, la lista de vidas segadas, no por el destino sino por la política, se ha alargado aún más. Uno de los últimos nombres añadidos ha sido Tahir Elçi. El presidente del Colegio de Abogados de Diyarbakir, abogado de derechos humanos, documentalista e investigador de masacres, de los asesinatos sin resolver en la región, Tahir Elçi, fue asesinado el 28 de noviembre de 2015, por una bala en la nuca, disparada por un arma de la que aún no se conoce el propietario.
Por un lado, el Estado, por el otro el PKK, desde las posiciones en las que se encuentran, se acusan mutuamente de ser el autor. Turquía se encontró, en la ceremonia de entierro del día siguiente, con la familia de Elçi, que heredó su camisa ensangrentada. Su compañero, Türkan Elçi, quedó grabado en las memorias por su carta en la que escribió «será recibido por un ejército de víctimas de crímenes sin resolver», y su hija Nazenin Elçi dejó su grito «¡Papá!» suspendido en las conciencias.
Hoy es el día 52 después del asesinato. La oficina del Fiscal aún no ha escuchado a nadie como «sospechoso». La mitad de las evidencias aún no se han recopilado, y las que se han reunido plantean dudas. Mientras pasa la vida, sembrada de noticias de muertos, concertamos una cita con Nazenin para saber cómo le va a la familia Elçi.
Nazenin Elçi, estudiante de último curso en el Robert College, tiene 18 años. Ésta es la parte que pertenece a las Nazenin, en un mundo sucio por sus mayores; hablar, desde lo alto de sus 18 años, de los asesinatos políticos que finalmente le robaron a su padre también…
Nazenin Elçi nos habla de ese día, del después, de sus sueños, de su hermano, de su Diyarbakır. No insistimos en las preguntas que ella no quería responder. Le dejamos la forma final de esta entrevista. Venid por aquí, para ver el estado del país en el que las madres, padres e hijos son heridos de por vida en asesinatos no resueltos.
«Mi nombre Nazenin viene de mi madre, Pahiz me fue dado por mi padre»
– Te hemos conocido a ti, a tu grito, cuando tu padre se iba a su último viaje. Aprendimos tu nombre, también, con tu llanto. Pero no sabemos cuál es la historia de tu nombre Nazenin.
Fue mi madre quien me puso mi nombre. Ella ama la literatura. El nombre Nazenin es ampliamente utilizado en la literatura otomana. Lo decidió al verlo un día en un poema. Procede de Persia y significa «de naturaleza frágil, de apariencia frágil». Me gusta mi nombre, pero, a decir verdad, no me gustaría ser frágil o débil. Tengo otro nombre: Pahiz. Significa «otoño» en kurdo. Fue mi padre quien me lo puso.
– Hemos sabido, por todo lo que se ha contado tras la muerte de Tahir Elçi, que fue torturado en 1998 y 1993 en el centro de JITEM (servicio de inteligencia y antiterrorismo de la policía). ¿Estos recuerdos forman parte de las cosas que oíste mientras crecías o de historias contadas en casa?
No. Yo lo supe de casualidad, pero nunca lo discutimos abiertamente en casa. Trataban de mantenerme al margen. Cuando era muy pequeña, un día vi en la oficina de mi padre, entre sus libros, un folleto informativo en el que había fotos de personas torturadas. Verlas me sorprendió. Yo era pequeña, pero entendí de qué se trataba. Cuando mi padre me vio hojear ese libro, se entristeció.
«Lo que se contaba en casa era trágico, pero concernía a otros… vivir el dolor es otra cosa»
– ¿Qué significa ser hija de un padre que se hace abogado de los derechos humanos en la región [Bakur, o Kurdistán de Turquía], desde 1992, y que está tratando de encontrar a los autores de asesinatos no resueltos? ¿De qué has sido testigo mientras crecías?
Mi madre y mi padre discutían sin cesar de los procesos. Todo de lo que hablaban, aunque trágico, concernía a otras vidas. Me hizo consciente, pero no es lo mismo que experimentar el dolor una misma.
– ¿Puedes contarnos tu infancia, para que podamos imaginar, cómo te hacía reír tu padre, con qué te enojaba?
Mi madre y mi padre siempre han sido buenos padres. Mi padre siempre ha tratado de hacerme feliz. Todos los padres quieren la felicidad de sus hijos. Pero él se esforzaba más. Quería enseñarme cosas nuevas, intentaba compartir todo lo que pensaba que podría ayudarme a crecer … Por ejemplo, yo estaba constantemente siguiendo las noticias. Es difícil entender lo que está sucediendo en Turquía. Y cuando no entendía, le preguntaba «Papá, ¿por qué ha pasado esto?» Y él trataba de explicarme de acuerdo con su visión…
– «Yo seguía constantemente las noticias» no es una frase que suela utilizar la gente de tu edad que no vive en la región.
Creo que está relacionado con el hecho de que vine a Estambul y me alejé de Diyarbakır. Algo está sucediendo allí y para saber lo que está sucediendo, sigo las noticias. Por ejemplo, los acontecimientos del 6 al 8 de octubre en Kobanê, donde murieron 40 personas… La gente hablaba en las calles donde yo había pasado mi niñez. En ese momento, vivía en un internado y era un mundo completamente diferente. Todos se ocupaban de sus clases y su vida social. Yo también era parte de todo eso, pero esta situación me pareció amarga. La gente no estaba al tanto de lo que estaba sucediendo. Cada dos minutos, pongo las noticias para ver qué estaba pasando.
– ¿Qué hacían tus amigos?
Veían que yo no estaba bien.
– ¿Y sus reacciones se limitaron a eso?
Eso varía de una persona a otra. En realidad, había algunos que se interesaban, pero en general había un estado de inconsciencia sobre las realidades que se vivían allí … Pero en comparación con otras escuelas, en la nuestra la gente era más sensible e interesada.
«Siempre supe que era kurda»
– ¿Cuándo te diste cuenta de que eras kurda? ¿Has sido discriminada por ello?
No hubo «una toma de conciencia» de que era kurda; siempre he sabido que era kurda … Sí, me he encontrado con reacciones perturbadoras.
– ¿Como cuáles?
Como que no me crean cuando digo que soy kurda, por ejemplo … Seguidamente, cuando realmente me han creído, me he encontrado con miradas y palabras llenas de prejuicios.
– ¿Porque de repente entendían de dónde procedes?
Sí. La mayoría del tiempo se mostraban asombrados. «¿Cómo puedes hablar así de bien [turco sin acento]?», me decían. El hecho de que me parezca a ellos probablemente les sorprendía… Pero no culpo a las personas que reaccionaban de esta manera. Aprendieron así, vieron, escucharon así. Les había sido grabada una imagen de kurda en el cerebro, por ello, cuando me veían, se sorprendían.
«Cuando lo mataron, entendí lo que quería decir mi padre al decir ‘Ser abogado es peligroso’
– Robert College fue una institución por la que pasaron personas selectas, desde Behice Boran hasta Halil Berktay, de Abidin Dino a Cem Karaca. Como hija de un abogado de Diyarbakir, ¿cómo accediste a esta escuela que es considerada por algunos como una «escuela de turcos blancos» y donde el acceso requiere un gran rendimiento?
Sabíamos qué tipo de escuela era Robert College. Fue mi padre quien realmente quería que fuera, como dices, donde se graduó mucha gente importante. En mi opinión, era la mejor escuela de Turquía, y todavía lo es. Es por ello que realmente yo deseaba mucho ir allí. Realmente me gusta esta escuela y estoy feliz de estudiar allí.
– ¿Tienes una beca o supone una carga financiera?
Era una carga económica. Mi padre pagó. Como sabía que lo deseaba mucho, aunque le resultaba difícil, lo pagó.
– ¿Cuándo decidiste convertirte en abogada?
Lo he querido desde los tres, cuatro años.
– ¿Cómo Tahir Elçi reflejaba sus sentimientos cuando ganó el juicio por la masacre de Ormaniçi 1993, y de Kuşkonar, Koçağılı de 1994, que había llevado a la Corte Europea de Derechos Humanos?
Sabía que el trabajo de mi padre era muy duro y que tenía dificultades. Siempre que estaba con nosotros, estaba feliz. No quería que nos viéramos afectados. Cuando le dije «voy a ser abogado», se sorprendió, se detuvo [por un momento], pensó, y dijo «Pero no». Cuando le pregunté «¿por qué?», dijo »Es muy difícil, es muy peligroso, no vale la pena».
– ¿Cómo el hecho de que te dijera que ser abogado es difícil, tratando de protegerte de las dificultades, ha dado vueltas en tu cabeza?
Aunque sabía que él tenía razón [en ese momento], entendí exactamente a qué se refería cuando lo mataron … Pero no he cambiado de opinión, no tengo miedo.
– ¿Seguiste el programa de televisión de CNN Türk, durante el cual Tahir Elçi dijo «el PKK no es una organización terrorista», la frase que le llevó a estar bajo custodia?
No lo hice porque no sabía que él participaría. Al día siguiente, en la escuela, mi amiga miraba Ekşi sözlük [‘diccionario amargo’, un sitio de referencia participativo]. Vi el nombre de mi padre en la lista [en la barra lateral] de la izquierda [donde están los temas de actualidad]. Pensé que, si hubiera sucedido algo bueno, él no estaría en esa lista, y me sentí mal… Después de abrir el artículo, me enteré de la noticia. Luego lo llamé y hablamos. «Dijiste algo, papá, y ha habido incidentes», le dije, y me respondió: «Sí, así ha sido, pero no importa». Él no se arrepintió.
«Me alegro de haber escuchado la defensa de mi padre»
– ¿Dónde estabas cuando lo pusieron bajo custodia?
El día que lo trasladaron a Estambul, yo estaba cerca de él. Hablamos por teléfono mientras él esperaba en el Colegio de Abogados [en Diyarbakır] bajo arresto. Estaba tan tranquilo, «No te preocupes, mi niña, no va a pasar nada», me dijo. Cuando me desperté a la mañana siguiente, leí que había salido de Diyarbakır alrededor de las 2:00 a.m. y había sido trasladado a Estambul. Inmediatamente salí de mi casa y fui al Palacio de Justicia de Bakırköy. La entrevista con el Fiscal duró mucho tiempo. Si bien era necesario que el Fiscal decidiera si debía presentarse o no ante el juez, y mientras continuaba el interrogatorio, el Ministro de Justicia (Kenan İpek) dijo: «Tahir Elçi será enviado ante el juez, esperamos la decisión». Estas palabras mostraban que la decisión ya estaba tomada desde arriba.
Entonces mi padre salió de la oficina del Fiscal. Lo primero que dijo al verme fue «¿Por qué no has ido a clase?» Riendo, le dije: «quería venir, papá»… Luego lo llevaron al juez e insistí en estar presente. Y escuché la defensa de mi padre ante el juez. Él asumía lo que había dicho. Explicó la frase, que había sido malinterpretada, junto con las justificaciones legales. Hoy me digo a mí misma que, afortunadamente, entré a escucharlo. Me sentía muy impresionada. Se mostraba muy seguro de sí mismo. Su postura era tan impresionante… Una vez más, admiré a mi padre.
– ¿Cómo fueron los 31 días tras el levantamiento de la custodia de Tahir Elçi? ¿De qué hablasteis?
Yo sabía que había un peligro. Él me decía «no tengas miedo», pero sabía que constantemente recibía amenazas en Twitter. También hablaba de eso, pero trataba de no asustarme. Creo que estaba tenso por dentro, pero trataba de no mostrárnoslo. Mi madre era la más estresada. Trataba de ser cautelosa. Cada vez que salía, decía «ten cuidado». Mi padre estaba más sereno.
«Todavía no puedo creerlo, y cojo el teléfono para llamar a mi padre»
– ¿Cómo te llegó la noticia el 28 de noviembre? ¿Dónde estabas?
Estaba en la escuela, de exámenes. Era sábado. A la salida, un profesor me estaba esperando. «Tengo que acompañarte a la oficina del director», me dijo. Le pregunté «¿Qué ha pasado?» Me respondió: «Nada, ya lo sabrás, ven conmigo». Entendí por su comportamiento que algo había sucedido. Pensé en llamar a mi madre, pero tenía miedo. No sé por qué, no pensé en llamar a mi padre, porque por dentro sabía que algo le había sucedido … Luego cogí mi teléfono. Me había llamado mucha gente. Mis dedos consultaron la información. Cuando fue publicado, vi que estaba escrito sobre un fondo negro «Tahir Elçi ha sido asesinado»… No lo podía creer … y después fue terrible. Me fui a Diyarbakır. Todavía no podía creerlo, parecía tan surrealista … Agarré mi teléfono para llamar a mi padre, y me di cuenta de que ya no podría llamarlo más y [una vez más] me resultó sorprendente…
– ¿Cómo está tu hermano?
Mi hermano siempre fue introvertido. No sé cómo podía sentirse a esa edad. No lo sé. Él nunca habla, se comporta como si nada hubiera pasado…
– A partir del 28 de noviembre, videos que muestran el momento del asesinato fueron publicados en Internet. ¿Has podido verlos?
No he podido verlos, no quería mirarlos. Aun todavía no sé si en esos videos aparece o no el momento de su muerte… Mi madre tampoco los ha visto. Sólo leo los artículos. Pero, al día siguiente, vi en Internet una foto. La cara de mi padre, de cerca… Estaba sangrando. Esta foto fue eliminada más tarde. Lo primero que pensé cuando la vi fue «Mi hermano no debería ver esta foto»… Ningún niño debería ver a su padre así. Pero más tarde supe que mi hermano la había visto. Mi madre también. Ninguno de ellos me lo dijo. ¿Qué pudo sentir a esa edad? No lo sé.
«No fue un accidente sino un atentado»
– Türkan Elçi dijo en sus primeras declaraciones que se había tratado de un atentado. Luego, en diciembre de 2015, Amberin Zaman [periodista] declaró: «Creo que, con muchas posibilidades, se trata de la policía. No sé si es una acción personal u organizada. También puede ser un accidente». ¿Qué piensas tú?
Esto es lo que pienso: nunca creí en un accidente, sigo sin creerlo… Esto no debe ser personal, creo que fue organizado. Y si preguntas «¿por qué harían eso?»; mi padre siempre decía «quiero la paz»… Mi padre fue asesinado por aquéllos que no querían la paz, aquéllos a quienes sus palabras no convencían, a los que les molestaban. Fue un atentado.
«Pretender que ‘vamos a encontrar a los autores, se hará justicia’ sería una ingenuidad»
– Como hija de Tahir Elçi y a la vez Nazenin Elçi que quiere convertirse en abogada, ¿en qué medida has podido seguir el proceso de investigación, y el progreso de la investigación te da esperanzas de una resolución del caso?
No tengo ninguna esperanza. Los días han pasado y no sabemos nada ni lo sabremos. El hecho de decir «encontraremos a los autores, se hará justicia» sería una ingenuidad, un infantilismo.
– ¿Qué te hace decir eso, cuando existe la realidad de Tahir Elçi que documentó masacres ocultas durante años y las puso en la agenda de la Justicia? ¿Podría ser, por ejemplo, como el hecho de que el asesinato de Hrant Dink no esté resuelto?
Sí, estoy desesperada, porque un Tahir Elçi, que documenta las masacres y las trae a la agenda de la Justicia, ya no existe. La formación de un abogado valiente y honesto no es fácil. En este contexto, el hecho de que no se aprecie el valor de las personas que tienen estas cualidades me produce tristeza.
«Mientras el Estado no lo quiera, este asesinato no será resuelto».
– ¿Cuál es vuestra, tu reivindicación para el Estado? ¿Es el hecho de que el otro sea encontrado o, como decía Bengi Öz, la hija del Fiscal Dogan Öz, muerto antes del golpe de 1980, “Como familia, nunca hemos corrido tras los gatillos”? ¿Es tu reivindicación que se revele la organización detrás de este asesinato?
Es exactamente eso. Si bien es importante encontrar al hombre del gatillo, saber a quién pertenecía el arma de la que salió la bala, y saber qué lo ha motivado, puede resolver muchas cosas que deben conocerse. Pero el descubrimiento de las personas detrás de este caso me parece imposible. Porque mientras el Estado no lo quiera, este asesinato no será resuelto.
– ¿Qué puede pensar una persona llevada a esta situación, para decir tales cosas, sobre el país? Por ejemplo, «Si yo no hubiera nacido en Turquía», ¿es una frase que te traspasa?
Siempre he sido consciente de que Turquía es un país lleno de odio. Pero hasta que mi padre murió, nunca quise haber nacido en otro país.
«En el funeral, una chica me dijo ‘A mí también, me mataron a mi padre’, y volví a reponerme»
– Las condolencias ¿son útiles o te cansan?
Son muy útiles. En la ceremonia fúnebre, yo no era yo. La gente que me acompañaba, tratando de alejarme, me cansaba. Una chica que lloraba como yo, me detuvo por un momento, me tomó por el hombro y me dijo «A mí también, me mataron a mi padre»… Me sentí muerta, me volví a reponer. Había, pues, gente que compartía mi dolor. Había personas que nunca conocieron a mi padre, pero que lo entendieron. Me consuela saber de su existencia. Me gustaría agradecerlo a esa chica y a los que nos comprenden.
– Vimos una foto de tus amigas de Robert College, detrás de un cartel con la inscripción «Estamos cerca de ti». ¿Qué pasó que no hayamos visto?
Esa pancarta fue idea de mis amigas. El número del periódico escolar publicado en mi ausencia fue dedicado a mi padre. La administración de la escuela quería que volviera para reanudar mi vida normal. Lo querían por mi bien, alejarme de estos temas y traerme de vuelta a mi vida anterior.
– ¿Después de cuánto tiempo has podido volver al colegio?
Querían que volviera una semana. Regresé 10 días después. Pero no escuchaba en clase, la mayoría de las veces dejaba las clases a la mitad. Porque me parecía que había una multitud. El hecho de estar aquí me parecía insensato. Pero ahora me he acostumbrado.
– ¿Qué pasa en tus sueños?
En mis sueños, vuelvo todo el tiempo al día en que murió mi padre. A veces aparece en una esquina y sonríe. «No era real, hija mía, estoy aquí», me dice. En otro sueño recurrente, busco a mi madre por la casa. Entonces, alguien que no conozco dice «lo han ahorcado».
«La cartera de mi padre es, para mí, el signo de lo inacabado»
– A veces, después de la muerte, guardamos las pertenencias de las personas que amamos. ¿Tienes cosas así?
El día después de su muerte, trajeron las cosas y la cartera de mi padre que llevaba ese día. Fui a mi habitación, sola, y abrí su cartera. La que sostenía en el último momento… Y miré cada objeto, uno por uno. Allí estaba su peine… su cuaderno de notas, su bolígrafo… Los tomé en mis manos. No quiero sacar nunca el contenido de esa cartera. Quiero que todo siga como está… Quiero abrirla cuando quiera y mirar. Porque para mí es el símbolo de lo inacabado. Como todos los demás, él también se levantó, tomó su cartera, pero todo se quedó [suspendido] así… También miro mucho las fotos.
– ¿Qué foto te gusta más?
Me gusta mucho la foto que hicimos en una boda, una semana antes de su muerte. Hay otras, de viajes. Nos encantaba viajar en familia. Durante las vacaciones, siempre salíamos a alguna parte, es por eso que tenemos muchas fotos de viajes.
– ¿En qué país os habéis divertido más?
En España. Barcelona tiene un lado divertido. Hemos caminado mucho por la ciudad. Hay fotos de ese viaje. Mi hermano y mi padre están subidos en unos columpios, mi madre los mece. Y yo les hice fotos.
«¿Qué va a pasar ahora?»
– ¿Cómo te va la vida ahora?
Esto es diferente para mí, diferente para mi madre, y para mi hermano aún más diferente… Yo, incluso si sigo haciendo mis tareas diarias, que voy a la escuela, tengo la cabeza llena de preguntas.
– ¿Cuáles son tus preguntas?
¿Qué va a pasar ahora? Porque siento que no sé qué hacer. Aunque han pasado 49 días, todavía no me doy cuenta de la muerte de mi padre, no la he aceptado del todo. En Estambul estoy mejor, mis amigos y la escuela me ocupan. Pero en Diyarbakır no es lo mismo. En Diyarbakır hay una guerra. Cuando estuve allí de vacaciones durante dos semanas, me despertaba con ruido de disparos. Allí, no puedo dormir por la noche. Porque solo veo humo enfrente, y solo escucho los sonidos de las armas. A pesar de que nuestra casa está un poco distante de la ciudad, y que el Tigris nos separa de ella, lo oigo todo. En Diyarbakır, estoy continuamente con miedo. Siento que algo va a pasarle a mi madre, a mi hermano. Siento que alguien entra en nuestra casa y que pasan cosas. Siento como si alguien fuera a ser herido.
«Diyarbakır se ha convertido en un lugar muy peligroso»
– ¿Cómo sientes cuando un atentado afecta a alguien fuera de tu familia?
Es muy diferente leer las noticias. Yo leía [estas cosas] como todos los demás en las noticias. Porque no ves [con tus propios ojos] lo qué está pasando. La semana pasada fui a la reunión por la paz, a la que llegaron 106 personas de Estambul. Mi madre y Rakel Dink [la novia de Hrant Dink] tomaron la palabra. Después, ellas y una familia que vivía en Sur [distrito histórico de Diyarbakır] hablaron. La madre le quitó la camiseta a su hija delante de todos y mostró las heridas en su cuerpo. Y en ese momento todo cambió para mí. Esta guerra… que se lee en los periódicos, «Tantas personas han muerto hoy», «Tal mujer fue asesinada en su casa», «Tal chica presenció la muerte de su madre a través de la ventana, pero no pudo ir a recoger su cuerpo», lees esta información, pero no la entiendes hasta que la ves. Ese día, al escuchar a esa gente, todo se volvió aún más real y me conmovió. Diyarbakır se ha convertido en un lugar muy peligroso.
– ¿Tienes alguna esperanza de paz?
Mantener la esperanza es muy difícil, pero nos vemos obligados a esperar continuamente la paz.