[Irán] Libertad provisional bajo fianza para una presa política kurda y su hija de corta edad
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KHRN – 12 febrero 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
La presa política kurda So’ada Khadirzadeh ha sido puesta en libertad provisional de la sección de mujeres de la Prisión Central de Orumiyeh tras 40 meses en prisión.
Quedó en libertad el 11 de febrero, junto con su hija pequeña, Solina Esmaeili, bajo fianza de 25.000 millones de riales (casi 28.000 USD). Es la primera vez que se le concede un permiso temporal.
La hija de Khadirzadeh, que nació en prisión hace dos años y ocho meses, ha pasado toda su vida en difíciles condiciones en el pabellón de mujeres de la Prisión Central de Orumiyeh, sin acceso a instalaciones adecuadas.
Khadirzadeh, natural de Piranshahr, provincia de Azerbaiyán Occidental, fue detenida por las fuerzas de seguridad en Piranshahr el 14 de octubre de 2021 y llevada al centro de detención del Ministerio de Inteligencia en Orumiyeh, provincia de Azerbaiyán Occidental.
Permaneció recluida en el centro de detención durante 12 días bajo presión psicológica y coacción para que hiciera confesiones forzadas, antes de ser trasladada a la prisión central de Orumiyeh.
Tras unos 11 meses de detención, el 24 de agosto de 2022 se celebró en línea el juicio de Khadirzadeh en la Sección Tres del Tribunal Penal Uno de Mahabad, provincia de Azerbaiyán Occidental, presidido por el juez Javad Banaei y los asesores judiciales Amir Ojaghlou y Gholam Karimkhani.
Fue condenada a 12 años y seis meses de prisión acusada de «complicidad en el asesinato» de Khedr Pirouti, miembro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), y de «ayudar a un fugitivo». La sentencia le fue comunicada el 6 de septiembre de 2022.
En otro caso, también fue condenada a cuatro años de prisión por el Tribunal Revolucionario Islámico de Piranshahr, acusada de «actuar contra la seguridad nacional» por su pertenencia al Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI).
En febrero de 2024, el Tribunal Supremo anuló su condena de 12 años y seis meses de prisión por «complicidad en asesinato».
Además, bajo la presión de las fuerzas de seguridad, se presentó otro caso contra ella ante el Tribunal Revolucionario Islámico de Miandoab, provincia de Azerbaiyán Occidental, por «ayuda en la compra de armas».
El 18 de agosto de 2022, en protesta por su prolongada detención y por las continuas presiones de las fuerzas de seguridad, Khadirzadeh intentó suicidarse ahorcándose en el pabellón de mujeres de la prisión central de Orumiyeh.
También sufrió malos tratos tras someterse a una cesárea el 22 de junio de 2022. A pesar de necesitar atención médica posquirúrgica, fue devuelta a la prisión por la fuerza. Mientras estaba hospitalizada, los guardias de la prisión le encadenaron las manos y los pies a la cama, lo que provocó la queja del personal médico.
En mayo de 2022, Khadirzadeh protagonizó una huelga de hambre de 11 días para protestar por su permanencia en el limbo jurídico. Puso fin a su huelga tras recibir garantías de los funcionarios de prisiones de que quedaría en libertad provisional bajo fianza.
Durante su embarazo, sufrió problemas renales, cardíacos y discales, y se le negó el acceso a atención médica especializada.
Amnistía Internacional emitió previamente una declaración en la que condenaba su detención y afirmaba que a Khadirzadeh se le había negado representación legal desde su detención: «Su detención es contraria a las normas de un juicio justo y se considera arbitraria según el derecho internacional porque lleva detenida mucho tiempo sin conocer los motivos de su detención y se le ha negado el acceso a un abogado».