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El Partido de la Unión Democrática (PYD) y la autodeterminación kurda

Los kurdos de Siria, es decir el Kurdistán-Oeste (Rojava) se han convertido ya en actores ineludibles del proceso combinado de revolución, contrarrevolución, guerra civil y autodeterminación en curso en Siria. El PYD había de hecho tomado ya el control en los enclaves de Kobane primero y luego en Afrin y Jazira como consecuencia de la retirada de las fuerzas del régimen de Assad en julio de 2012, declarando la autonomía en esta región en enero de 2014 como reacción a que no fuera invitado a la segunda conferencia de Ginebra. Pero fue principalmente con el asedio de Kobane por el Estado Islámico y la audaz resistencia de las Unidades de Protección Popular (YPG) y particularmente de las mujeres combatientes en las filas de las YPJ como las fuerzas ligadas al PYD y la experiencia de autodeterminación de Rojava obtuvieron una legitimidad y un apoyo a nivel internacional. Como sabemos, el asedio de Kobane fue finalmente roto, con el apoyo de militantes kurdos y turcos (que pasaron como pudieron la frontera turco-siria), de los peshmergas iraquíes (fuerzas armadas del Gobierno Regional del Kurdistán en la región del Kurdistán autónomo, ndr) y por supuesto de los ataques aéreos estadounidenses. A partir de ello, las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) de las que las YPG constituyen la principal fuerza militar, apoyadas por los Estados Unidos y, en cierta medida, por Rusia, están jugando un papel crucial en la guerra contra el Estado Islámico.

Vamos a intentar exponer brevemente en este artículo las raíces políticas del PYD, su lugar en el movimiento nacional kurdo de Siria, su línea ideológica, sus posiciones en la revolución, así como las principales modalidades y dificultades del proceso de autodeterminación en curso en Rojava.

El nacionalismo kurdo bajo el Baas

El nacionalismo kurdo en Siria representa un paisaje muy fragmentado. La multitud de partidos supera de lejos lo que se puede ver en las demás partes del Kurdistán. Aunque sea difícil seguir los perpetuos reagrupamientos y escisiones, se puede sin duda afirmar que más de una quincena de partidos kurdos están activos actualmente. La mayor parte de los partidos son originarios del Partido Demócrata del Kurdistán de Siria (PDKS), fundado en 1957, del que se desprendieron rápidamente tendencias “de izquierda” y “de derecha”, que se escindieron para formar partidos distintos hacia 1965. Los desarrollos fraccionales en los partidos kurdos de Irak (tomados como modelo), las condiciones de la actividad clandestina, las acusaciones de colaboración con el régimen y las infiltraciones e intervenciones de los servicios de información han perpetuado las escisiones. Las divergencias políticas provenían principalmente del tono empleado hacia el régimen y de las reivindicaciones políticas que iban desde el reconocimiento de los derechos culturales, lingüísticos y de ciudadanía al reconocimiento constitucional de los kurdos como minoría. Sin embargo es importante subrayar que la autonomía no ha sido prácticamente jamás reivindicada antes de 2011 (a parte del partido Yekiti). Señalemos sin embargo que el tema de la ciudadanía es una cuestión crucial dado que tras el censo excepcional de 1962 a más de 120 000 kurdos se les retiró su nacionalidad y fueron clasificados bien como “extranjero” provisto de una ficha de estado civil específica, bien como “maktumin”, no registrado, sin documento de identidad y sin derechos.

Esta multitud de partidos llevó en los años 1990 a reagrupamientos. Así, los partidos cercanos a la corriente iraquí-kurda de Jalal Talabani se reagruparon en la Alianza Democrática Kurda de Siria (“Hevbendi”) mientras que los aliados a Mesut Barzani formaron el Frente Democrático Kurdo de Siria (“Eniya”). Entre los partidos no originarios del PDKS, debemos, en primer lugar, contar al PKK y su partido hermano, el PYD, fundado en 2003. El líder del PKK Abdulá Ocalan así como toda su organización habían gozado del apoyo de Hafez al-Assad -en el marco de su rivalidad con su vecino turco- hasta finales de los años 1990, estando los campos del PKK instalados en Siria desde comienzos de los años 1980. Así, la cuestión kurda en Siria no estaba al orden del día para el PKK y solo después de que el régimen dejara de abrigar a Ocalan y la fundación del PYD este último comenzó a interesarse por la política siria. Otro partido importante fue el de Michel Temo, el Partido del Porvenir Kurdo, fundado en 2005, que privilegió la cooperación con la oposición árabe al comienzo de la revolución, pero su asesinato dio un severo golpe a su movimiento, que se dividió. El Partido de la Unión Kurda de Siria, conocido con el nombre de Yekiti y nacido de la fusión de varios grupos -entre ellos una pequeña corriente trotskysta que se reclamaba en los años 1980 de la IV Internacional, dirigido por el poeta Marwan Othman /1, debe ser también señalado como fuerza de izquierdas en el abanico político kurdo. La intervención política de Yekiti, más abierta, más radical, intentando movilizar a la comunidad kurda, y no solo en Rojava sino directamente en la capital, con un programa de “lucha de clases”, a partir de 2002, tras la corta primavera de Damasco, fue importante en el terreno de la confrontación con el régimen y de la politización que llevó al “Serhildan” (revuelta en kurdo) de Qamishlo /2.

De la intifada kurda a la revolución siria

Un acontecimiento clave fue la revuelta de Qamishlo en 2004, designada también como la intifada kurda, donde por primera vez miles de kurdos, tras los enfrentamientos habidos con forofos nacionalistas árabes en un partido de fútbol y una severa represión de la policía, salieron a la calle para afirmar su identidad kurda y reivindicar sus derechos de ciudadanía. El levantamiento no estuvo solo limitado a Qamishlo o a la región de Rojava, sino que ganó rápidamente los barrios kurdos de Alepo y de Damasco. Se tiraron por los suelos estatuas del padre de Assad y se atacaron comisarías, establecimientos públicos y centros del Baas.

Fue al producirse este serhildan cuando se asistió por primera vez, durante más de diez días, a la movilización de una juventud kurda radical e independiente de los partidos tradicionales del nacionalismo kurdo y que se volverá a ver en los primeros momentos de la revolución. Al lado de esta juventud radicalizada, hay que precisar que, sobre todo el Yekiti y el PYD, fueron los que constituyeron la punta de lanza de las movilizaciones (la cadena de televisión ligada al PKK, Roj TV, llamaba abiertamente a la insurrección). Pero la represión del régimen fue feroz. Inmediatamente después de la revuelta se formaron organizaciones de juventud que se distanciaron del pacifismo de los partidos tradicionales – a veces, con una orientación de lucha armada, aunque sin pasar a la acción-. La perspectiva de la autonomía ganó terreno en las conciencias frente a las reivindicaciones de igualdad de derechos y de ciudadanía defendidas por la Alianza y el Frente /3.

Contrariamente a lo que se piensa, las primeras movilizaciones espontáneas en 2011 en el Kurdistán sirio tuvieron lugar bastante pronto, a finales de marzo, principalmente en la ciudad de Amuda y luego en la de Serekaniye. Que Bachar al Assad intentara calmar la situación aceptando dar la nacionalidad a los kurdos que poseyeran el estatus de “extranjero” (pero no a los “maktumin”) no fue suficiente para que la juventud volviera a sus casas. Como en el resto del país, se formaron Comités de Coordinación y el Movimiento de Juventud Kurdo (TCK) fundado al calor de los acontecimientos de 2004 jugó también un importante papel movilizador.

En cuanto a los partidos, fueron principalmente el Movimiento del Porvenir, (“Yekiti”) y el Partido Kurdo de la Libertad (“Azadi”) quienes tomaron parte en las manifestaciones desde el comienzo. Los otros partidos no se sumaron al movimiento más que a lo largo del verano. Michel Temo, líder del Movimiento del Porvenir fue el único en participar en el Consejo Nacional Sirio (CNS), fundado durante la conferencia de Estambul en el mes de julio. Esta posición habría permitido tejer lazos entre las oposiciones siria y kurda, si no hubiera sido asesinado en octubre de 2011. Sus funerales se transformaron en manifestaciones gigantes en Qamishlo. Estas movilizaciones aceleraron la empresa de reagrupamiento de los partidos kurdos originarios del PDKS, que finalmente se sumaban a la revuelta y formaban, abajo la égida de Mesut Barzani, el Consejo Nacional Kurdo de Siria (ENKS), al que se sumaron también Yekiti y Azadi. Así se dio el más amplio reagrupamiento del movimiento nacional kurdo en Siria.

Solo dos partidos se mantuvieron fuera, el partido Temo, que seguía siendo miembro del CNS y el PYD. Este último, que se mantenía al margen del levantamiento que sacudía todo el país, así como la región kurda, había fundado en el mes de septiembre una coordinadora de diferentes partidos árabes baasistas de izquierda (“marxista”, “comunista”, “leninista”) y un partido arameo-cristiano. Su orientación era más bien negociar con el régimen a fin de obtener conquistas democráticas, sin perspectiva de derrocar al régimen y -en su opinión- sin correr el riesgo de abrir la puerta a una guerra civil. Centenares de militantes del PYD salieron así de prisión al mismo tiempo que los militantes yihadistas.

Criticando al ENKS acusado de hacer el juego de Turquía (debido a las relaciones entre Barzani y Ankara) y del CNS que no daba ninguna garantía para los derechos del pueblo kurdo, el PYD optó así por una “tercera vía”. A través de su Movimiento por una Sociedad Democrática (Tev-Dem), que reagrupa a los partidos y asociaciones de la sociedad civil que le están ligadas, declaró la fundación del Consejo Popular del Kurdistán del Oeste, que constituirá la principal estructura administrativa en Rojava después de que el PYD y las YPG tomaran allí el control tras la retirada de las fuerzas del régimen /4.

El PYD y el confederalismo democrático

La fundación del PYD resulta de una tendencia a la descentralización del PKK, paralelamente a un cambio radical de perspectiva política por parte de Ocalan. Poco antes de su detención en 1999, el líder del PKK había abandonado el objetivo de un Kurdistan independiente y unificado (que era ya en su opinión un “conservadurismo”) y propuesto un nuevo objetivo estratégico que se basaba en su tesis de la “república democrática”. Probablemente formulada con vistas a abrir negociaciones, Ocalan proponía así una resolución de la cuestión kurda a través de la democratización de Turquía, sin cambios de frontera. Así, los objetivos eran limitados al reconocimiento de los kurdos por el Estado y al respeto de sus derechos culturales (igual que la liberación de los prisioneros y la autorización de los combatientes para reintegrarse a la vida civil).

Sin embargo, se vio rápidamente que el Estado ni se planteaba una negociación. Además, con la consolidación de la región autónoma kurda en Irak tras la intervención americana, el Kurdistan del Sur (de Irak) y el PDK de Barzani -rival histórico del PKK- se volvían un polo de atracción para el pueblo kurdo. Por tanto la perspectiva de una resolución de la cuestión kurda limitada a una democratización del régimen turco contenía un real riesgo político para el PKK. Ocalan tuvo que realizar de nuevo un cambio de estrategia tomando en cuenta todas las partes del Kurdistan /5. La fundación del PYD en Siria (2003) y la del PJAK en Irán (2004), igual que el proyecto político que iba más tarde a tomar el nombre de confederalismo democrático, resultan de este nuevo planteamiento.

Este proyecto así como el de la autonomía democrática que le completa a nivel local está muy inspirado en los estudios del teórico socialista libertario Murray Bookchin (que participó en el movimiento trotskysta en los Estados Unidos en los años 1930). Tras una reconsideración del marxismo, Bookchin reemplaza la contradicción capital-trabajo por la contradicción capital-ecología y propone un combate anticapitalista que tiene por objetivo la descentralización de las ciudades, una producción local de alimentos y la utilización de energías renovables. En el proyecto “comunalista” de Bookchin, estas pequeñas ciudades autónomas administradas a través de los consejos democráticos, formarían entre ellas unidades confederales para la resolución de los problemas que superan las fronteras de su comuna /6.

Sin embargo, en los diferentes textos programáticos del PKK y los escritos de Ocalan, a lo que responderían estas nociones en la práctica sigue estando bastante indeterminado: ¿se tratará de la confederación de los partidos y organizaciones ligados al PKK o es un proyecto más amplio e inclusivo? ¿Es un proyecto multiétnico para todos los pueblos del Medio Oriente o bien un proyecto para el Kurdistan y cuyo protagonista sería el pueblo kurdo? ¿Significa la autonomía un refuerzo de las administraciones locales existentes o bien se trata de un proyecto político más subversivo/7? Se pueden multiplicar las preguntas en particular en el terreno de los medios que hay que utilizar para conquistar la autonomía y de las relaciones con los Estados concernidos, sin hablar de lo que tiene que ver con el modo de producción capitalista…

Como subraya Alex de Jong en su excelente artículo sobre las evoluciones ideológicas conocidas por el PKK, los escritos de Ocalan y los textos del PKK (del que Ocalan es el “órgano supremo teórico-ideológico” según los estatutos) comportan un “potencial de indefinición”. Así es posible encontrar toda suerte de respuestas a estas preguntas y, con todos los inconvenientes que ello acarrea, el carácter indefinido e inacabado de su proyecto político puede resultar útil y abrirle a interpretaciones más amplias /8. Pero al margen de esto, se desprenden de esos textos (y de la práctica de las organizaciones ligadas al PKK) dos puntos esenciales. El rechazo del estado-nación (reemplazado por la “nación democrática”, concepto una vez más impreciso) y la importancia de la ecología y de la liberación de la mujer (que se basa a veces en una identificación mujer-naturaleza-vida), que se encuentra en la Carta de Rojava.

Rojava, potencialidades y contradicciones

El modelo de administración presentado en la carta o el “contrato social” de Rojava (2014) que ha tomado el nombre de Sistema Federal Democrático de la Siria del Norte y de Rojava, impacta por el acento que pone en la importancia de la democracia (“autoadministración”), de los derechos de las mujeres y de los niños y niñas, de la ecología, del laicismo y por supuesto del carácter multiétnico de la región. En un territorio cuyas diferentes partes están controladas por el Estado Islámico, por las bandas yihadistas de Al Nusra o de Ahrar al Sham y por el régimen sanguinario de Al Assad, no es poco. El contrato que se dice estar aceptado por los pueblos kurdo, árabe, armenio, siriaco (asirio, caldeo y arameo), turkmeno y checheno rechaza el estado-nación, el Estado religioso y militar y la administración central y se declara como una parte de una Siria parlamentaria, federal, pluralista y democrática.

La dimensión multiétnica del régimen en Rojava, que ha llevado a la modificación de su nombre -Ocalan había propuesto que fuera precisamente “Federación de la Siria del Norte/9– es criticada por las corrientes nacionalistas presentes en el ENKS. Así, el secretario general del Partido Progresista Demócrata, Ehmed Suleyman, expresa en una entrevista realizada en enero de 2015 que no se trata de un “proyecto para los kurdos, La autonomía democrática ha sido fundada con los árabes, los siriacos y los chechenos. No podemos resolver la cuestión kurda de esta forma. Nuestro pueblo debe comprender que lo que han fundado no pertenecerá a los kurdos”. Contra esta perspectiva de incluir a las diferentes etnias en el proceso de construcción de la autonomía algunos partidos del ENKS defienden por ejemplo el desplazamiento de las poblaciones árabes instaladas en Rojava en el marco de la política del “cinturón árabe” de los años 1970 /10.

Si este contrato está principalmente limitado a la estructura administrativa, la Carta adoptada anteriormente por Tev-Dem en 2013, mucho más detallada, reflejaba aún más el espíritu libertario bookchiniano de las ideas de Ocalan que ha inspirado fuertemente el modelo del confederalismo democrático. Por ejemplo las comunas son definidas como “las más pequeñas unidades de la sociedad y las más eficaces. Están constituidas según el paradigma de la sociedad en donde reinan los valores de la libertad de la mujer y la democracia ecológica sobre la base de la democracia directa”. Se plantea el sistema económico comunal como dominado por la idea de justicia social e intenta eliminar todas las formas de explotación. Las “casas del pueblo” trabajan por “el nacimiento de la cultura de la democracia comunal”.

Sin embargo, desgraciadamente no es suficiente con repetir el término democracia para que ésta funcione sin trabas. Pues por el momento se trata de una democracia… sin elecciones. Si el pluralismo es elogiado a nivel de los diferentes grupos étnicos, su dimensión política está más bien ausente. Que el contrato social designe a las YPG como fuerzas armadas de Rojava refleja bien el hecho de que el PYD no esté inclinado a compartir el control de los territorios que dirige. La imposición de la ideología de Ocalan es también visible en el terreno de la educación. Todos los enseñantes de la escuela primaria u otra deben antes pasar por una formación basada en los textos de Ocalan y, por ejemplo, en el cantón de Jazira, en libros de escuela primaria figuran frases de Ocalan y escritos sobre la vida de los mártires del PKK /11.

Pero dejando aparte estos ejemplos de imposición de una ideología oficial desde la primera infancia (hecho que recuerda extrañamente a la experiencia del kemalismo) las prácticas autoritarias hacia los demás partidos kurdos y grupos étnicos que no aceptan la dominación del PYD han sido denunciadas repetidas veces. Ha habido movimientos de protesta contra el PYD y sus prácticas, en particular en Amuda y en Derabissyat en 2013, las fuerzas de seguridad ligadas al PYD (los “asayish”) no han dudado en disparar sobre la multitud, causando la muerte de varios manifestantes /12. Más recientemente, en agosto de 2016 la detención de Hassan Salih, dirigente de Yekiti, ha sido un acto deplorable. Salih había sido ya encarcelado durante un año y medio en 2003 por el régimen sirio, con Marwan Othman, y su liberación había reunido un cortejo de 4 km de largo con la participación de varios miles de personas /13.

Además, el hecho de que el régimen se haya retirado (parcialmente) de Rojava sin ningún conflicto armado dejando una gran parte de su artillería y de sus municiones, a la vez que continuaba controlando el aeropuerto, la estación de tren, establecimientos estatales, un campo militar al sur de Qamishlo y continuando presente en Hasseke, pagando el salario de los enseñantes (a parte de los de los cursos de kurdo), es juzgado por la oposición kurda como testimonio de la colaboración con el Estado sirio. Si no es posible excluir la tesis de un cierto compromiso sobre la retirada del ejército sirio entre el PYD y el régimen, preocupado por no multiplicar los frentes de combate, nos parece difícil hablar propiamente de una alianza entre los dos, así como muestran los recientes conflictos entre las fuerzas (YPG y asayish) de Rojava y las del régimen apoyado por las milicias assadianas, igual que los bombardeos de barrios civiles de Hasseke por la aviación militar siria.

La situación es tanto más compleja cuanto que el PKK-PYD ha obtenido por primera vez la ocasión de hacer la competencia a su rival histórico de Irak del Norte construyendo su propio “Estado”, una estructura administrativa soberana con fronteras por el momento en continuo cambio. La realidad de un Rajova autónomo, reforzado por la batalla heroica de Kobane (que constituye ya un nuevo mito fundador para el PKK), ha permitido a la organización, mutilada por el encarcelamiento de su líder y años de negociación con el Estado turco sin resultado -además saldados con un baño de sangre- abrir una nueva secuencia de su historia…

Campismo y revolución permanente

Los marxistas revolucionarios no pueden sucumbir a la tentación de adoptar confortablemente un abanico de análisis campista y una de las tomas de posición que deriva de él. El campismo en su sentido clásico designa el hecho de sostener, en períodos de tensiones y de conflictos geopolíticos, a uno de los campos en presencia, contra el otro identificado con el mal absoluto, sin tomar en cuenta las relaciones de dominación de clase en su seno. El debate sobre el campismo trata principalmente sobre el apoyo por fuerzas de izquierda, durante la guerra fría, al bloque del Este o del Oeste, respectivamente en nombre del antiimperialismo o de la democracia. Tal polarización aparece hoy en el caso del conflicto ukraniano y sobre todo la cuestión siria entre los Estados Unidos/Unión Europea y Rusia. De lo que se trata en nuestro caso es, en el marco de un proceso combinado en Siria, de la defensa, siguiendo la misma mentalidad campista, de uno de los campos en presencia, es decir de los kurdos en su proyecto de autonomización o de levantamiento contra el régimen, sin tener en cuenta el otro proceso, atribuyéndole una importancia secundaria o bien colocándole en la posición adversaria.

Así no nos es posible aislar el proceso de autodeterminación kurdo de las dinámicas del levantamiento sirio y dirigir una mirada acrítica hacia el PYD-PKK, juzgando como secundarias las prácticas autoritarias y los ataques a los derechos políticos, que erosionan, además, las bases de su proyecto democrático. Pero no es concebible tampoco negarse a tener en cuenta el proceso en curso en Rojava con sus dimensiones verdaderamente progresistas -que no tienen parangón en toda la región- y minimizar las potencialidades emancipatorias que conllevan, pretextando las relaciones (en evolución permanente) con el régimen o con los Estados Unidos, que implican su parte de peligro, así como las contradicciones que hemos citado.

Si la dirección de Rojava es por supuesto responsable de sus actos y alianzas, todas sus contradicciones deben también ser abordadas en el marco de los conflictos históricos interétnicos entre los kurdos y los árabes en la región y de la rivalidad entre las diversas direcciones del pueblo kurdo. No tenemos otra opción que tomar la cuestión con toda su complejidad y elaborar un planteamiento crítico y constructivo al mismo tiempo /14. Éste debe apoyarse en la base de la comunidad de intereses de las clases trabajadoras kurdas, árabes y de los demás pueblos de la región y por tanto de la necesidad de la imbricación de los procesos de autodeterminación y de revolución.

Nada nuevo decimos con ello. El argumento principal es la perspectiva estratégica de la Revolución Permanente formulada por León Trotsky tras la revolución rusa de 1905, pero que ha determinado (sobre todo por su ausencia) el curso de todos los levantamientos revolucionarios, desde la revolución francesa a la “primavera árabe”; este proceso pone, también, en evidencia esta necesidad. Los procesos revolucionarios que tienen por objetivo la liberación nacional y la instauración de un régimen democrático se debilitan y finalmente fracasan si no se abordan medidas colectivistas, anticapitalistas, si las aspiraciones de las clases populares -cuyo apoyo es primordial- no se toman en consideración y quedan decepcionadas. Y, de forma similar, cuando movimientos que intentan una transformación radical, igualitaria y libertaria de la sociedad no respetan los principios democráticos en los territorios que controlan, ni reconocen el derecho a la autodeterminación de los demás pueblos, ni actúan con una perspectiva antiimperialista, es decir, con total independencia política de las fuerzas mundiales y regionales, su revolución está condenada a alejarse de sus objetivos iniciales, y por tanto condenada al fracaso.

Así, una tarea principal para la izquierda radical que milita fuera del espacio de conflicto, además de las indispensables acciones de solidaridad, es trabajar por el desarrollo de esta conciencia en nuestras sociedades respectivas contaminadas por la plaga ideológica -vuelta de la tumba- del campismo, cuyo único antídoto sigue siendo la tradición del internacionalismo proletario defendida por el marxismo revolucionario.

Inprecor nº 633/634 noviembre-diciembre 2016

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

Notas

1/ Chris Den Hond, « Interview with Marwan Othman », http://www.internationalviewpoint. org/spip.php?article53

2/ Ver Jordi Tejel, Suriye Kürtleri. Tarih, Siyaset ve Toplum (Les Kurdes de Syrie. Histoire, politique et société). Intifada yayınları, Istanbul 2015; Sirwan Kajjo, Christian Sinclair, « The Evolution of Kurdish Politics in Syria (1927-2011) », http://www.europe- solidaire.org/spip.php?article38710

3/ Julie Gauthier, « Les événements de Quamichlo : l’ir- ruption de la question kurde en Syrie ? », Études kurdes n° 7, mai 2005.

4/ Voir Thomas Schmidinger, Suriye Kürdistanı’nda Sava ve Devrim (Guerre et révolution au Kurdistan de Syrie), Yordam kitap, stanbul 2015.

5/ Ergun Aydinoglu, Fis Köyünden Kobané’ye Kürt Özgürlük Hareketi (Le Mouvement de libération kurde du village de Fis à Kobané), Versus, Istanbul 2014. Ver también la notable entrevista con Emre Ongun, “Turquía: panorama y perspectivas- La solidaridad con los kurdos, con la revolución siria y con los refugiados sirios constituye una totalidad – http://www.vientosur.info/spip.php?article11104

6/ Murray Bookchin, Gelecegin Devrimi, Halk Meclisleri ve Dogrudan Demokrasi (La révolution de l’avenir, les conseils populaires et la démocratie directe – recueil d’articles), Dipnot, Ankara 2015.

7/ Ocalan decía, por ejemplo; : “Que Turquía me comprenda bien. No tengo nada contra el Estado unitario. Respeto la bandera. En mi tumba pueden encontrarse tres banderas. La bandera de la Unión Europea, la del Estado unitario y la bandera del confederalismo simbolizando la democracia”. Cengiz Kapmaz, Öcalan’ın Imralı Günleri (Les jours d’Imrali d’Öcalan), Ithaki yayinlari, Istanbul 2011.

8/ VIENTO SUR n.140 Alex de Jong, ¿De oruga estalinista a mariposa libertaria? La evolución ideológica del PKK. http://www.vientosur.info/spip.php?article10391

9/ http://www.demokrathaber.org/guncel/devlet-oca- lan-la-en-son-25-haziran-da-gorustu-ortami-yumusa- tan-mektup-istedi-h71252.html

10/ T. Schmidinger, cf. nota 4.

11/ Yasin Duman, Rojava, Bir Demokratik Özerklik Deneyimi (Rojava, une expérience d’autonomie démo- cratique), Iletisim yayınları, Istanbul 2016.

12/ Joseph Daher, « Le PKK et la question de l’autodétermination du peuple kurde », http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article34050

13/ Tejel, voir note 2, p.250.

14/ Le document “En soutien à la lutte du peuple kurde pour vivre libre et dans la dignité” adoptado par le Comité Ejecutivo de la IV Internacional por mandato de su Comité Internacional puede constituir un ejemplo para tal elaboración. Ver Inprecor nº 625/626 de marzo-Abril de 2016.

– See more at: http://vientosur.info/spip.php?article12080#sthash.SdXmhdYq.dpuf

 

Fuente: Viento Sur

Fecha de publicación del original: 03/01/2017

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