Dinámica interna, dinámica externa

Yeni Yasam Gazetesi – Eren Keskin – 10 septiembre 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
En nuestra región estamos viviendo un proceso sin precedentes. Por un lado, se habla de un nuevo proceso que tiene como objetivo la solución pacífica de la cuestión kurda, independientemente del nombre que le demos. Por otro lado, se está ejerciendo una presión sin precedentes sobre el CHP, que se autoproclama fundador del Estado y defiende hasta el final la ideología fundacional, y esta presión sigue aumentando…
El inicio inesperado del proceso de paz, es decir, el hecho de que haya sido iniciado por el presidente del partido que es la base del nacionalismo racista en nuestra región, fue realmente muy llamativo. Pero cuando se reflexiona sobre las razones de este proceso, lo llamativo se convierte en algo más normal. Porque este proceso no es impulsado por dinámicas internas, sino por dinámicas externas.
Todos sabemos que Devlet Bahçeli no se despertó una mañana con la idea de que debíamos resolver nuestro problema con los kurdos y decidió iniciar un proceso. En realidad, los acontecimientos en Siria, el derrocamiento de Assad, el uso descarado y totalmente violador de los derechos humanos por parte de Israel, la alianza infinita entre Israel y Estados Unidos y, en general, el apoyo de las potencias imperiales a esta alianza, así como el hecho de que Israel se haya convertido en una gran potencia en Oriente Medio, eran cuestiones muy importantes para Turquía. Además, el hecho de que el movimiento kurdo en Rojava ganara un poder inesperado para Turquía y que este poder se socializara, es decir, que no fuera solo una organización, sino un movimiento nacional socializado, suponía otra amenaza para Turquía. En esencia, esta fue precisamente la razón por la que se inició este proceso. Por eso, en mi opinión, la voluntad política que gobierna la República de Turquía no da mucha importancia a la socialización interna de este proceso de paz. Lo entendemos mejor cuando vemos las consecuencias de los ataques contra el CHP, que son totalmente ilegales y no se pueden justificar de ninguna manera. Porque hoy en día no se habla de este nuevo proceso tan importante en la región, sino de las presiones contra el CHP. Por un lado, el CHP está ganando fuerza a los ojos de la sociedad, mientras que, por otro, la voluntad política quiere dividirlo y fragmentarlo.
Si nos fijamos en las dinámicas internas del proceso, no vemos que haya mucha gente pidiendo esto a gritos. Los sindicatos, los partidos políticos de la oposición o muchas organizaciones de la sociedad civil no están apoyando este proceso de verdad. En realidad, los defensores de los derechos humanos, la ÖHD, el movimiento feminista y el movimiento LGBT+ están haciendo más ruido que los sindicatos. Me pregunto, sobre todo en un proceso como este, ¿por qué los sindicatos no expresan más alto sus demandas de paz?
Sobre todo cuando se trata de Siria. ¿Por qué los sindicatos no debaten el apoyo material que Turquía presta al régimen de Jolani en Siria y a las estructuras yihadistas que lo apoyan?
Aparte de esto, me parece absurdo que muchas estructuras políticas se acerquen a este proceso con preguntas como «¿por qué os ponéis de acuerdo con este gobierno autoritario?». Los kurdos hablan de este proceso con voluntad política. No importa quién represente esa voluntad política en ese momento. Si miramos los procesos de paz en el mundo, vemos que son los beligerantes quienes hablan de paz. Por eso, los kurdos no tienen tiempo ni lujo de esperar a que llegue al poder la estructura que algunos desean. Se ha sufrido tanto, hay tantas preguntas sin respuesta, tanta impunidad. Los kurdos quieren que se resuelvan algunos de sus problemas, aunque sea parcialmente. Por ejemplo, quieren que se libere a los presos enfermos, que se libere a los presos políticos, que se apliquen los tratados internacionales firmados, que se vuelva al Convenio de Estambul, que se eliminen los obstáculos a la libertad de expresión y de asociación, y que se derogue la Ley de Lucha contra el Terrorismo. Si todo esto se consigue, también influirá positivamente en las multitudes que no se pronuncian en contra de la paz en esta región. Me pregunto: ¿no se está pensando en ello?
Sin embargo, estos ataques ilegales y descarados contra el CHP también están afectando muy negativamente al proceso. Entonces, ¿por qué está pasando todo esto? Para poder responder a estas preguntas, hay que plantearlas en voz alta. Eso es lo que falta en nuestra región.
Al hablar de por qué el CHP se encuentra hoy en esta situación y de por qué se le ataca con tanta facilidad y descaro, también hay que tener en cuenta la confusión interna del partido. La base del CHP es extremadamente nacionalista. Sin embargo, las declaraciones recientes de Özgür Özel son inesperadamente valientes. Creo que, especialmente en lo que respecta a la solución de la cuestión kurda, su coherencia, que, repito, no se esperaba del CHP, ha molestado a algunos sectores. La voluntad política no quiere que un CHP así se fortalezca. Además, cuando pienso en la base, creo que Özgür Özel está solo, salvo algunas personas de su entorno. Sin embargo, en esta región, donde la política está diseñada por el Estado, vemos muy claramente lo importante que es este problema en el último período que hemos vivido. En mi opinión, el partido más coherente en este sentido es el DEM. El DEM lleva muchos años viviendo lo mismo que el CHP, aunque por una razón diferente. La razón de las violaciones de derechos del AKP contra el CHP es la lucha por el poder. Pero todos los partidos políticos anteriores al AKP, respaldados por la ideología oficial, han ejercido presión sobre el DEM Parti con un enfoque racista y discriminatorio. Es decir, la presión ejercida sobre el CHP y la ejercida sobre el DEM Parti tienen bases y motivos completamente diferentes. Es necesario verlo con claridad. Sea como sea, si realmente se quiere que el proceso de paz tenga éxito, es necesario que cesen estos ataques contra el CHP. Todos los políticos del CHP que se encuentran detenidos deben ser puestos en libertad. Por supuesto, no solo ellos, sino también, en primer lugar, los presos políticos, los políticos kurdos, los presos de Gezi y todas las personas detenidas por ejercer su libertad de expresión. El Estado de la República de Turquía debe comenzar a actuar de manera urgente de conformidad con los tratados internacionales que ha firmado. Solo entonces el proceso de paz cobrará más sentido.