Dieciocho años de cadena perpetua
Zeyneb Celaliyan en una llamada telefónica: «No me arrepiento de mi camino».

Rojhelat.info – 19 septiembre 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
En un reciente mensaje de audio desde la prisión de Yazd, Zeyneb Celaliyan, la presa política que más tiempo lleva encarcelada en Irán y la única mujer condenada a cadena perpetua, ha declarado:
«No me arrepiento del camino que he tomado, pero una luchadora muere cuando es olvidada, no cuando es ejecutada o asesinada».
En esta llamada, subrayó que si la sociedad la olvida, sería como si la República Islámica la hubiera matado hace años.
Tras la publicación de este mensaje, 35 organizaciones de derechos humanos y figuras políticas emitieron un comunicado en el que pedían el acceso inmediato de la Sra. Celaliyan a atención médica y su liberación incondicional. Encarcelada desde 2007, la activista política kurda se encuentra ahora en el decimoctavo año de su cadena perpetua y su salud se está deteriorando rápidamente.
La declaración advertía que padece enfermedades renales y gastrointestinales, problemas oculares, dolor intenso en las extremidades e infecciones dentales. Desde junio de 2024, también ha sufrido hemorragias graves causadas por al menos diez fibromas uterinos. Uno de los pocos médicos que la ha examinado ha advertido de la posibilidad de cáncer de útero y de la urgente necesidad de una intervención quirúrgica. Sin embargo, las autoridades penitenciarias han condicionado el tratamiento médico a que firme una denominada «carta de arrepentimiento».
Los firmantes de la declaración —entre los que se encuentran la Red de Derechos Humanos de Kurdistán (KHRN), la Fundación Abdorrahman Boroumand, la Organización de Derechos Humanos de Ahwaz, la Campaña de Activistas Baluch, Iran Human Rights, el Centro de Documentación de Derechos Humanos de Irán y la Organización Mundial contra la Tortura, así como personas como Shirin Ebadi, Nazanin Boniadi, Ladan y Roya Boroumand, Richard Ratcliffe y Nazanin Zaghari-Ratcliffe — han descrito el enfoque de la República Islámica como parte de un patrón sistemático de tortura y presión política contra los presos y presas.
Zeyneb Celaliyan fue condenada inicialmente a muerte en 2009 por su presunta pertenencia al PJAK y por «enemistad con Dios», pero su sentencia fue posteriormente conmutada por cadena perpetua en 2011. Nunca se le ha concedido ni un solo día de permiso para salir de prisión.
En su último mensaje, Zeinab ha reafirmado:
«No importa dónde se encuentre una luchadora; lo que importa es que se mantenga firme en el camino que ha elegido».