AnálisisPublicaciones

Complicidad a través del silencio: OTAN, Turquía y la Comunidad Internacional

3a6f7fb008e850bd18c0d1695d906766.jpg
La bandera de Turquía junto a la de la OTAN / Todas las fotografías han sido extraídas de Kurdish Question

*Este artículo, escrito por Benjamin Hiller, con búsquedas adicionales de Michael Cruickshank, co-fundador de conflicto-news, se tardó en crear muchas semanas (principalmente debido al proceso de verificación del contenido de los medios de comunicación). Después de lanzar este artículo a más de 20 periódicos y revistas internacionales -sin un feedback real- decidimos publicar los resultados aquí.*

5503f0f4.jpg
Fotografía tomada durante el toque de queda del 2011 en la ciudad de Nusaybin

24 de junio de 2011: en la pequeña ciudad de Nusaybin, Turquía, que tiene aproximadamente 85.000 habitantes y está situada a lo largo de la frontera de Turquía-Siria, las temperaturas pueden alcanzar los 37 grados Celsius durante el día. En las primeras horas de la tarde, cientos de activistas kurdos se juntaron para montar una protesta en apoyo al entonces activo partido kurdo, BDP (Partido Paz y Democracia) y contra las crecientes represalias contra los activistas y políticos kurdos. Tras la “Primavera Árabe”, los kurdos esperaban poder alcanzar su largamente manifestado objetivo de reformas federales y un reconocimiento pleno de su estatus de minoría. Durante los meses de verano, en todo el este de Turquía, los kurdos organizaron protestas y acciones de desobediencia civil como bloquear calles y sentadas. El estado turco respondió con su usual arsenal de tácticas: arrestos masivos y la ruptura de marchas de protestas con la dura fuerza policial. En Nusaybin todo parecía ir fluidamente mientras la marcha llegaba al distrito central de la ciudad. Pero pronto empezó un enfrentamiento entre la policía antidisturbios turca y los activistas kurdos. Cuando los jóvenes empezaron a arrojar piedras hacia la policía, ellos reaccionaron con disparos al aires, granadas de gas lacrimógeno y el uso de cañones de agua. Muchas personas fueron arrestadas esa noche y un manifestante de 41 años entró en coma después de que una lata de gas lacrimógeno golpeara su cabeza. Pero lo más temido por los locales fueron los policías vestidos de civiles que se infiltraron en las calles, empuñando rifles AK47 y grabando a todos en el área. Durante este tiempo las semillas para la inminente tormenta ya estaban plantadas: los políticos kurdos entrevistados declararon que ya no podían controlar a las juventudes. Un alcalde del distrito local de Diyarbakir dijo que él siempre había creído en los medios pacíficos del cambio. Pero por esto, fue encarcelado, torturado y después acosado diariamente. Sus hijos crecieron viendo que él no tenía autoridad como político y vieron al PKK como la única opción para “la resistencia”.

Avanzando rápidamente hacia el 2016: Nusaybin se extiende ahora sobre los escombros. Después de una dura lucha entre los grupos de juventudes pro-PKK, YPS y YPS-JIN (surgidos del YDG-H – Movimiento de la Juventud Patriótica Revolucionaria) y el ejército turco, la ciudad parece más una ciudad sobre la frontera en Siria que una dentro de las líneas estatales de un miembro de la OTAN. Cinco años después de que el autor pudiese visitar Nusaybin por última vez, apareció un video en junio en Twitter: en el video, grabado desde diferentes ángulos, supuestamente por los soldados turcos así como por activistas kurdos, por los llamados Mine Clearing Line Charges, probablemente el productor nacional MKE TAMKAR, son disparados en los restos de un barrio de la ciudad que una vez estuvo lleno de gente, destruyendo los últimos restos de las casas civiles.

Esto plantea la pregunta: ¿Cómo pudo el conflicto escalar tan rápidamente? Un punto de partida para encontrar la respuesta es nuestra nueva percepción del “terrorismo” y la lucha contra las amenazas terroristas percibidas – por todo el planeta, incluido Turquía.

¿Terrorismo o insurgencia?

La “Guerra contra el terrorismo” surgió del shock y los horrores del 11 S, la paranoia resultante y la sed de venganza. Pero como una similar llamada a las armas, la “Guerra contra las drogas” del área de Nixon y Reagan, tomó vida propia rápidamente: las intervenciones militares fueron acogidas por los halcones conservadores así como los intervencionistas liberales. Forzudos de todo el mundo retrataron las brutales represalias contra los movimientos de oposición como una lucha justificada contra el terrorismo. Los valores democráticos fueron sacrificados en el nombre de combatir el “ciberterrorismo” o el “terrorismo ecológico”. Y esto se transformó en levantamientos y conflictos cada vez más violentos, como la renovada escalada entre el PKK kurdo y el estado turco.

Una cuestión central que necesita ser respondida: ¿Es la declaración del estado turco de que están combatiendo en una “Guerra contra el terrorismo” contra el PKK correcta? ¿O puede la insurgencia de los distintos grupos armados kurdos ser vista como cubierta por el DIHC (Derecho Internacional Humanitario Consuetudinario), especialmente el artículo 41 (1) del Protocolo Adicional I en lo que concierne a las Fuerzas Armadas (1)?

Para la OTAN, la situación en Turquía parece ser un caso claro. Un oficial de la OTAN entrevistado por el autor declaró: “Todas las naciones tienen derecho a defenderse a sí mismas. Turquía está en el frente de un región muy volátil y ha sufrido horrendos ataques terroristas de mano de grupos terroristas. Por supuesto, la autodefensa debería ser proporcionada. Esperamos que se encuentre una solución política a todos los desafíos en el sureste de Turquía.”

En marcado contraste con esta posición de la OTAN está la ONU que no tiene al PKK -en oposición al punto de vista de Turquía, Europa y Estados Unidos- marcado como un grupo terrorista. Parece que la interpretación de qué hace a un “terrorista” un “terrorista” está decidido principalmente por las opiniones políticas más que por los hechos reales.

Como el conflicto en Turquía está principalmente visto como un conflicto no internacional entre el estado y “combatientes armados”, la categorización de este conflicto se vuelve incluso más complicada. Una guerra civil puede ser descartado en este escenario, ya que el PKK no toma, consistentemente y por largos periodos de tiempo, ciudades y franjas de campo.

Pero el terrorismo tampoco parece aplicable porque hay un gran apoyo del PKK por la población kurda local y ellos, sobretodo, apuntan a instalaciones militares y similares “blancos militares legales”. Hay por supuesto actos cometidos por el PKK que pueden considerarse actos de terrorismo como el asesinato de miembros del Partido local AKP o los coche bomba, los cuales han herido a civiles cercanos al blanco militar, pero en el conflicto en general no parece que sea el objetivo principal del PKK. El grupo radical separado llamado TAK (Halcones de la Libertad del Kurdistán) sin embargo, puede ser considerado como un grupo terrorista porque ellos principalmente usan medios terroristas (suicidas, coches bombas y similares) para infundir miedo y acosar abrumadoramente a civiles o áreas propensas a bajas civiles.

En orden inverso, podría argumentarse que el propio ejército turco usa tácticas que podrían ser por definición, “el sistemático uso del terror, especialmente como medio de coerción” (Merriam Webster), ejemplos de terrorismo. Pero, como la palabra “terrorismo” es un término muy indefinido, y el “terrorismo de estado” es a menudo usado con propósitos propagandísticos, debería referirse a los actos perpetrados por las distintas fuerzas armadas turcas como “violencia de estado”.

Para resumir, el conflicto actual entre el PKK y el estado turco puede ser visto como una insurgencia donde el estado aplica las tácticas de tierra quemada y el desplazamientos étnico a gran escala, mientras que el PKK y grupos como el YPS/YPS-JIN responden con ataques a blancos militares así como intentar controlar áreas dentro de las ciudad para expulsar al estado turco.

¿Pero cómo moldean estas tácticas de tierra quemada el conflicto? ¿Y cuáles son las consecuencias para los civiles atrapados entre las diferentes facciones enfrentadas?

562125c9.png
Captura de pantalla de un vídeo del PKK en el que atacan un puesto del ejército turco

Un incremento de la violencia.

Turquía firmó el Convenio Europeo de Derechos Humanos (ECHR) en 1954, aunque ha violado este acuerdo en múltiples ocasiones como han demostrado las resoluciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (2).

En 2015 el conflicto entre el PKK y el estado turco se incrementó a una escala que no se había visto desde 1990. Cuando los YPS/YPS-JIN tomaron las armas en varias ciudades dominadas por los kurdos en el este de Turquía, la lucha se volvió más brutal cada mes. El partido gobernante AKP decidió terminar con todas las “pausas” en su respuesta y permitir a las diferentes fuerzas armadas llevar a cabo un guerra de represalias dentro de ciudades densamente pobladas, con horribles consecuencias.

Por ejemplo, en un vídeo reciente, que se hizo viral en las redes sociales hacia el final de octubre de 2016, los soldados turcos pueden ser vistos en una remota localización de montaña. Capturaron a dos mujeres combatientes del PKK quienes parecían suplicar por sus vidas. Desconcertantemente, los soldados turcos abren fuego contra las combatientes; una cae por el acantilado después de recibir varias balas, la otra se desploma y muere en el suelo (3).

En el video, los soldados usan rifles modificados German G3, la licencia para producir sus propias variaciones de este arma fue dada a Turquía en 1967. Es difícil precisar la localización y fecha del vídeo ya que las redes sociales como Twitter borraron los datos EXIF incrustados, sin embargo, es probable que el vídeo se grabara entre agosto y octubre de 2016 en el área de las montañas Yuksekova. Fue subido por primera vez en un perfil privado de Facebook el 29 de octubre de 2016 y el que lo subió afirmó que había obtenido el vídeo de un amigo que es miembro del Jandarma Özer Harekat (JÖH – Operaciones Especiales de Gendarmería). El perfil fue rápidamente desactivado pero no antes de que el vídeo se volviese viral. Disparar a combatientes capturados y desarmados está prohibido por el Artículo III de la Convención de Ginebra, el cual Turquía firmó en 1954 (4).

El 20 de enero de 2016, el ejército turco mostró el poco respeto que tienen hacia los civiles. En la ciudad de Cizre, también en la frontera con Siria, había otro hervidero de lucha entre el YPS/YPS-JIN y el ejército turco. Ese miércoles, mientras el segundo toque de queda militar aún estaba implementado, un víeo emergió mostrando a civiles, portando banderas blancas y arrastrando una carretilla con los cuerpos de los civiles asesinados. Mientras ellos intentan cruzar la calle principal, un vehículo militar turco puede verse en la distancia – segundos después, los soldados abren fuego contra el grupo con una metralleta. Diez civiles fueron heridos y las ambulancias que intentaban rescatarles fueron detenidas durante varios minutos por el ejército turco. Incluso la ONU condenó esta violencia perpetrada por el ejército turco y esperó que se abriese una investigación sobre el incidente. A pesar de ello, nada cambió después de este tiroteo. Cizre es todavía otra ciudad turca que ahora se alza sobre escombros después de una dura batalla, donde el ejército turco ha utilizado incluso artillería para bombardear la ciudad y tanques M60 para disparar en barrios civiles (5).

Esta lista podría continuar para siempre, con la supuesta quema de civiles en un edificio de Cizre (el ejército turco declaró que todas las víctimas eran miembros del PKK), los tiroteos y asesinatos de los supuestos miembros del PKK por las Fuerzas Especiales turcas en numerosas ciudades del este de Turquía y el uso de fuerzas masivas para destruir cualquier tipo de resistencia kurda. El PKK respondió con un incremento similar de la violencia, incluyendo el uso de VBIEDs (Coches bomba) contra instalaciones policiales y militares así como el asesinato de políticos del AKP en Diyarbakir, quienes declararon que estaban directamente involucrados en la organización de la violencia contra los kurdos.

573cd636.jpg
Distrito de Sur en la ciudad de Diyarbakir (Amed) de Bakur (Kurdistán turco)

Junto a esta brutalidad militar, el estado turco suele arrestar masivamente, especialmente a los políticos electos pro-kurdos de la región, para oprimir cualquier oposición kurda hacia el partido AKP y hacia Erdogan. En la provincia de Hakkari los arrestos condujeron a una situación única (hacia mediados de noviembre de 2016) donde no hay más representantes parlamentarios locales kurdos, a pesar de ser votados con una aprobación de entre el 50-80%, por lo que se le han robado las voces a millones de votantes kurdos en el Parlamento.

Pero la persecución de los kurdos en Turquía no acabó aquí. En Sirnak, otra ciudad kurda inmensamente afectada por la guerra, aproximadamente el 90% de la ciudad está destruida, dejando sin hogar a más de 60.000 residentes. Además, los habitantes que se atrevieron a acampar cerca de la ciudad en tiendas de campaña esperando poder volver a sus destrozadas casas pronto fueron expulsados, en noviembre de 2016, por la policía turca, quienes usaron cañones de agua y gases lacrimógenos en las heladoras temperaturas para forzar a los civiles restantes a huir de su ciudad natal para siempre.

Emma Sinclair-Webb, la Directoria turca de los Defensores de los Derechos Humanos, resume la situación en el este de Turquía con duras palabras:

“El coste de la población civil de las operaciones de seguridad contra las milicias vinculadas al PKK afianzadas en los pueblos y ciudades del sudeste en el periodo de septiembre de 2015 y la primavera de 2016 ha sido inmenso. Es trágico que ciudades densamente pobladas se conviertan en el escenario de una lucha que provoca la huida de la población local, bajas civiles y muertes como resultados de ataques de mortero, bombardeos y otras forma del uso excesivo de la fuerza por el ejército y la policía sin las necesarias precauciones para proteger las vidas de los residentes. Las milicias vinculadas al PKK han puesto a la población local en un grave peligro insertándose en las ciudades y cavando trincheras llenas de explosivos. Esto no debería haber ocurrido en primer lugar y la respuesta del estado fue devastadora. Tras las operaciones y los toques de queda, partes enteras de las ciudades han sido demolidas, destruyendo el mundo y la cultura de la población local. El desplazamiento en el sudeste se estima en 400.000.”

Faruk, un reportero local de la Agencia pro-kurda Dicle News, que ha sido testigo de muchas atrocidades en primera mano, se siente completamente indefenso: “Como kurdo no tienes derecho a vivir en este país. Si pudiesen nos habrían prohibido respirar. Pero afortunadamente eso al menos no es posible.”

Pero también se siente decepcionado por Occidente: “¡Para mí, la comunidad internacional y la OTAN, a través del silencio, son cómplices de todos los crímenes contra nosotros, los kurdos!”

La OTAN y el comercio de armas.

El silencio de los miembros de la OTAN hacia las atrocidades cometidas por el estado turco contra su propia población tiene numerosas razones. Desde la Guerra Fría, Turquía ha sido vista como un aliado clave en la lucha contra el Comunismo y un importante baluarte en el caso de un invasión rusa de Europa. Aunque hubo veces durante la Guerra Fría en las que EE.UU detuvo sus exportaciones de armas a Turquía, siempre fueron por un corto periodo de tiempo.

Después de la Guerra Fría, Turquía permaneció como un importante socio para los Estados Unidos, especialmente cuando las Fuerzas Aéreas estadounidenses necesitaban sus bases aéreas para los conflictos y guerras en Oriente Medio – de hecho actualmente las usan para la lucha contra ISIS en Siria e Iraq.

Aparte de Estados Unidos, Alemania es otro de los principales exportadores de armas a Turquía. En 2014, el estado alemán aprobó la exportación de equipamiento militar a Turquía por un total de 72 millones de euros, incluyendo munición, armas ligeras, piezas para la artillería turca y equipamiento electrónico de vigilancia. Pero incluso después de que el conflicto en el este de Turquía aumentara en 2015, Alemania continuó exportando armas y, de hecho, todas las estimaciones parecen apuntar a un incremento del número de exportaciones. Para Alemania el principal imperativo para la estrecha cooperación con Turquía es que el país sea un “guarda” obediente que frene el flujo de refugiados hacia Europa. Alemania y los Estados Unidos incluso aprobaron en noviembre de 2015 el pago de 3 mil millones de euros a Turquía por recibir a los refugiados sirios. Erdogan pronto fue consciente de que ahora él tenía ventaja sobre la Unión Europea ya que siempre podría abrir la frontera de nuevo permitiendo a millones de refugiados cruzar hacia Europa. Algunos críticos dicen que la Unión Europea se ha puesto así misma en una posición de chantaje y que Turquía ahora tiene permiso para violar los derechos humanos de sus propios habitantes mientras que la Unión Europea permanece en silencio, en gran parte debido a esta relación.

¿Pero son las armas de EE.UU y Alemania realmente usadas en la violación de los derechos humanos en Turquía? Esto es difícil de probar. En la década de los 90 el antiguo equipamiento militar del Este de Alemania, que la reunificada Alemania vendió a Turquía a un precio de ganga, fue usado contra los kurdos en el este. Pero hoy en día Turquía, la mayor parte, no depende directamente del envío de armas de Alemania o Estados Unidos, ya que obtuvieron diferentes licencias para producir sus propias versiones de las armas de estos países, como el rifle de batalla G3 que es ampliamente usado por las fuerzas armadas turcas. Además, no hay consentimiento de que estas licencias pueden ser revocadas por Alemania y Estados Unidos. Pero, por ejemplo, el obús turco T-155 Firtina (Storm), el cual fue usado en los bombardeos transfronterizos de las milicias kurdas dentro de Siria, funciona con un motor diésel alemán. Alemania no permitió a Turquía instalar estos motores en la serie T-155 exportado por Turquía a Azerbaiyán debido a su conflicto con Armenia pero continúa exportando estos motores al propio ejército turco.

En general, la OTAN ha adoptado una postura débil hacia su estado miembro, Turquía, fuera de las razones políticas y geoestratégicas y con esto refuerzan al estado turco a continuar con sus brutales políticas contra los kurdos sin miedo ni repercusiones.

Perspectiva.

¿Hay alguna esperanza para una paz duradera en Turquía? Una y otra vez ha habido anuncios de una paz duradera en forma de negociaciones y ceses al fuego. Sin embargo, en retrospectiva, esto puede ser visto principalmente como una forma para que los políticos ganen ventaja sobre sus oponentes o para ganar más poder en el sistema electoral. Y mientras la comunidad internacional no encuentre un terreno común en el que negociar la respuesta turca a la cuestión kurda, y esté preparada para realizar acciones duras en forma de sanciones o restricción de viajes a las figuras políticas y militares clave dentro de Turquía, parece dudoso que nada vaya a cambiar pronto. Con la actual crisis geopolítica en Oriente Medio, las guerras en Siria e Iraq, así como con el nuevo presidente electo, Trump, en Estados Unidos, la perspectiva para un proceso de paz duradero parece desalentador como poco.

Emma Sinclair-Webb de los Defensores de los Derechos Humanos tiene una perspectiva similar sobre el futuro del conflicto: “Puedo decir que el gobierno de Turquía está actualmente siguiendo una desastrosa política de criminalización y aniquilación del movimiento legal político kurdo en Turquía encarcelando a los líderes y diputados del HDP, metiendo en la cárcel y reemplazando a alcaldes electos en el sudeste con administradores elegidos por el gobierno y cerraron organizaciones civiles sociales y medios de comunicación asociados al movimiento político kurdo y al PKK. Mientras millones de votantes son privados de sus representantes políticos, hay pocas señales de cualquier paso para volver a la mesa de negociación en este contexto.”

Fuente: Kurdish Question

Autor: Benjamin Hiller

Fecha de publicación del original: 12/01/2017

Traducido por Rojava Azadî

0 comentarios en «Complicidad a través del silencio: OTAN, Turquía y la Comunidad Internacional»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies