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1974, 1996, 2017… La historia de la traición se repite

Fuente: Lower Class Magazine
Autora: Manî Cûdî
Fecha: 26/10/17
Traducción: Rojava Azadi Madrid

Mustafa Barzanî y Saddam Hussein después de firmar el tratado de la autonomía en 1970.
Así que ahora lo tenemos oficialmente. Contrariamente a lo que prometían todos estos cánticos de júbilo, caravanas de coches, pancartas, grandes discursos y estas declaraciones tan exuberantes y llenas de confianza en sí mismas, ahora mismo pasa lo siguiente: el resultado del referéndum, después de que el 93% de las y los votantes se mostró a favor de la independencia de Kurdistán, fue paralizado por Masoud Barzanî. Y ahora, una vez más, este mismo Barzanî lloriquea pidiendo a Bagdad comprensión, diálogo y reciprocidad.
Nos podríamos haber ahorrado gran parte de esto. Cuando, a inicios de septiembre pasado, escribimos desde Kurdistán del Sur señalando un posible escenario de guerra como resultado de la consulta, nos topamos aquí con unas sonrisas irónicas o la gente simplemente se nos reía en la cara. Los discípulos alemanes de Barzanî nos soltaban siempre las mismas frases: “estáis contra el pueblo kurdo”, “hacéis propaganda contra Barzanî”, “para posicionarse en contra de Barzanî sois capaces incluso de traicionar la voluntad del pueblo kurdo”.
Los hechos de las últimas semanas deberían hacernos entender que todo este fiasco político no tiene nada que ver con aquellos reproches ingenuos y que la situación actual ya ha desbordado las anteriores categorías binarias amigo/enemigo.
Nadie aquí está en contra de la voluntad del pueblo kurdo.
Por el contrario, muchas palabras alentadoras que venían de tantas facciones diferentes de los partidos y de todo este paisaje ideológico kurdo, han demostrado que todas las partes consideran tal plebiscito como un importante proceso en el camino de la autodeterminación kurda. Se trata de, como ya hemos expresado de manera similar en otro artículo, preguntarte a ti misma antes de preguntar a los demás.
Para un pueblo como el kurdo es una cuestión de lo más relevante. Para una nación que ha sido tan manipulada y cuyo destino ha sido determinado por fuerzas ajenas, por el colonialismo, el poscolonialismo, el imperialismo y las luchas hegemónicas, el simple hecho de que nuestra gente ha ido a nuestras propias urnas, ha sido una señal importante. Y podemos repetir: los que, a raíz del referéndum, lanzaron sus amenazas eran los mismos que quieren mantener el embargo contra Rojava, los que siguen bombardeando Kandil, los que ocultan la tortura que tiene lugar en cárceles turcas y los que observan silenciosamente las ejecuciones en Irán.
El problema no era el referéndum en sí. El problema ha sido su implementación, el momento en que ocurrió, toda su incrustación en el momento histórico y en el contexto político de la situación actual.
Aquí llegamos a una cuestión difícil, ¿cuál sería el momento adecuado?
Bueno, se trata de las condiciones políticas internas y externas, acerca de las cuales se iba informando ya suficientemente en las últimas semanas. Se trata del hecho de que el parlamento de tu propio país desde hace 2 años está invalidado. Se trata de que los/as representantes electos/as por el pueblo son perseguidos/as y reprimidos/as. Se trata de que nuestra propia economía y por lo tanto la vida del pueblo ha sido privatizada en tal medida que la mayoría de las kurdas y los kurdos ni siquiera saben qué países y empresas extraen aquí los recursos naturales.
También se trata del hecho de que hay que decidir qué línea política mantenemos tratando con los países vecinos. No se puede cortejar a Turquía o a Irán (dependiendo del partido) en el marco de la política interior, y luego volverse contra estos países. No se puede pactar con cada cual, hacer tratos detrás de puertas cerradas y luego declararlos unánimamente como nulos.
En resumen, esta política tan típica de la familia Barzanî no puede continuar y la consecuencia final de esta traición debería ser el fin de esta dinastía.
Los años en el título de este artículo representan las fechas más importantes para ser recordadas como la cronología de la traición interna de los Barzanî.
En 1974, Mustafa Barzanî, el apreciado hasta hoy en día padre de Masoud Barzanî, ordenó la capitulación de cientos de miles de peshmergas. ¿”Cientos de miles” suena exagerado? Créanme, no lo es. El tamaño que los peshmergas alcanzaron durante esos años no ha sido superado hasta el día de hoy. ¿Por qué capitular cuando tienes tanta fuerza armada? Bueno, resulta que Barzanî el viejo pactaba por aquel entonces con el Shah de Irán contra Bagdad, pero le salió mal, porque Washington, Teherán y Bagdad se sentaron en Argel en una mesa para “asegurar la paz”. Barzanî se dejó presionar por los EE. UU. sobre dejar las armas y poner fin a esa “movida” de la revolución. Para la población kurda esto no ha sido nada fácil. Miles huyeron hacia Irán, muchos fueron perseguidos y asesinados por el estado iraquí por sus actividades guerrilleras, mientras que muchos otros peshmergas llegaron incluso a suicidarse, desesperados por la lucha de liberación, la que nunca llevaron a cabo.
Peshmergas de la Unión Patriótica de Kurdistán (PUK) con Qassem Soleimani, general mayor iraní, comandante de la unidad al-Quds dentro de la Guardia Revolucionaria, que tiene la dudosa fama de ser llamado «el general más peligroso de Irán».
1996 es uno de los capítulos más lamentables de la historia kurda. En 1992, después de que, en inicios de los años 90 y a raíz de la guerra de Kuwait, Barzanî y Talabanî se aprovecharon de la coyuntura y aumentaron su de facto autonomía, se celebraron las primeras elecciones parlamentarias. Ambos consiguieron aproximadamente el mismo número de votos, algo que no debería pasar cuando se trata de unos líderes tan grandes, además cada uno con un ego tan enorme. Lo que siguió fue una matanza interna sin precedentes, la llamada Guerra de los Hermanos, que duró hasta 1998. Ambas partes pactaron, una vez más, con poderes externos para aplastar uno al otro de la manera más efectiva posible. Talabanî con Teherán y Barzanî con Bagdad. Barzanî mató entonces dos pájaros de un tiro. El 31 de agosto de 1996 y con tanques de Saddam — sí, del mismo Saddam que sólo 8 años antes había gaseado de golpe a 5.000 kurdas/os (1) – fue invadida la capital, Erbil. El PUK, bajo órdenes de Talabanî, fue expulsado y Barzanî marcó claramente su territorio. Todo esto no ha sido tan sencillo para la población kurda. La guerra interna de trincheras dividió familias enteras y toda la región autonómica sigue dividida hasta hoy en día. Las instituciones, tribunales, administraciones, fuerzas armadas y muchas más cosas separadas y paralelas predestinaron las deficiencias que hayan impedido que la Región de Kurdistán cumpliese los estándares mínimos para cualquier forma de construcción política que fuese verdaderamente autónoma.
Y ahora la traición entra en la tercera ronda. Una vez más, el mismo esquema: se moviliza masivamente y se incita a la gente. Los medios difunden verdades a medias y agitan los ánimos, mientras que las emociones y los traumas de la población se están utilizando para hacer correr a esta misma población hacia su propia caída. Para ser sincera, había cierta preocupación sobre si, en una u otra zona y a causa de las protestas contra Barzanî, los votos negativos prevalecerían. Después de un par de análisis, para la mayoría de la gente quedó claro que Barzanî montó este referéndum justo antes de las elecciones parlamentarias en Kurdistán del Sur para usarlo para sí mismo como un voto de desconfianza.
Sin embargo, como se ha dicho a menudo, si eres kurda o kurdo te resulta muy difícil votar en contra de un Kurdistán independiente. Como ejemplo, sólo puedo mencionar a mi propia abuela. Está alejada de cualquier política y de los partidos, una típica señora de Halabja: rezar mucho, mantener todo ordenado y jamás meterse en política. Cuando yo todavía estaba en Kurdistán, mi abuela maldecía a las y los políticas/os diciendo que “ahora con este referéndum nos distraen de los problemas reales”. Sin embargo, cuando el 25 de septiembre llegó el día de las elecciones, la llamamos y le preguntamos si había ido a las urnas. «Sí, por supuesto, ¿qué otra cosa podría hacer? He visto lo que pasó en Halabja, he visto Anfal (2), siempre hemos estado luchando por el Kurdistán».
Aquí está el punto de fricción. Barzanî sabe que las dependencias del camino(3) de la derrotada y traumatizante lucha por el Kurdistán son una cicatriz ardiente en el corazón de la población kurda. Nadie diría simplemente “No”.
Pero esta es exactamente la razón por la cual los/as políticos/as y los/as responsables de una región tan sensible deben asumir esta responsabilidad y no jugar con las emociones de la población. Todavía no tenemos cifras precisas sobre cuántas murieron en las recientes protestas y resistencias contra Hashd al Shaabi. No tenemos idea de cuánta gente ha huido, cuánta gente ha sido robada, cuántas mujeres han sido violadas. El reciente informe de Amnistía Internacional, que se refiere a las declaraciones hechas por los/as refugiados/as de Tuz Khurmatu(4), es sólo un ejemplo de los horrores que las kurdas y los kurdos de las áreas en disputa han visto frente a la invasión de Hashd al Shaabi.
Esto no puede continuar así. No se puede fomentar eternamente esta retórica de “nosotros/as contra el resto del mundo” para luego, una vez más, volver a cargar el peso de tus propios juegos perdidos sobre las espaldas de la población. Uno no puede jurar a «kurdayetî«(5) y «unidad kurda», mientras que ha vendido su propia tierra a potencias externas en cientos de tratos secretos. No se puede llamar a centenares al referéndum, a continuación, a la vista de la ofensiva militar de Irak, llamarles a la resistencia armada – así como lo han hecho los medios de comunicación del gobierno como Rudaw y es por ello que ahora temen unas consecuencias legales – y luego simplemente anunciar, desde una fila trasera, que “ahora no vamos a hacerlo”.
No podemos mirar cómo una y otra vez se está vendiendo y engañando al pueblo kurdo, desde dentro y desde fuera. Criticar a Barzanî no significa negar las políticas equivocadas y tortuosas de los poderes internacionales y regionales. Por el contrario, la crítica que se formula aquí es una que proviene de múltiples partes y desde múltiples ángulos.
El punto es que esta opaca y turbia forma de hacer política, aquellos tratados de Talabanî con Teherán y los apretones de manos de Barzanî en Ankara, finalmente deben llegar a su fin. Estos dos partidos deben ser expulsados de manera obstinada del Kurdistán, ya que representan una grave amenaza para el bienestar de la población. Son los apéndices del imperialismo, del capitalismo, del feudalismo y, sobre todo, del patriarcado, que socavan desde dentro la resistencia kurda, que ya de todos modos lo tiene difícil.
1974, 1996, 2017… La traición no debe repetirse. Ya basta.

Manî Cûdî

 
1. El 16 de marzo de 1988, después de dos días de ataques de artillería convencionales, los aviones iraquíes lanzaron armas químicas en la, mayoritariamente kurda, ciudad de Halabja.
2. La Operación al-Anfal fue una campaña contra las kurdas y otras poblaciones no árabes en el norte de Irak, liderado por el régimen de Saddam Hussein, y se realizó en las etapas finales de la guerra entre Irak e Irán (1980-1988). Se estima que entre 50.000 y 182.000 personas fueron asesinadas.
3. La dependencia del camino o «trayectorias dependientes» es un término utilizado en las ciencias sociales cuando el resultado de un proceso depende de la entera secuencia de decisiones tomadas por los actores y no sólo de las condiciones del momento.
4. https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/irak-nuevos-indicios-de-que-decenas-de-miles-de-personas-se-vieron-forzadas-a-huir-de-tuz-khurmatu/
5. Literalmente “kurdismo”. Un término acuñado en años 30 por los intelectuales kurdos de Irak para describir la conciencia nacional kurda.

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