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Yazidíes: 11 años desde el edicto hasta la libertad

Una nueva historia liderada por mujeres

JinN6ews– Derya Ceylan – 29 julio 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid

CENTRO DE NOTICIAS – Han pasado 11 años desde el edicto en Sinjar. La masacre, la resistencia y la reconstrucción se han convertido en una nueva historia liderada por las mujeres.

En la mañana del 3 de agosto de 2014, ISIS atacó la ciudad de Sinjar (Sinjar) en la provincia iraquí de Nínive. Este ataque fue el comienzo de un gran genocidio que pasará a la historia del pueblo yazidí como el «edicto 74». El ejército iraquí y las fuerzas peshmerga del Gobierno Regional de Kurdistán (KRG) se retiraron de la zona poco antes de que comenzara el conflicto. Miles de civiles quedaron completamente indefensos.

La ofensiva de ISIS no fue solo una ofensiva militar, sino también una operación de exterminio religioso y étnico. Los hombres fueron ejecutados, las mujeres y los niños secuestrados y masacrados. Al pueblo yazidí se le ordenó «convertirse al islam o morir». Las mujeres fueron violadas y esclavizadas de forma sistemática. Cientos de civiles fueron masacrados en pueblos como Koço, Hardan y Qiniyeh. Solo en Koço, el 15 de agosto, alrededor de 80 hombres fueron ejecutados y las mujeres y los niños secuestrados para ser vendidos en mercados de esclavos.

El asedio del monte Sinjar: resistir para sobrevivir

Miles de yazidíes intentaron escapar huyendo al monte Sinjar, pero quedaron atrapados en la montaña durante días sin comida, agua ni asistencia médica. El hambre, la sed y el calor causaron la muerte de miles de personas. El 7 y 8 de agosto de 2014, Estados Unidos inició los ataques aéreos después de que los combatientes del PKK fueran los primeros en acudir en su ayuda y luego bajo la presión de la comunidad internacional. El 9 de agosto se lanzaron ataques directos contra objetivos de ISIS en la región. La coalición internacional formada por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Australia proporcionó ayuda alimentaria y agua desde el aire.

Por un lado, este ataque se convirtió en uno de los mayores traumas para la comunidad yazidí, pero, por otro, supuso el inicio de un periodo en el que la idea de la autodefensa dio sus primeros pasos.

El nacimiento de la autodefensa: la intervención del PKK, las YPG y las YPJ

Las fuerzas YPG, YPJ y HPG de Rojava desempeñaron un papel fundamental en la repulsión de los ataques. Entre el 9 y el 13 de agosto de 2014, se llegó al monte Sinjar y se creó un corredor de evacuación para la población civil. La llegada de las mujeres combatientes al lugar supuso una transformación no solo militar, sino también ideológica. Las mujeres ya no solo intentaban sobrevivir, sino que se convirtieron en las fundadoras de la autodefensa. Este proceso allanó el camino para la formación de la Unión de Mujeres de Sinjar (YJŞ).

2015-2016: Liberación de la ciudad y organización de las mujeres

El 13 de noviembre de 2015, el centro de la ciudad de Sinjar fue completamente liberado del ISIS. Sin embargo, tras la liberación física, la región tuvo que reconstruirse psicológica, social y culturalmente. La nueva estructura que se levantó entre los escombros se hizo realidad bajo el liderazgo de las mujeres. Las YBŞ (Unidades de Resistencia de Shengal) y las YJŞ entraron en acción sobre el terreno. En 2016, con la creación oficial de las YJŞ, la autodefensa de las mujeres se institucionalizó.

Las mujeres ya no son solo figuras que portan armas, sino portadoras de justicia, memoria y reconstrucción. Las YJŞ se fundaron como sujeto político contra la violación, la esclavitud y la violencia contra las mujeres.

2017: Establecimiento de la Asamblea Autónoma Democrática.

En 2017 se declaró el Consejo Autónomo Democrático de Sinjar. El modelo de autogobierno del Movimiento de Liberación Kurdo también se puso en práctica aquí. Con una copresidencia, comunas y asambleas populares, Shengal comenzó a establecer su propio sistema. Las mujeres participaron directamente en los procesos de toma de decisiones con representación igualitaria. Asumieron un papel fundamental no solo en la defensa militar, sino también en la administración civil.

Testimonio de Nujiyan Erhan desde Sinjar

La periodista Nujiyan Erhan (Tuba Akyılmaz), que se desplazó a la región para documentar los acontecimientos tras los ataques de ISIS en Sinjar y la resistencia del pueblo yazidí, resultó gravemente herida en la cabeza el 3 de marzo de 2017 cuando fue tiroteada por miembros del «Roj Peshmerga», afiliado al PDK, mientras cubría la noticia en Xanesor. Una vez más quedó de manifiesto el peligro que supone ejercer el periodismo en este periodo, que coincide con la tensión post-ISIS en la región. Nujiyan Erhan falleció en el hospital de Hesekê el 22 de marzo de 2017. Nujiyan Erhan, uno de los nombres más importantes del periodismo femenino kurdo, fue asesinada mientras era testigo de la lucha de las mujeres yazidíes en Sinjar. Su nombre permanece en la memoria de Sinjar como la voz de la búsqueda de la verdad y de la libertad de prensa.

2019: El comienzo de la lucha por la justicia

Aunque la estructura física de ISIS se derrumbó, quedaron traumas sin sanar. Miles de yazidíes seguían desaparecidos. Se abrieron juicios contra bandas de ISIS en países como Alemania, Francia e Irak. Algunos perpetradores fueron condenados por «genocidio» por primera vez gracias al testimonio de mujeres yazidíes. Sin embargo, las organizaciones de mujeres afirmaron que estos procesos no reconocían el «genocidio contra las mujeres» y seguían siendo incompletos.

2020: El Acuerdo de Sinjar y el peligro de nuevos ataques

El Acuerdo de Shengal, firmado entre el Gobierno central iraquí y el Gobierno regional de Kurdistán, preveía la liquidación de las estructuras de autodefensa. El pueblo de Sinjar consideró que se trataba de un nuevo intento de tutela. Las mujeres reaccionaron contra este acuerdo diciendo: «Hemos vuelto de entre los muertos, no renunciaremos fácilmente a la libertad».

2021: ¿Son los ataques aéreos de Turquía un segundo edicto?

Los UCAV turcos atacaron a comandantes de las YBŞ y a algunos asentamientos civiles en Sinjar. Estos ataques han causado un nuevo trauma a la población. Las mujeres y las organizaciones yazidíes han hecho declaraciones como «Shengal está siendo objeto de un genocidio por segunda vez, pero esta vez el mundo está mirando». El silencio de la comunidad internacional ha provocado una ola de indignación.

2023: Tribunales internacionales y justicia parcial

En 2023, algunas bandas de ISIS fueron condenadas por genocidio en tribunales alemanes basándose en los testimonios directos de mujeres yazidíes. Aunque se trata de un avance importante, las mujeres hicieron hincapié en que la justicia no puede limitarse al castigo, sino que debe integrarse con la reparación y la memoria social.

2025: La respuesta de las mujeres al pasado y al futuro en la Conferencia de la Ilustración

La Conferencia de la Ilustración, organizada en julio en Sinjar bajo el lema «Llamamiento a la paz y a una sociedad democrática, respuesta al 73.º edicto», demostró una vez más la voluntad política de las mujeres. La conferencia hizo hincapié en que la autodefensa, la organización social liderada por mujeres y la autonomía democrática son indispensables.

La resistencia continúa hoy

Hoy en día, las mujeres están a la vanguardia en Sinjar. Desempeñan un papel activo en muchos ámbitos, desde la autodefensa hasta la gobernanza, a través de las YJŞ y las asambleas de mujeres. La sociedad ha creado su propio sistema con comunas y asambleas populares. Sin embargo, las células de ISIS y las intervenciones extranjeras siguen amenazando la región. El derecho internacional no reconoce el genocidio ni la violencia de género.

¿Existe el peligro de que se promulgue un nuevo edicto?

Los últimos diez años en Sinjar no solo han sido la confrontación de un pueblo con el genocidio, sino también la historia de la lucha de las mujeres por reconstruir sus vidas. Sin embargo, la cuestión de si el edicto ha terminado o no sigue siendo de actualidad. ¿Se ha hecho realmente justicia o se está redactando un nuevo edicto?

El genocidio de yazidíes en Sinjar en 2014 ha quedado impune en la mayoría de los países a pesar de los 11 años transcurridos. Sin embargo, Alemania ha condenado por primera vez en el mundo a personas por genocidio, basándose en los testimonios de mujeres yazidíes supervivientes. Estos juicios han pasado a la historia como un triunfo de la justicia, así como un testimonio de la resiliencia de las mujeres.

Juicios en Alemania presenciados por mujeres yazidíes

Han pasado once años desde que ISIS cometió un genocidio contra la comunidad yazidí en Sinjar el 3 de agosto de 2014. Mientras que en muchos países la impunidad ha continuado durante este periodo, Alemania ha contribuido de forma concreta a la búsqueda de justicia presentando demandas ante los tribunales nacionales. A lo largo de 2023 se celebraron juicios en los que los testimonios de las mujeres yazidíes supervivientes condujeron a la condena de numerosos miembros de ISIS por «crímenes contra la humanidad», «crímenes de guerra» y «genocidio». En enero del mismo año, el Bundestag alemán reconoció oficialmente los actos de ISIS contra los yazidíes como «genocidio». En consecuencia, Alemania se convirtió en el primer país en reconocer y enjuiciar estos crímenes.

El caso Nadine K.: el poder del testimonio femenino

Nadine K., ciudadana alemana, fue juzgada en el Tribunal Superior de Koblenz por mantener en cautiverio a una mujer yazidí, torturarla y violarla sistemáticamente durante cinco años en Siria e Irak. La mujer yazidí, a la que se hace referencia en el tribunal como «N.», testificó durante seis días y describió la violencia física y psicológica que había sufrido. Representada por un equipo de abogados entre los que se encontraba Amal Clooney, Nadine K. fue condenada a nueve años y tres meses de prisión por delitos internacionales, entre ellos «crímenes contra la humanidad», «crímenes de guerra» y «complicidad en genocidio».

El caso Jennifer W.: muerte infantil y esclavitud

Jennifer W., también ciudadana alemana, fue condenada inicialmente a diez años de prisión por su participación en la muerte de una niña yazidí de cinco años y la esclavitud de su madre en Irak. Sin embargo, la pena se aumentó a 14 años en apelación, ya que se consideró desproporcionada en relación con la gravedad del delito. La madre yazidí testificó ante el tribunal durante once días. También prestó declaración en el juicio contra Taha A.J., el exmarido de la autora del delito. El tribunal destacó que Jennifer W. había apoyado a sabiendas la política de ISIS de destruir la comunidad yazidí.

Primera condena por genocidio: el caso de Taha A.J.

Taha Al-Jumailly, un antiguo miembro de una banda de ISIS procedente de Irak, ha sido condenado a cadena perpetua por el Tribunal Superior de Fráncfort por sus actos contra una mujer yazidí y su hija de cinco años, a quienes mantuvo cautivas en 2015. El autor fue declarado culpable de «genocidio», «crímenes contra la humanidad» y «crímenes de guerra». En 2023, esta sentencia fue confirmada por el Tribunal Supremo Federal alemán, lo que constituye una primicia mundial. Esta decisión sentó las bases legales para que una banda de ISIS fuera condenada por genocidio por el genocidio de yazidíes.

Testimonio de mujeres yazidíes

En todos los juicios posteriores celebrados en Alemania, las mujeres yazidíes participaron no solo como testigos, sino también como demandantes. Gracias al derecho de participación que les otorga el sistema penal alemán, se convirtieron en participantes activas en los procesos judiciales.
 
Sus testimonios representaban tanto una memoria colectiva como personal. «N.», que testificó en el juicio de Coblenza, asistió a la vista vestida con su tradicional traje blanco yazidí y declaró: «Este juicio se ha celebrado en nombre de toda la comunidad yazidí. Solo si se hace justicia podremos superar lo que hemos vivido».

Genocidio por motivos de género: ¿una nueva categoría jurídica?

Los juicios demostraron claramente que ISIS utilizaba violencia sexual contra mujeres y niñas para atacar a la comunidad yazidí. Prácticas como violación, esclavitud, conversión forzada y fecundación eran prácticas planificadas por ISIS diseñadas con el objetivo de aniquilar la identidad yazidí.

Los tribunales alemanes consideraron tales prácticas constitutivas de genocidio basado en el género. Los casos de Jennifer W. y Sarah O. Sentaron un precedente legal al asumir este enfoque como un «crimen contra la humanidad».

Precedente y repercusiones internacionales

Abogados y activistas defensores de los derechos humanos consideran los juicios en Alemania como una llamada a otros paises a «luchar contra la impunidad». Amal Clooney dijo: «ISIS debe ser enjuiciado no solo en Alemania, sino en todo el mundo.» Nadia Murad constató: «Estos juicios protegen el futuro al tiempo que buscan justicia para el pasado.»

¿Por que la Corte Penal Internacional (CPI) e Iraq permanecen en silencio?

Hasta la fecha, la CPI no ha incluido en su agenda ningún caso relativo al genocidio yazidí por ISIS. ¿Por qué? Iraq no es signatario del Estatuto de Roma.  El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) no ha remitido la cuestión a la CPI. Las reservas de los miembros permanentes del CSNU, especialmente de los EE.UU, impiden que ocurra.

De manera habitual, los tribunales iraquíes sólo enjuiciar a las bandas de ISIS por casos de terrorismo. En estos juicios, los crímenes internacionales como genocidio, esclavitud y violencia sexual no suelen tratarse. Esto pone en evidencia una de las crisis más significativas a las que se enfrenta el sistema legal internacional: la cultura de la impunidad.

Los crímenes cometidos por ISIS no están claramente definidos o enjuiciados adecuadamente.

Las voces de los testigos: frases memorables

En su testimonio durante el juicio contra Jennifer W. en Munich, una madre yazidí declaró: «Murió en mis brazos. No pude protegerla, pero ahora su voz es la mía. Mi hija ni siquiera tiene una tumba, pero ahora puedo hablar por ella».
 
«N.», testigo en el juicio de Coblenza, declaró: «Llevé mi vestido tradicional a la vista porque sigo aquí. Llevé mi vestido blanco porque no pudieron destruir mi identidad».

Un testigo en el juicio de Hamburgo declaró: «El silencio significa desaparición. Cuento esta historia para que otros niños no desaparezcan. La revivo cada vez que la cuento, pero tengo que contarla».

El poder transformador del testimonio

Los juicios en Alemania no fueron solo un proceso judicial, sino un proceso de confrontación que reflejó la memoria, la voluntad y la resistencia de las mujeres. En los tribunales, estas mujeres escribieron la memoria de un pueblo al dejar constancia de su identidad, su sufrimiento y su lucha por la supervivencia.

Estos juicios, más allá de ser documentos históricos, permanecerán como un ejemplo de resistencia y recuerdo para las luchas futuras.

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