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Turquía: Del movimiento kurdo a las movilizaciones masivas

Abdullah Öcalan inspecciona a guerrilleros armados en septiembre de 1991. (c) Getty images

Inprecor – Uraz Aydin – Nº 734-735, julio-agosto 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid

Con motivo del acuerdo sobre la disolución del PKK, Uraz Aydin presenta la historia de este movimiento y la evolución de la oposición al régimen de Erdoğan. Entrevista realizada el 4 de julio de 2025.

¿Podría presentar el PKK y sus principales orientaciones, así como lo que lo diferencia de otras formaciones políticas de izquierda o nacionalistas?

Hay que situar la fundación del PKK en un contexto de politización y radicalización. Los años sesenta fueron testigos del desarrollo del movimiento obrero y de una radicalización revolucionaria, especialmente entre la juventud. Pero también fue una década de despertar de la conciencia nacional kurda. Esta politización nacional kurda se llevó a cabo en gran parte en el seno del Partido Obrero de Turquía (TIP), que fue el principal actor político del movimiento obrero de esa década. Hacia finales de los años sesenta, pero sobre todo tras la amnistía de 1974, cuando fueron liberados miles de militantes turcos y kurdos detenidos desde la intervención militar de 1971, los revolucionarios kurdos comenzaron a fundar sus propias organizaciones independientes 1El memorándum del 12 de marzo de 1971 marcó un golpe militar «a la turca», en el que el ejército, sin tomar directamente el poder, impuso un gobierno autoritario con el pretexto de restablecer el orden. Esta intervención tenía como objetivo aplastar los movimientos obreros y estudiantiles en pleno auge, instaurando una represión brutal contra la izquierda revolucionaria. Sin embargo, con la llegada al poder de Bülent Ecevit en 1973, se proclamó una amnistía que permitió la liberación de numerosos militantes de izquierda encarcelados tras el golpe.. El PKK se fundó poco después, pero relativamente tarde. Si bien la historia oficial de la organización remonta sus orígenes a 1973, no fue hasta 1978 cuando se celebró el congreso fundacional. Antes, se trataba de un núcleo de estudiantes y, sobre todo, de profesores reunidos en torno a Abdullah Öcalan. Se hacían llamar «Revolucionarios de Kurdistán», pero eran más conocidos como «Apocu» («los partidarios de Apo», diminutivo de Abdullah). Así, desde el principio, la personalidad de Öcalan tuvo un peso fundamental.

A nivel programático, nada específico lo diferenciaba de la multitud de otras organizaciones de la izquierda radical kurda que abogaban por la lucha armada por un «Kurdistán independiente, unificado, democrático y socialista» desde una perspectiva etapista 2Nuestra corriente considera «etapista» la idea de que la revolución en los países dominados o feudales debe realizarse en dos etapas: primero, la revolución nacional o burguesa, que constituiría un capitalismo democrático e independiente del imperialismo, y, en un segundo momento, la revolución social. A esta concepción oponemos la teoría de la revolución permanente, que indica que ambas etapas deben mezclarse para alcanzar el objetivo.. Pero, mientras tanto, las armas se utilizaban principalmente para defenderse de los ataques de la extrema derecha fascista de los «Lobos Grises» o en la guerra fratricida que reinaba en el seno de la izquierda revolucionaria. El PKK era uno de los dos principales grupos que no dudaban en recurrir a las armas contra otros grupos kurdos (y turcos) rivales, pero no era el único en este ámbito. Así, antes del golpe de Estado de 1980 3El 12 de septiembre de 1980, el ejército tomó el poder invocando los enfrentamientos entre los grupos políticos de izquierda y de derecha nacionalista. Este golpe de Estado destruyó los logros de las luchas obreras y populares, instauró un régimen de dictadura militar sangrienta y sentó las bases del neoliberalismo autoritario en Turquía., el PKK era una organización revolucionaria kurda entre otras.

¿Qué justifica el inicio de una estrategia de lucha armada contra el Estado turco en 1984?

De hecho, fue sobre todo después de 1984 cuando el PKK comenzó a echar raíces entre la población plebeya y campesina kurda. Retrocedamos un poco en el tiempo. Öcalan salió de Turquía en 1979, durante el estado de emergencia, pero antes del golpe de Estado. Esto fue un factor decisivo en la construcción de la organización. Así tuvo tiempo de establecer contactos con los grupos de resistencia palestinos en Siria y Líbano, y de preparar las condiciones del exilio para sus militantes, condiciones que también serían las de un verdadero aprendizaje militar. Tras el golpe de Estado de 1980, Apo llamó a sus militantes a regresar clandestinamente a Siria. Estos fueron entrenados en los mismos campos que los palestinos en el valle de Bekaa, en el Líbano, bajo ocupación siria. Algunos participaron en la resistencia contra la invasión israelí del Líbano. El PKK perdió allí a varias decenas de miembros, lo que también le valió cierta legitimidad.

El PKK inició la lucha armada en agosto de 1984… porque Öcalan consideraba que su ejército ya estaba preparado. La cuestión de la lucha militar como método para la liberación de Kurdistán estaba justificada, no por las condiciones o las relaciones de fuerza coyunturales, sino desde el punto de vista programático, desde 1978.

La ofensiva contra el Estado turco se planeó ya en 1982, pero se pospuso en varias ocasiones. Además, Öcalan operaba entonces en Oriente Medio, donde las alianzas y las adversidades entre diversos Estados y movimientos nacionales kurdos (de Irak e Irán) constituían un terreno muy inestable. Este contexto inestable también pesaba sobre las condiciones de la lucha. La alianza que estableció con el grupo de Barzani, dominante en el norte de Irak, corriente que antes consideraba feudal y reaccionaria, fue decisiva, por ejemplo, para construir sus campamentos en las montañas fronterizas con Turquía y poder así lanzar su guerrilla. Así, mientras todos los demás grupos kurdos y turcos intentaban preservar sus fuerzas en el exilio, en Siria pero sobre todo en Europa, el PKK fue el único que se embarcó en una verdadera lucha armada. La legitimidad que fue ganando a medida que avanzaban sus ofensivas le permitió reclutar cada vez más combatientes, a pesar de las importantes pérdidas sufridas sobre el terreno.

Cuarenta años después, ¿no parece el anuncio de la disolución un fracaso, tanto en el plano militar como en el político?

Creo que los objetivos militares ya no existían desde hacía varias décadas. Si para el Öcalan de la fundación del partido y de los años ochenta cualquier objetivo que no fuera la independencia (diversas formas de autonomía, entidades federativas…) era reaccionario, el líder del PKK había comenzado a revisar sus ideas a principios de los noventa, especialmente tras la caída de las dictaduras burocráticas. Llegó, como es sabido, a criticar la forma del Estado nación.

Öcalan ya había intentado negociar en 1993. Tras su detención en 1999, comenzó a defender una orientación totalmente nueva, para gran sorpresa de los dirigentes y militantes del PKK, que se preparaban para intensificar la guerra y las acciones suicidas. Esta orientación tenía como objetivo poner fin a la lucha armada en favor de un alto el fuego permanente para abrir el camino a una solución política. Por lo tanto, renunciaba indiscutiblemente al objetivo estratégico de un Kurdistán independiente. A esto le siguieron otros dos procesos de negociación en 2007-2009 y 2013-2015, que lamentablemente fracasaron. Sin embargo, la creación de la zona autónoma de Rojava en el noreste de Siria también debe interpretarse en este contexto militar y político. La existencia de una estructura administrativa vinculada al PKK en la frontera con Turquía constituye un logro importante para la organización, frente al Estado turco y frente a su histórico rival en el norte de Irak, el clan Barzani y su Partido Democrático de Kurdistán.

¿En qué punto se encuentran hoy las nuevas negociaciones?

Hay que precisar que el movimiento kurdo no es solo un movimiento armado. El PKK ha logrado formar un movimiento masivo de varios millones de personas, con diversas estructuras civiles que en ocasiones se han desarrollado con dinámicas autónomas, a pesar del autoritarismo de la organización. Hoy en día, la base civil y democrática parece ser mucho más importante y eficaz en su lucha que la estructura armada en lo que respecta a los objetivos que debe alcanzar el pueblo kurdo. Por lo tanto, si bien hay aspectos muy criticables, como su autoritarismo, su excesivo fetichismo por el líder, las ejecuciones masivas arbitrarias internas (especialmente a finales de los años 80 y principios de los 90) y las decenas de atentados indiscriminados… hay que reconocer que este movimiento, con el paso del tiempo, ha contribuido en gran medida a la consolidación de una conciencia nacional del pueblo kurdo y la ha arraigado en gran parte en la izquierda, con valores feministas, igualitarios y de fraternidad entre los pueblos. Desde un punto de vista histórico, esto es una ventaja importante.

En cuanto a las negociaciones, todo comenzó con el inesperado llamamiento del líder de extrema derecha y principal aliado de Erdoğan, Devlet Bahçeli, el 22 de octubre de 2024, para que Abdullah Öcalan se expresara en el Parlamento y declarara el fin de la lucha armada y la disolución del PKK. Tras un periodo de negociaciones muy opacas entre el Estado turco y Öcalan, con la participación de una delegación del DEM Parti (partido reformista de izquierda surgido del movimiento kurdo) y la dirección del PKK, el fundador de la organización, desde su prisión en la isla de Imrali, en el mar de Mármara, anunció en una carta, el 27 de febrero de 2025, que el PKK debía disolverse.

No sabemos cuáles fueron los debates dentro de la organización. Ya había tensiones entre Apo y el Consejo Presidencial de la organización en las negociaciones anteriores. Por lo tanto, es difícil imaginar que la dirección del PKK haya llegado rápidamente a un consenso ante un proceso declarado de forma tan abrupta. La dirección de la organización insiste en que todo el proceso debe estar dirigido por Öcalan, lo que puede interpretarse como una voluntad de no asumir directamente la responsabilidad.

El desarme del PKK constituye sin duda una base importante para la desmilitarización de la cuestión kurda, aunque el régimen de Erdoğan intentará indudablemente orientar este proceso en función de sus intereses y, en particular, para romper la alianza entre el movimiento kurdo y la oposición democrática burguesa liderada por el CHP 4Cumhuriyet Halk Partisi, Partido Republicano del Pueblo, partido creado en 1923 por Mustafa Kemal Atatürk, miembro de la Internacional Socialista y miembro asociado del Partido Socialista Europeo., criminalizado por el régimen. Sin embargo, aún no sabemos qué avances democráticos podrán beneficiar a los kurdos con la disolución del PKK. Probablemente se formará una comisión parlamentaria para determinar las medidas a adoptar. Estas deberían incluir, en una primera etapa, la liberación de los presos políticos (vinculados al movimiento kurdo), la retirada de la tutela (los kayyum) de los municipios kurdos y el regreso de los alcaldes a sus cargos, la reintegración de los «universitarios por la paz» a sus puestos de trabajo y la posibilidad de que Öcalan dirija libremente su movimiento, pueda comunicarse con el exterior, recibir visitas, etc.

Según el movimiento kurdo, deberían seguir otras reformas más estructurales, relativas al estatus de su identidad y cultura nacional dentro de la sociedad turca, lo que requeriría una nueva Constitución. Erdoğan tiene precisamente la intención de cambiar la Constitución para poder presentarse a las próximas elecciones. ¿Será una Constitución que garantice los derechos de los kurdos al tiempo que consolida el carácter autocrático del régimen? La cuestión es controvertida, pero aún no hemos llegado a ese punto.

¿Qué evolución política está viviendo Turquía desde el movimiento contra el encarcelamiento del alcalde de Estambul, İmamoğlu?

Después del 19 de marzo, asistimos a una movilización social como no se había visto en mucho tiempo. Millones de ciudadanas y ciudadanos salieron a la calle para defender a los alcaldes elegidos, el derecho al voto, la democracia y la libertad. Aunque el movimiento fue extremadamente heterogéneo, se observó una notable radicalización, especialmente entre los jóvenes universitarios y de secundaria.

Como suele ocurrir tras las explosiones espontáneas, el impulso del movimiento se fue apagando con el tiempo. Sin embargo, la dinámica se mantuvo durante un tiempo gracias a las campañas de boicot contra algunos grupos capitalistas que habían apoyado al AKP. Pero, en ausencia de bases de lucha social duraderas, de plataformas y de coordinaciones capaces de prolongar la resistencia —aparte de los llamamientos puntuales a manifestaciones lanzados por el CHP—, se puede decir que, hoy en día, el movimiento ha perdido impulso en las calles, aunque la indignación sigue muy presente.

Pero el régimen continúa su represión contra el CHP con varias oleadas sucesivas de detenciones en diversos municipios de Estambul. Once alcaldes se encuentran actualmente detenidos en espera de juicio. Se ha lanzado una última oleada «anticorrupción» contra el antiguo alcalde del CHP de Izmir y su personal (un total de 160 personas detenidas). Hoy se cumplen cien días desde la detención de İmamoğlu y aún no se ha presentado el escrito de acusación. Esto demuestra claramente hasta qué punto el régimen de Erdoğan actúa con total arbitrariedad. Por otra parte, también hay un intento legal de dividir al CHP. Se ha abierto un proceso por supuestas irregularidades en el congreso del CHP de 2023, en el que fue elegido Özgür Özel, nuevo presidente del partido, un líder que, desde la detención de İmamoğlu, está llevando a cabo una política de oposición inusualmente firme para el CHP.

Sin embargo, Kemal Kılıçdaroğlu, el antiguo presidente del partido (y ex candidato a la presidencia, que perdió frente a Erdoğan en 2023), insinúa, con ánimo de venganza, que podría volver a ponerse al frente del partido si se anulara el congreso. También afirma que considera que la movilización que surgió el 19 de marzo fue inútil, que es una cuestión entre İmamoğlu y la justicia. Así, existe una tensión manifiesta y pública entre el equipo de Kılıçdaroğlu y el de Özel e İmamoğlu. Por el momento, el juicio se ha aplazado hasta septiembre.

¿Cuál es la situación actual del movimiento obrero?

Las organizaciones sindicales del movimiento obrero prácticamente no han tenido ningún papel en este movimiento de protesta. La clase obrera no se ha reconocido en el movimiento. Una parte importante sigue siendo receptiva a la propaganda de Erdoğan, a pesar del dramático deterioro del poder adquisitivo desde hace varios años. Y, por el momento, se han hecho muy pocos esfuerzos (especialmente por parte de la izquierda radical, anticapitalista y revolucionaria) para hacer comprender que la cuestión democrática y la cuestión social están íntimamente relacionadas.

Las aspiraciones democráticas deben nutrirse de un contenido de clase. El «choque proletario» del que hablaba Ernst Bloch sigue siendo el gran ausente de la lucha contra el régimen. Esta es la tarea estratégica más importante, más decisiva desde el punto de vista histórico y más difícil a la que se enfrenta la izquierda revolucionaria. Se trata de romper la división cultural-religiosa, cuyo mantenimiento y profundización es el arma principal del AKP, y sustituirla por una polarización de clase.

Pero volviendo a la debilidad de los sindicatos en el movimiento, hay varias razones que lo explican. En primer lugar, la tasa de sindicalización es baja en Turquía, con solo alrededor del 15 %. Y hay que tener en cuenta que este porcentaje solo incluye a los trabajadores «declarados», es decir, no a los que trabajan en negro. Por lo tanto, el nivel real de sindicalización es aún más bajo.

Además, las confederaciones más grandes son de derecha conservadora y nacionalista. Algunas están totalmente controladas por el AKP. Por lo tanto, no hay que esperar huelgas por su parte, sobre todo en el contexto político actual. DISK y KESK son las confederaciones más de izquierdas. Pero aquí, como en otros lugares, los vínculos entre los sindicatos y sus afiliados no siempre son muy orgánicos, y hay serias dudas de que los trabajadores participen masivamente en estas huelgas. Sobre todo porque esto puede suponer un grave riesgo de perder el trabajo, dado que las leyes, e incluso la Constitución, ya no significan nada en este país. Desde hace varios años, todas las huelgas están prohibidas («aplazadas») porque supuestamente atentan contra la seguridad nacional.

Sin embargo, en junio de 2025 se produjo una huelga de 23.000 trabajadores y trabajadoras del ayuntamiento de Esmirna, con una reivindicación principal muy legítima: obtener aumentos salariales e igualdad salarial con los compañeros que realizan el mismo trabajo. La huelga fue dirigida por el sindicato Genel-Iş, vinculado al DISK, organizado principalmente en los ayuntamientos del CHP y en estrecha connivencia con estos. La huelga solo duró una semana y los trabajadores obtuvieron importantes logros al término de la misma 5Un aumento salarial retroactivo del 30% para los primeros seis meses del año y una revalorización del 19% en julio. Según cifras oficiales, la inflación supera el 35% anual en Turquía.. Pero la base del CHP y la fracción « cuello blanco » de la clase obrera reaccionaron de forma muy negativa ante esta huelga: « estáis haciendo el juego al AKP al debilitar nuestros ayuntamientos », « ¿por qué los basureros reclaman el mismo salario que los médicos? ». Esta reacción nos demostró una vez más hasta qué punto la solidaridad y la conciencia de clase deben reconstruirse incluso (y quizás sobre todo) en tiempos de movilización contra un régimen dictatorial.

¿Cuál es el estado de ánimo de la población ante las guerras libradas por Israel?

El antisionismo es, evidentemente, una postura compartida casi unánimemente por la población. Pero existen algunas dificultades para construir un movimiento unitario en apoyo a Palestina y contra la ofensiva israelí contra Irán. El régimen islamista y nacionalista de Erdoğan adopta, por supuesto, una postura antiisraelí y organiza grandes mítines en solidaridad con Palestina. Pero se ha demostrado que el comercio con Israel y las relaciones financieras y militares con Tel Aviv continúan. Recientemente, Selçuk Bayraktar, yerno de Erdoğan y fabricante de los famosos drones turcos, anunció la creación de una empresa conjunta con Leonardo, una empresa italiana criticada por sus ventas de armas a Israel y objeto de manifestaciones en varias ciudades del mundo. Por otra parte, el sistema de radar de Kürecik, en la base militar de la OTAN en la provincia de Malatya, está directamente integrado en la red de defensa israelí. Por lo tanto, el antisionismo de Erdoğan es más retórica que hechos concretos.

Otra dificultad es que el movimiento kurdo rara vez se moviliza en favor de la causa palestina. Las relaciones entre el movimiento kurdo y la resistencia palestina —ya sea entre Öcalan y Arafat, el PKK y la OLP o Hamás— han estado marcadas por tensiones y desacuerdos desde la década de 1990. Más recientemente, Cemil Bayık, uno de los líderes del PKK, criticó los métodos de Hamás durante la operación «Tormenta de Al-Aqsa» y declaró que los pueblos palestino y judío debían encontrar la manera de convivir en fraternidad. Pero sin duda hay una razón más coyuntural en el apoyo de Washington y Tel Aviv a las YPG (incluidas en las SDF) 6Las Unidades de Protección Popular (en kurdo: Yekîneyên Parastina Gel) constituyen el brazo armado del Partido de la Unión Democrática (PYD) kurdo en Siria. Las SDF son las Fuerzas Democráticas Sirias, que incluyen a las YPG., consideradas un aliado en Siria. Öcalan había criticado duramente esta situación. Durante su reunión con la delegación del DEM el 21 de abril de 2025, afirmó, refiriéndose a las SDF, que «Israel ha constituido su propio Hachd al-Chaabi» (milicias proiraníes que operan en Irak).

¿Puede haber una nueva convergencia entre el movimiento kurdo y la oposición, a pesar de las maniobras de Erdoğan?

Hay que recordar que la convergencia entre el movimiento kurdo y la oposición burguesa laica funcionó sobre todo en las elecciones. Estas dos fuerzas de la oposición se necesitaban mutuamente para triunfar frente a las fuerzas del régimen, tanto a nivel municipal como presidencial. Finalmente, esto no fue suficiente para derrocar a Erdoğan en 2023. Es muy difícil predecir cómo serán las relaciones de fuerza y las disposiciones de cada uno de estos elementos de aquí a las próximas elecciones, previstas para 2028, pero que muy probablemente se celebrarán antes. ¿Continuará el proceso de paz con toda la inestabilidad y el ambiente bélico que reina en Oriente Medio? ¿En qué estado se encontrará el CHP tras este enorme intento de criminalización en su contra? ¿Estará Ekrem İmamoğlu en libertad y, sobre todo, podrá presentarse a las elecciones para unir a la oposición frente a Erdoğan?

Pero creo que lo esencial es forjar estructuras capaces de garantizar la continuidad de las luchas contra el régimen en diversos ámbitos. Ya sea la lucha contra la apertura de las zonas de olivos a la explotación minera, el movimiento de las mujeres, la crisis de la vivienda —que se ha convertido en un problema grave—, el movimiento LGBTI o la movilización de los padres contra la mercantilización y la islamización de la educación, el objetivo fundamental de la izquierda revolucionaria debe ser crear estructuras, coordinaciones y comités en todos estos ámbitos, para estar preparados para las próximas movilizaciones sociales y/o democráticas masivas, y evitar que esta dinámica de lucha se evapore en cuestión de semanas.

Esta entrevista es una versión actualizada de la realizada para SolidaritéS.

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    El memorándum del 12 de marzo de 1971 marcó un golpe militar «a la turca», en el que el ejército, sin tomar directamente el poder, impuso un gobierno autoritario con el pretexto de restablecer el orden. Esta intervención tenía como objetivo aplastar los movimientos obreros y estudiantiles en pleno auge, instaurando una represión brutal contra la izquierda revolucionaria. Sin embargo, con la llegada al poder de Bülent Ecevit en 1973, se proclamó una amnistía que permitió la liberación de numerosos militantes de izquierda encarcelados tras el golpe.
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    Nuestra corriente considera «etapista» la idea de que la revolución en los países dominados o feudales debe realizarse en dos etapas: primero, la revolución nacional o burguesa, que constituiría un capitalismo democrático e independiente del imperialismo, y, en un segundo momento, la revolución social. A esta concepción oponemos la teoría de la revolución permanente, que indica que ambas etapas deben mezclarse para alcanzar el objetivo.
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    El 12 de septiembre de 1980, el ejército tomó el poder invocando los enfrentamientos entre los grupos políticos de izquierda y de derecha nacionalista. Este golpe de Estado destruyó los logros de las luchas obreras y populares, instauró un régimen de dictadura militar sangrienta y sentó las bases del neoliberalismo autoritario en Turquía.
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    Cumhuriyet Halk Partisi, Partido Republicano del Pueblo, partido creado en 1923 por Mustafa Kemal Atatürk, miembro de la Internacional Socialista y miembro asociado del Partido Socialista Europeo.
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    Un aumento salarial retroactivo del 30% para los primeros seis meses del año y una revalorización del 19% en julio. Según cifras oficiales, la inflación supera el 35% anual en Turquía.
  • 6
    Las Unidades de Protección Popular (en kurdo: Yekîneyên Parastina Gel) constituyen el brazo armado del Partido de la Unión Democrática (PYD) kurdo en Siria. Las SDF son las Fuerzas Democráticas Sirias, que incluyen a las YPG.

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