Seminario de Ecología Social en Estambul
El 15 y 16 de febrero, ecologistas sociales viajaron hasta Estambul para participar en una delegación de paz de 10 personas. Nuestro propósito era tratar de volver a poner en marcha las conversaciones de paz en relación al conflicto kurdo-turco, que se suspendieron en la primavera de 2015, para ello queríamos reunirnos con miembros del estado turco, así como con Abdullah Ocalan, que lleva en la prisión de Imrali desde 1999.
El movimiento de liberación kurdo en Turquía considera a Ocalan como el portavoz y negociador indispensable. Incluso desde su celda, ha sido un actor fundamental en las conversaciones de paz pasadas y ha sido una voz constante en la llamada a la paz – o al menos lo ha sido hasta la última vez que pudimos escuchar algo de él el 5 de abril del pasado año.
La delegación fue liderada por el juez Essa Moosa de la Corte Suprema de África del Sur, que fue el abogado de Nelson Madela durante su estancia en la prisión de la isla de Robben. El juez Moossa solicitó reunirse con el ministro de justicia y con Ocalan el 15 de febrero – fecha que marcaba el 17º aniversario de su captura y detención. Desafortunadamente, no se le concedió ninguna de las dos reuniones que había solicitado el juez para la delegación.
Mientras la delegación esperaba una respuesta, si que se reunió con representantes de las organizaciones vinculadas al movimiento de liberación kurdo: El Congreso Democrático de los Pueblos (HDK), el Congreso por una Sociedad Democrática (DTK), el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y la Asociación de Abogados Libertarios (OHD) y también con el comité de la plataforma Libertad para Ocalan que ha conseguido reunir 10,3 millones de firmas para su petición de excarcelación. Estos representantes nos informaron sobre la preocupante situación del país.
Todos nos contaron que entre las dos elecciones de junio y noviembre de 2015, el proceso de paz había sin duda llegado a su final, y que el gobierno de Erdogan había virado hacia una política de guerra. Muchos nos dijeron que la situación para los kurdos en Turquía es peor ahora que en la década de los 90, cuando fuerzas armadas del estado evacuaron y arrasaron numerosas aldeas kurdas en el sureste, forzando a los residentes de esas zonas a emigrar a las ciudades. Ahora están atacando a esa misma gente y a sus hijos en las ciudades, transformando barrios en escenarios de guerra, golpeando las ciudades con artillería pesada y disparos de tanques. Algunas fuerzas policiales, vinculadas directamente con el presidente, tienen licencia de disparar a cualquiera con total impunidad, sin miedo a ningún tipo de represalia. En Cizre hasta 190 personas que se habían refugiado en tres sótanos distintos fueron asesinados por bombardeos aéreos o quemados vivos con bombas de fuego; y ahora el estado está destruyendo los edificios para eliminar pruebas.
Son crímenes de guerra. A pesar de los intentos del AKP de reprimir al movimiento kurdo, niegan la existencia de un problema diciendo que “no hay problema kurdo. Solo un problema de terrorismo.” y afirmando que no hay nada que negociar.
El AKP desea reformar la Constitución Turca para implantar un monopolio de poder en manos del presidente. El movimiento kurdo, en cambio, defiende la creación de una nueva constitución democrática para toda Turquía, basada en una democracia descentralizada que reconozca los derechos de las etnicidades, religiones y mujeres.
Fue en este contexto que los cuatro ecologistas sociales, todo miembros de TRISE, dieron sus presentaciones en un seminario llamado “Ecología Social y Autogestión” el 14 de febrero; organizada por dos ecologistas sociales de Estambul y miembros de TRISE Ertuğ Dinseven y Ahmet Sezer. Esta reunión pública tuvo lugar un domingo a las 11:00 en Kadikov, en una sala llena a rebosar, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, turcos y kurdos. Dimitri Roussopoulos comenzó la presentación, enfatizando la naturaleza urbana de la ecología social. Su charla llevaba por titulo Que es y que no es la ecología social: Luchas radicales en la Ciudad y Democracia Directa. Janet Biehl mencionó que el seminario era un hecho histórico en el sentido de que era la primera vez que Dimitri, Eirik y ella, tres de los colaboradores más directos de Murray Bookchin hacían sus presentaciones y debates juntos. Después recordó como la emergencia de la ecología social era un proyecto político, económico, tecnológico, agricultural y de descentralización urbana; y menciono influencias concretas de los escritos de Bookchin sobre Ocalan. Eirik Eiglad habló sobre la dinámica entre los ideales universales y su aplicación política práctica en Escandinavia, Nueva Inglaterra (EEUU) y Rojava, abriendo una conversación sobre el aprendizaje mutuo y como diferentes experiencias forman parte de un movimiento común. Federico Venturini se adentró en la dimensión filosófica de la ecología social. Ertuğ Dinseven aprovechó el último turno del seminario para ofrecer una definición de democracia directa y analizando en detalle los procesos de toma de decisión basados en el consenso. El seminario gozó de una buena asistencia, es más la sala rebosaba. Nathan McDonnell, que trabaja con Black Rose Books, vendía libros y tomaba fotos.
La ecología social ha jugado un papel fundamental a la hora de darle forma al proyecto político kurdo de confederalismo democrático que defiende la libertad a través de la descentralización, la autogestión y el respeto a las mujeres y a las minorías. Desde luego el confederalismo democrático representa un proyecto político que puede resolver el complicado panorama de Oriente Medio y la ecología social puede inspirar a personas alrededor del mundo.
Al mismo tiempo que el gobierno del AKP trata de transformar a Turquía en un estado cada vez más autoritario, el movimiento kurdo, nos cuentan, es la única oposición significativa del país. Es imperativo que la gente de todas las etnicidades en Turquía luchen con el movimiento kurdo por la transformación de Turquía desde un estado unitario vertical hacia una democracia.
Más aún, necesitan ayuda desde el exterior. El gobierno del AKP es vergonzoso. “No podemos levantar nuestras voces en Turquía” nos cuenta el abogado Cemril Adi “ya que cuando lo hacemos somos atacados y torturados. Necesitamos que levantéis vuestras voces en vuestros países… para exigir a vuestros países que oigan nuestra voz y encontrar la manera de acabar con esta situación.” Zubeyde Teker de la plataforma Libertad para Ocalan se mostraba de acuerdo: “Nuestra lucha es insuficiente sin el apoyo exterior.”
Pedimos a todo el mundo que muestren su oposición a las acciones bárbaras del estado turco y todos los demás estados que son cómplices en esas acciones por acción u omisión.
Dimitri Roussopoulos, Montreal, Canada
Eirik Eiglad, Oslo, Norway
Federico Venturini, Leeds, UK
Janet Biehl, Burlington, United States
Nathan McDonnell, Montreal, Canada
Fuente: New-compass
Traducido por Rojava Azadî