Reflexiones sobre Rojava: una entrevista con Janet Biehl
Llena de admiración y también con una mirada analítica, Janet Biehl, comparte algunas de sus reflexiones sobre la revolución de Rojava, después de sus recientes visitas a la región.
En esta entrevista, el cineasta independiente y periodista Zanyar Omrani, habla con Janet Biehl sobre su difunto compañero Murray Bookchin, sus viajes a Rojava y sobre la importante cuestión de como construir estructuras de poder popular de abajo-arriba teniendo en cuenta los riesgos de que el proceso sea revertido con el paso del tiempo.
Janet Biehl ha viajado a Rojava dos veces en el último año y ha escrito extensamente sobre sus experiencias y observaciones durante sus visitas a los cantones autónomos del norte de siria. Ella es la autora del libro Ecology or Catastrophe: The Life of Murray Bookchin.
Zanyar Omrani ha visitado Rojava varias veces, documentó la vida detrás de las líneas del frente en la lucha contra el ISIS. Su documental Inside Kobane: Keeping Islamic State at Bay, fue emitido por la BBC.
Zanyar Omrani: ¿Puedes contarnos como fue tu primer encuentro con la cuestión kurda, y explicar porque te llamó la atención?
Janet Biehl: Después de que Bookchin murió en 2006, varias personas me hicieron llegar un impresionante homenaje que el PKK le había dedicado, en el que se decía que el PKK “asume la tarea de mantener a Bookchin vivo en la lucha” y de crear “la primera sociedad que establezca un confederalismo democrático tangible.”
Luego en 2011, el ecologista kurdo Ercan Ayboga, me invitó a participar en el Foro Social de Mesopotamia (FSM)que se celebró en Diyarbakir, que él mismo estaba organizando. Pensó que yo y el movimiento teníamos cosas de las que hablar. Y tenía razón.
En el FSM encontré un movimiento político y social completo y en marcha, rebosante de activismo e ideas sobre ecología, igualdad de género y más. Vi a otros hombres más viejos con pinta patriarcal sentados y escuchando a mujeres de 20 años hablando en un seminario sobre los asesinatos de honor. Pensé… aquí pasa algo.
Desde entonces he ayudado a traducir dos libros sobre el tema del alemán al inglés: Democratic Autonomy in North Kurdistan, escrito por un grupo de activistas alemanes solidarios con Kurdistán que habían viajado por Bakur (Kurdistán del norte) para investigar las instituciones de Autonomía Democrática que se estaban creando; y Revolution in Rojava, co-escrito por Ercan Ayboga, la persona que me había invitado a la conferencia. Este libro fue publicado por Pluto Press en el 2016.
En diciembre de 2014 tuve la oportunidad de viajar a Rojava yo misma como parte de una delegación académica. Estuvimos ahí diez días.
Dinos más sobre tu primer viaje a Rojava. ¿Cumplió tus expectativas?
Había estado traduciendo informes alemanes, por lo que estaba bastante bien informada. Pero nada te puede preparar para ver a mujeres jóvenes de 1,65m en uniformes y sujetando kalashnikovs como si nada – eran nuestras acompañantes. Y nada me podía haber preparado para ser testigo de una revolución de verdad. Era la primera vez que he visto como el poder de la voluntad colectiva humana concentrado puede transformar un orden social en poco tiempo. Y aquí las imágenes de Ocalan estaban a la vista, al contrario que en la tienda de campaña de Diyarbakir – están en las paredes de todas las habitaciones.
Me encontré con gente que había estado en prisión y torturada por el régimen y aún así continúan con el trabajo hasta conseguir llevar su proyecto a donde está ahora. Mis delegaciones hablaron con miembros de Tev-Dem y Yekîtiya Star; los revolucionarios habían hecho tanto para construir consejos y otras instituciones. Cuando Murray vivía, yo estudiaba la historia revolucionaria y le ayudé a escribir libros sobre ello. Pero llegar a verlo con mis propios ojos… fue algo extraordinario.
Comunas, Tev-Dem, 22 ministerios de cantones, municipios, tribunales – todas estas instituciones están poniendo en práctica las ideas que anteriormente solo habían existido sobre el papel. ¿Hasta que punto está en concordancia lo que has visto con el pensamiento de Bookchin?
Durante las visitas de las dos delegaciones (la segunda fue en octubre de 2015) el tiempo total que he pasado en Rojava es de 13 días, y la gente que habló con nosotros eran miembros de la clase política. Por lo que todo lo que tengo que decir, debéis saberlo, está basado en lo que me contó gente que al hablar con nosotros sabían que hablaban con todo el mundo.
Casi todo el mundo mencionó que el proyecto de Rojava no tiene estado y está en contra del estado. El régimen de Assad ha mantenido el territorio económicamente sin desarrollar, por lo que mientras que el capitalismo estaba presente, no era la fuerza fundamental que daba forma a la sociedad y la clase política está comprometida con la creación de una economía cooperativa. Las tierras de cultivo abandonadas por el régimen se han convertido en cooperativas agrícolas. Más aún, la sociedad de los tres cantones es comunalista, me explicaban, tanto en la práctica como ideológicamente, antes que individualista como los EEUU.
Específicamente en cuanto a Bookchin, las instituciones de auto-gobierno democrático que describían coincidían ampliamente con lo que él había pensado (bajo el nombre de municipalismo libertario). En la base del Confederalismo Democrático está la Asamblea de ciudadanos (en los escritos de Bookchin) o las comunas (en Rojava). La comuna manda sus delegados al consejo confederal a nivel de barrio, y el consejo de barrios manda delegados al distrito y éste al cantón. En esta estructura por niveles, como Bookchin la describió, el poder tiene que fluir de abajo hacia arriba.
¿Se ha hecho realidad esta visión? En diciembre de 2014, fui testigo de una reunión comunal en Qamislo. En octubre de 2015, mi delegación fue a Amude, sede del nivel cantonal del autogobierno democrático, donde conocimos a Hakam Khello, líder del consejo legislativo. Le pregunté cuantas comunas había. Él me dijo que existían unas 4.000 zonas liberadas, incluyendo aldeas árabes y de todas las etnias.
Algunas cosas no eran como Bookchin las había pensado. Sobresale una diferencia: la importancia que Ocalan había dado a las mujeres al contrario de Bookchin. Bookchin estaba opuesto a toda jerarquía, pero Ocalan le da una importancia singular a la opresión de las mujeres, y le asigna un papel prominente incluso de vanguardia a las mujeres. Bookchin no le dio este papel a las mujeres ni reclamaba cuotas de un 40% para los géneros ni el liderazgo dual.
Para saber con seguridad si el poder fluye de abajo-arriba, necesitaría ver una decisión tomada en una asamblea comunal, luego seguirla por su curso en el consejo de barrio y luego por el consejo de distrito y el cantonal. Desafortunadamente, careciendo de las habilidades lingüísticas necesarias no tengo acceso a esta información, por lo que tengo que depender de otros investigadores para tener saberlo.
En tu opinión, ¿pueden las instituciones legislativas y ejecutivas en Rojava actuar más allá de la hegemonía del Partido de la Unión Democrática (PYD)?
Mi delegación de octubre de 2015 también se reunió con el Primer Ministro del Cantón de Cizire, el abogado Akram Hesso. Le pregunté si el poder fluía de abajo hacia arriba o al revés. “Tomamos las ideas y necesidades que la gente en la base nos da,” dijo a través de un intérprete, “y estudiamos estas opiniones para ver si es posible pasarlas a una ley, traducir las ideas de la gente a leyes prácticas y decisiones”. No pude por más que darme cuenta de que eso no quiere decir lo mismo que ejecutar las decisiones de la base.
Por lo que pregunté: ¿cómo obtenéis las ideas de la gente? “Tenemos pequeñas comunas dentro de los barrios, “ me contestó. “Instituciones locales, parlamento, consejo ejecutivo. La gente expresa sus necesidades paso a paso, hacia arriba como una pirámide”.
¿Se celebrarán pronto las elecciones? continúe. “Hemos tenido elecciones en los municipios este año,” dijo, “pero las elecciones para el parlamento se han pospuesto debido a los ataques del ISIS en Kobane y por todo el territorio.”
¿Se celebrarán las elecciones de acuerdo con el Tratado de Duhok a finales de 2014? pregunté refiriéndome al acuerdo alcanzado por los partidos alineados con el PYD y aquellos alineados con el ENKS para compartir los escaños del parlamento. “El Acuerdo de Duhok está relacionado solo con los partidos kurdos. Apoyamos el acuerdo, no tenemos ningún problema con él”.
¿Existen partidos no alineados con el PYD en el consejo ejecutivo del cual eres líder? pregunté.
“El pueblo kurdo tiene doce partidos en el autogobierno. El autogobierno democrático está abierto a todos los partidos. Yo soy miembro del ENKS”.
No era consciente de ese hecho así que hice una pausa un momento para mostrar mi sorpresa. Más tarde encontré esta descripción de como Hesso llegó a ser primer ministro: hace 8 meses, le explicó a un periodista del IPS, “Tuvimos varias reuniones hasta que un comité de 98 miembros representando a las distintas comunidades se formó. Eran responsables de elegir a los 25 de nosotros que formaríamos el gobierno hoy”. Como se escogió a esa comunidad de 98 no está claro. Pero volvamos a Amude.Para continuar pregunté: “la gente dice que el PYD es dominante, opresivo. ¿Cúal es tu opinión?” “El PYD es un partido kurdo como cualquier otro partido aquí. Tiene asientos en el parlamento, es muy popular, pero no es dominante.”
“¿Por que no hay imágenes de Ocalan en las paredes aquí? Preguntó uno de mis compañeros de la delegación refiriéndose a los edificios del gobierno cantonal.
“En el autogobierno democrático representamos a todo el pueblo”, dijo Hesso, “a todas las corrientes y lideres, muchas corriente, no a las imágenes. El autogobierno democrático respeta las ideas de todo el mundo, incluyendo las del ENKS. La gente puede tener fotos de Ocalan en sus casas pero no en el gobierno”.
Al día siguiente, cuando Hesso intervino en la Cumbre del Nuevo Mundo en Derik, habló de forma totalmente comprometida con la revolución: “Nuestra revolución es una revolución de sacrificio y resistencia. Aquí tenemos la igualdad de las mujeres, tanto en el autogobierno democrático como en las comisiones de mujeres. Nuestra revolución es para toda la humanidad. Tenemos comisiones sobre derechos humanos y religión. Una nueva sociedad está siendo construida sobre la sangre de nuestros mártires. El autogobierno democrático depende de las YPG, YPJ, Sotoro, Asayis…. todos protegen Rojava”.
¿Qué estrategias tienen para reducir este tipo de poder? En otras palabras ¿qué garantías democráticas pueden prevenir la inyección de decisiones tomadas desde arriba?
La gente en Rojava parece bastante consciente del peligro de que un sistema de abajo-arriba pueda acabar en un sistema vertical. Eso es lo que pasó, después de todo, en Rusia. En 1917, el sistema de soviets o consejos por niveles, por toda Rusia, estaba originalmente diseñado para llevar el poder desde la base hasta la cima. Pero una vez que los bolcheviques llegaron al poder, pudieron usar esas mismas instituciones como correas de transmisión de su propio poder desde arriba, sin duda para conseguir la dominación totalitaria.
Pides garantías, amigo mío, estamos hablando de sociedades humanas, no de leyes de la física. No hay garantías. No hay fórmula matemática que diga, si determinadas condiciones se dan, entonces está garantizado que la democracia continuara en toda su pureza.
Bookchin le dio muchas vueltas a este problema, y uno de sus puntos de vista más insistentes era que la sociedad debía asegurar la separación entre administrar y legislar. Solo los ciudadanos en las asambleas pueden tomar decisiones en cuestiones de política. El papel de los consejos confederales es sencillamente administrar para ejecutar dichas políticas. Tan pronto como los consejos se pongan a hacer políticas, ya no tienes un flujo de poder desde abajo.
En segundo lugar, los delegados a los consejos confederales deben tener mandato imperativo y ser revocables. Su único papel es el de transmitir las decisiones políticas tomadas por las asambleas ciudadanas a los niveles más altos. Si no lo hiciesen, entonces la gente los podría revocar. Si los delegados se les permita ir más allá de lo que su mandato requiere, entonces se pierde el flujo del poder desde abajo.
En Amude, al tiempo que mi delegación hablaba con Hakam Khello, el líder del PYD en el consejo legislativo del cantón, lo pensamos desde el punto de vista práctico. Supón que varias comunas en un barrio no se ponen de acuerdo en determinado asunto, alguien del grupo preguntó, y sus distintos delegados al consejo barrial reflejan dicho desacuerdo y se produce un conflicto. ¿Cómo se resolvería la cuestión?
El consejo del barrio tendría que decidir, explicó Khello, pero la decisión final también podría ser tomada en el nivel del cantón.
¿Que factores se tienen en cuenta para tomar la decisión? preguntamos nosotros.
“La decisión tiene que estar en consonancia con el contrato social”, dijo, refiriéndose a la constitución escrita por la que la sociedad se rige. Por ejemplo, “la libertad de las mujeres es un principio básico aquí,” dijo, al igual que la ecología. “También nos remitimos a los acuerdos internacionales en relación a derechos humanos, derechos de los niños. Este tipo de marcos organizan nuestra vida”.
Me pareció reconfortante; tener los principios básicos de una sociedad al alcance, como referencia en la toma de decisiones. ¿Qué otras maneras tenéis para salvaguardar la toma de decisiones de abajo-arriba? Le pregunté a Khello.
“Las comunas locales se ocupan de los asuntos locales,” replicó. “El Consejos Legislativo discute las cuestiones relacionadas con toda la población del cantón.”
Sí, ya había escuchado a otros hablar de estos principios en Rojava antes: las decisiones sobre determinado asunto se toman al nivel más bajo competente para ello. Si una comuna tiene la competencia de manejar el asunto, como por ejemplo donde situar un colegio o cuanto tiempo tener en marcha la electricidad y a que horas, entonces lo hará, y los niveles más altos no deberían interferir. Mantiene las instituciones cerca de la gente, los mantiene en control de las asuntos más inmediatamente relevantes para ellos, e impide que la burocracia crezca. Es una forma en la que la democracia se mantiene a las ordenes de la gente. (Me recuerda un poco al principio de “subsidiaridad” del pensamiento social Católico).
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