Nota de prensa de las TJA en motivo de la creación de la «Plataforma por la lucha de las mujeres captivas»
¡La condición de refugiado es la mayor violación de los Derechos Humanos!
Las mayores víctimas de las guerras regionales y locales son las personas, mujeres y niños, que no toman las decisiones en tales guerras. La mayor tragedia de la historia humana es la de aquéllos a los que no se permite habitar en su patria y son forzados a vivir en las rutas migratorias, los campos de refugiados, entre otras personas cuyas lenguas, culturas e identidades no conocen. Con ocasión del 20 de junio, Dia Mundial del Refugiado, como Plataforma para la Lucha por las Mujeres Cautivas, queremos compartir nuestro punto de vista respecto a aquéllos que han sido desplazados forzosamente en el mundo de 2017.
En cuanto a la cuestión de “ser un refugiado”, la más antigua tragedia de la humanidad, la situación de peligro persiste en Oriente Medio y muchos otros enclaves donde se sigue experimentando la destrucción hasta nuestros días. Mientras los pueblos continúan siendo asesinados colectivamente y forzados a abandonar sus hogares a causa de guerras civiles y ataques de todo tipo por parte de bandas mafiosas, mujeres y niños quedan expuestos a tortura física y sexual sistemática y son vendidos en mercados de esclavos. Según datos de Naciones Unidas, actualmente más de 10.000 niños refugiados se encuentran en paradero desconocido y se desconoce su destino. Sólo este dato nos obliga a aceptar que el desplazamiento forzoso constituye un crimen contra la humanidad.
Además de las severas violaciones sufridas en situaciones de guerra, la visión reduccionista que identifica directamente a los cuerpos de mujeres y niños tras su reducción al estatus de refugiado, se percibe claramente en la forma en que en la mafia organizada y los mercados de esclavos tratan a estas personas. Esto supone unas las páginas más oscuras de la historia de este siglo, transmitiendo un bárbara visión inhumana, hegemónica y fascista.
Nuestra plataforma se ha establecido con el objetivo de perseguir crímenes de guerra llevados a cabo contra diferentes pueblos por las organizaciones mafiosas islamistas yihadistas, así como para localizar a mujeres desaparecidas en Oriente Medio. El genocidio número 73 sufrido por el pueblo yazidi en Sinjar el 4 de agosto de 2014, muestra claramente lo similares que son la mentalidad hegemónica y las masacres sexistas que se practican desde el norte de Africa a Afganistán, de Irak a Siria, no importa si reciben diferentes denominaciones.
Mientras los testimonios de las mujeres que pudieron escapar del ISIS y otras organizaciones similares revelan la clase de torturas y violaciones practicadas, aún quedan 3.500 mujeres (junto con niños) que siguen en cautividad. Yazidis, armenias, asirias, chiitas, turcomanas, mujeres que son mantenidas en cautividad por la fuerza, son vendidas sistemáticamente en mercados de esclavos y sufren torturas físicas y sexuales. La lucha contra esta mentalidad hostil hacia las mujeres, la historia, la naturaleza, la herencia cultural, a otras religiones y creencias, en resumen, a la humanidad, es la razón de ser de nuestra Plataforma.
Tras el genocidio del 4 de agosto en Sinjar, decenas de miles de yazidis se vieron forzados a cruzar las fronteras y dispersarse por la Región Autónoma de Kurdistán y varias ciudades kurdas en el Estado turco, especialmente Diyarbakir, Sirnak, Batman y Siirt. De manera similar, tras los ataques y ejecuciones masivas en muchos asentamientos en Siria e Irak, la gran mayoría de los supervivientes se convirtieron en “refugiados”. A continuación, un breve sumario de nuestra visión:
- Se mantiene un rol de mero espectador mientras los refugiados tratan de alcanzar las costas del Mediterráneo por mediación de traficantes humanos, por lo que decenas de solicitantes de asilo mueren ahogados diariamente.
- La cuestión de cuántas niñas refugiadas son dadas como segundas esposas queda sin respuesta por los Ministerios involucrados.
- Se desconoce aún el destino de decenas de miles de yezidís, expulsados de los campos de Sirnak, Batman, Siirt y Diyarbakir, donde buscaron refugio a consecuencia del genocidio del 4 de agosto, tras la designación de fideicomisarios estatales en los municipios gobernados por el DBP (Partido Democrático de las Regiones); nadie, a excepción de funcionarios estatales, está autorizado para acceder a los campos de AFAD, incluidos los representantes de ONGs y diputados de partidos de la oposición, campos donde se supone que deben ser reubicados.
- En consecuencia, los yezidís, que son víctimas de un genocidio, han experimentado la condición de refugiados por segunda vez. La violación de sus derechos se ha incrementado exponencialmente.
La migración forzosa significa tener que abandonar el domicilio, el hogar, junto con las propiedades y pertenencias de carácter sentimental. Conocemos el fenómeno de la migración forzosa a través de las experiencias de la década de 1990. Durante el año pasado, hemos sido testigos del paso de una estructura democrática a las manos del Estado, mediante decisiones de “confiscación sin expropiación”. La migración forzosa no sólo se experimenta al cruzar las fronteras, también se vive por medio de la incautación de casas, derechos de propiedad, valores históricos y herencia cultural común. Mediante la evacuación forzosa de los barrios del distrito Sur de Diyarbakir -en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO- de los vecinos que los habitan.
Con ocasión del Día Mundial del Refugiado -20 de julio-, nuestra Plataforma, reconociendo el hecho de que el camino para acabar con la condición de refugiado pasa por un mundo sin guerras ni explotación, una vez más deseamos hacer hincapié en nuestra determinación por el establecimiento de un vida justa y luchar por todas y cada una de las mujeres que siguen cautivas.
Plataforma por la Lucha de las Mujeres Cautivas