Los manifestantes iraníes se inspiran en un lema revolucionario kurdo
NPR – 27 octubre 2022 – Traducido por Rojava Azadi Madrid
Durante 41 días, miles de iraníes han salido a la calle furiosos por la muerte de una joven kurda bajo custodia policial, mientras las autoridades continúan con su violenta represión contra ellas. Las manifestaciones -que honran la memoria de Mahsa Amini, de 22 años, cuyo nombre de pila en kurdo era Jina- se han convertido en el mayor movimiento por los derechos de las mujeres en la historia reciente de Irán.
El eslogan, coreado por primera vez por los dolientes en el entierro de Amini en su ciudad natal, Saqez, se extendió rápidamente desde las ciudades kurdas del país hasta la capital, Teherán. El eslogan cobró nueva vida en su traducción al farsi – «Zan, zendegi, azadi»- y el mensaje sigue resonando en las protestas de solidaridad desde Berlín hasta Nueva York. Incluso marcas de moda como Balenciaga y Gucci han publicado el eslogan en sus perfiles de Instagram.
Las palabras «jin, jiyan, azadi» y sus diversas traducciones han unido a los iraníes por encima de las líneas étnicas y sociales. Han llegado a significar la reivindicación de la autonomía corporal de las mujeres y una resistencia colectiva contra 43 años de represión del régimen iraní.
Pero los activistas kurdos afirman que algunos iraníes y los medios de comunicación pasan por alto elementos clave del origen kurdo tanto de la propia Amini como del lema que late en las protestas masivas provocadas por su muerte.
Pretende ser un eslogan universal para una lucha universal de las mujeres. Eso fue lo que siempre se pretendió con él», afirma Elif Sarican, antropóloga afincada en Londres y activista del movimiento de mujeres kurdas. «Pero hay que entender la raíz, como mínimo por respeto a las personas que han sacrificado su vida por ella, pero también para entender lo que está diciendo. … No son sólo palabras».
El eslogan se popularizó durante las marchas de mujeres en Turquía en 2006
El eslogan tiene su origen en el Movimiento por la Libertad del Kurdistán, dirigido por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo armado que lleva a cabo una insurgencia contra las autoridades turcas desde la década de 1980. El Departamento de Estado [de los EE.UU.] lleva mucho tiempo designando al PKK como organización terrorista.
Ocalan abogaba por lo que llamaba «jineoloji», una escuela de pensamiento feminista kurda. Esto condujo finalmente al desarrollo de una lucha autónoma de las mujeres -el movimiento de las mujeres kurdas- dentro del más amplio Movimiento por la Libertad de Kurdistán, explica Sarican.
Dice que el lema se popularizó por primera vez durante las marchas del Día Internacional de la Mujer en toda Turquía el 8 de marzo de 2006. Turquía, con unos 15 millones de kurdos, alberga la mayor población de kurdos de Oriente Medio. Aunque se calcula que representan entre el 18% y el 20% de la población del país, sufren discriminación y persecución.
Desde 2006, dice Sarican, «cada año, basándose en ‘jin, jiyan, azadi’ como filosofía de libertad, ha habido varias campañas diferentes que han sido anunciadas y declaradas al mundo por el movimiento de mujeres kurdas cada 8 de marzo, para decir que esta es nuestra contribución, este es nuestro llamamiento y este es nuestro estímulo para una lucha común de las mujeres contra el colonialismo y el capitalismo patriarcal».
Hace cinco años, las guerrilleras kurdas de la milicia YPJ corearon el eslogan durante la revolución de Rojava, liderada por los kurdos, en el norte de Siria, que comenzó en 2012.
Los kurdos en Irán sufren discriminación y muchos viven en la pobreza
Ignorar la historia política del eslogan contribuye a borrar la identidad y la lucha del pueblo kurdo, dicen los activistas.
Este ha sido también el caso de la cobertura internacional de la muerte de Amini, afirman, en la que se utiliza Mahsa -el nombre de pila iraní de Amini sancionado por el Estado-. En las entrevistas, los padres de Amini han utilizado tanto su nombre iraní como el kurdo.
«Sentí que había muerto dos veces porque nadie mencionaba su nombre kurdo ni su origen kurdo, que es tan relevante», dice Beri Shalmashi, una escritora y cineasta kurda iraní afincada en Ámsterdam.
Además de sufrir discriminación étnica, los kurdos, que se calcula que constituyen el 15% de la población de Irán, están marginados como musulmanes suníes en un país de mayoría chií. Su lengua está restringida y representan casi la mitad de los presos políticos de Irán. Las regiones kurdas del país también se encuentran entre las más empobrecidas.
El gobierno iraní ha culpado a los kurdos de los actuales disturbios en Irán, según las noticias, y ha atacado ciudades predominantemente kurdas, como Sanandaj y Oshnavieh. Algunos nacionalistas persas, por su parte, siguen ignorando las experiencias vividas por los kurdos en el país.
Shalmashi cree que es vital destacar la identidad kurda de Amini y las raíces kurdas de «jin, jiyan, azadi», como recordatorio de la necesidad de mayores derechos para todas las personas en el Irán actual, sin importar su etnia o género. Sin la inclusión y la unidad, advierte, las protestas actuales corren el riesgo de carecer de sentido.