“La lucha democrática avanza contra el patriarcalismo y los estados que nos dividen”
Noticias desde Argentina, el pasado miércoles 10 de junio, se realizó en la sede central de ATE nacional el cierre de la visita de la activista kurda Meliké Yasar a la Argentina. Unos ciento cincuenta integrantes de diversas organizaciones particparon del encuentro. Por Leandro Rodriguez para ANRed (http://www.anred.org/spip.php?article10041)
El Kurdistán es una región que tiene algo de mítico. Allí las arcaicas formas de unidad originaria del ser humano con sus comunidades y de estas con la naturaleza perviven junto a las más extraordinarias y destructivas tecnologías de guerra. Abigarradas en un diámetro de apenas 500 kilómetros existen cuatro estados nacionales que dominan sus tierras, decenas de lenguas, pueblos y religiones con una larga historia de convivencia surcada por guerras y genocidios azuzados por esos estados y otros más lejanos. Allí coexisten, en pugna, las peores formas del poder capitalista y patriarcal. Allí están naciendo brotes de una nueva sociedad, desde aquellas semillas milenarias.
Si bien aún es poco conocido, en nuestro país ya existe un comité de apoyo al kurdistán formado por activistas kurdos y diversas organizaciones políticas, sociales y culturales. Este comité es la plataforma que permite que cada vez más gente conozca en forma directa por sus protagonistas los pasos, los gozos, dolores y esperanzas de esta nueva sociedad que se alumbra.
En un importante esfuerzo se organizó la visita y recorrida en el país y el cono sur de la delegada kurda Meliké Yasar. Como broche de oro de una serie de actividades Meliké encabezó un panel junto a militantes de la “Marcha mundial de las mujeres”, en el que transmitió aspectos centrales del cambio revolucionario que se está dando en su tierra.
La intervención de Meliké:
Comenzó historizando el último ciclo de lucha kurdo, retomado hace cuarenta años, luego de una serie masacres que le propinaron desde el estado turco hasta la derrota de la república soviética del kurdistán, por obra y gracia de un pacto entre Irán y la Rusia de Stalin en 1946.
Recién a fines de los setenta un grupo de estudiantes fundará el PKK con una ideología que aún no rompía con el horizonte del Socialismo Real, es decir con el marxismo ortodoxo de ese momento, estatalista, nacionalista y que no registraba luchas como las de género. Contó con intensidad el proceso de crítica que se dio con esa concepción y con sus prácticas, proceso que sólo pudo dar un salto en el nuevo contexto mundial de comienzos de los noventa.
Remarcó que la resistencia y lucha contra los estados tuvo ya desde los ochenta un reverso de la moneda, que fue la lucha dentro del PKK y del pueblo kurdo contra los sectores que se negaban a la liberación de las mujeres en particular.
Narró la formación intensiva en feminismo para hombres y mujeres, el primer congreso de mujeres en 1993, la decisión de formar organizaciones específicas de las mujeres y la búsqueda de estas organizaciones de crear sus propias formas organizativas, que no imitaran las formas patriarcales y la puesta en práctica de todo esto en la vida cotidiana y la mentalidad del pueblo kurdo. En este momento elaboraron la teoría “del desprendimiento”. Hizo hincapié en la interacción de estas búsquedas con un ir y venir a “las montañas”, es decir al territorio liberado de todos los estados de la zona.
El cambio de los noventa fue madurando hasta que logró dar un nuevo salto en el 2003 con la elaboración de una estrategia democrática no estatalista. Allí rediscuten el concepto y la práctica democrática, revisan al partido único y finalmente establecen como guía el “Confederalismo Democrático”.
Empezaron a centrarse en impulsar como PKK la construcción de comunas democráticas kurdas en una red orgánica llamada KCK. Este impulso fue deviniendo en la formación de consejos de poder popular y consejos autónomos de mujeres, y en una disputa del conjunto de la sociedad civil que incluyó proyectar estas formas de poder hacia decenas de municipios conquistados electoralmente. En todos los casos se elegían representantes en copresidencia hombre/mujer, mandatados y revocables por la base.
Como reverso de este proceso hacia fuera, se intensificó un proceso permanente de autocrítica de la militancia que impulsaba este proceso popular, de modo de poder evaluar si aquellos principios se iban haciendo carne efectivamente en ellos.
A su vez el KCK ya elaboró un nuevo Contrato Social de principios éticos a respetar, más allá de la legalidad de los estados.
Cerró el panel con una reflexión a futuro y enmarcada en la actual situación de Medio Oriente. La lucha democrática avanza en Turquía, por medio del frente electoral HDP (partido democrático del pueblo) que el KCK conformó con partidos de las etnias oprimidas en el estado turco y con la izquierda turca, de fuerte presencia en el desarrollado occidente turco, como el caso de Estambul. Con el ingreso al parlamento de 80 diputados de este frente ha impedido el curso autoritario legal que intentaba el partido AKP de Erdogan (partido que es a su vez islamista moderado y pro OTAN, al mismo tiempo que tiene acuerdos con el EI -Estado Islámico-).
Pero remarcó que el cambio revolucionario en profundidad que se está dando en la región tiene su corazón en el Rojavá. Allí, en el norte de la Siria que se desangra con la guerra civil, el KCK viene derrotando reiteradamente el Estado Islámico y ha construido una región que está practicando abiertamente el Confederalismo Democrático, con la convivencia plural de distintas culturas y religiones, con el poder de los comités populares para el desarrollo de esta región y con el auge de un poder antipatriarcal, sostenido en buena parte por los batallones de las milicias de mujeres.
Señaló entonces, a modo de conclusión que “Rojavá significa una esperanza para los pueblos de Medio Oriente (…) La primavera árabe fracasó porque los pueblos no tenían una alternativa. Rojavá sí tenía una alternativa: el Confederalismo Democrático, y por eso pudo triunfar”.