La construcción ideológica de la realidad social en Oriente Medio

Entre los años 2008 y 2011, desde su celda en la prisión de alta seguridad en la isla de Imrali (Turquía), Abdullah Öcalan escribió Manifiesto por una Civilización Democrática, conocido popularmente como "Defensas", ya que fue enviado al Tribunal de Apelación del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, reclamando su derecho a un juicio justo. Esta obra, compuesta por cinco tomos, recoge el pensamiento del líder kurdo y presidente del Partido de los Trabajadores de Kurdistán.
Los tres primeros tomos han sido publicados en castellano por Descontrol Editorial, y próximamente lo será el cuarto, del que ofreceremos algunos extractos en nuestra página en diferentes entradas.
Las ideologías han jugado un papel importante en las civilizaciones de Oriente Medio. La civilización misma debe mucho a las creaciones mitológicas de los sacerdotes sumerios. El panteón de dioses que construyeron influyó a todas las religiones. Entrelazada con la civilización material, se construyó al mismo tiempo una civilización espiritual. El poder real y dinástico que se alzaba en la tierra convirtió en tarea principal de su ideología presentarse simbólicamente como dioses y glorificarse. El esplendor del rey en la tierra se proyectó hacia los cielos como imágenes divinas. Desde entonces, la filosofía, la ciencia, el arte y las religiones han buscado constantemente a estos dioses. Lo que pudieron encontrar fue, por un lado, el mundo real, y por otro, un mundo de fantasía en el que la realidad estaba distorsionada.
Para entender el mundo ideológico de Oriente Medio es importante fijarse en cómo la ideología mitológica se convierte en ideología religiosa, la religiosa en filosófica y, finalmente, en teorías científicas y, en consecuencia, saber qué solución a los problemas materiales proponen cada una. Los problemas de la vida económica y social ciertamente encuentran su contraparte en la ideología, ya sea real o distorsionada. Las instituciones gobernantes, estatales y dinásticas se construyen y presentan típicamente en forma de divinidades, también en el mundo de la ideología. Con un análisis ideológico que tenga en cuenta estos aspectos, será posible una conciencia más precisa sobre la sociedad. Todo el mundo de las religiones y los dioses de la Antigüedad y la Edad Media, lleva huellas de cómo se reflejaba y legitimaba el mundo de las dinastías, el poder, el Estado y los capitalistas. Y también los problemas y las disputas entre ellos se encuentran en esas huellas. Por mucho que necesitemos el ámbito ideológico para entender los problemas materiales, lo mismo ocurre a la inversa. Además de distinguir entre ambas esferas, es necesario buscar y ver siempre las conexiones entre ellas.
En los momentos en los que se conformaron las civilizaciones, las fuerzas que las construyeron eran plenamente conscientes del carácter imaginario de la ideología. Al presentar este mundo imaginario a sus esclavos como “verdades”, los domesticaron, refrenaron sus deseos, y estos esperaron encontrar consuelo en lo que llamaban “el otro mundo”. En consecuencia, un mundo ideológico extremadamente problemático se fue volviendo tradicional. El hecho de que la historia de la civilización se presente siempre a la sombra de religiones y dioses está ligado a esta realidad.
Hoy, los graves problemas sociales se siguen convirtiendo en problemas ideológicos. Quizás sea por la creencia de que así se pueden resolver más fácilmente. El resurgimiento de la ideología islámica refleja la creciente presencia de problemas sociales. El hecho de que las ideologías de la modernidad no sean una herramienta de solución se debe a su incapacidad para establecer un vínculo realista con los problemas sociales. El fracaso de las ideologías tanto tradicionales (religiosas) como modernas (liberalismo, nacionalismo, socialismo, etc.) está relacionado con su incapacidad para reflejar correctamente los problemas sociales. La solución reside en insistir en que lo verdadero y correcto se viva tanto en el discurso como en la acción, de manera progresiva y revolucionaria.
Extracto de:
Manifiesto por una Civilización Democrática, Tomo IV: La Civilización Democrática, Una Solución a la Crisis de Civilización en Oriente Medio, por Abdullah Öcalan.
Capítulo Tres: CRISIS Y PROBLEMAS EN LA SOCIEDAD DE ORIENTE MEDIO
[Próxima publicación en castellano]