Explicación: Conflictos y contexto en Suwayda 2025
RIC – 6 agosto 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
Introducción
- Se produjeron enfrentamientos entre facciones drusas y militantes beduinos armados en la provincia de Suwayda, en los que ambas partes recurrieron a la violencia.
- El Gobierno provisional sirio (SCG) intervino en lo que calificó como intentos de sofocar los combates, pero en la práctica sus fuerzas solo participaron en actos de violencia letal contra la población drusa.
- Tras la intervención de Israel, que bombardeó posiciones militares del SCG con el pretexto de ayudar a los drusos, se alcanzó un acuerdo entre el SCG y los líderes drusos, con Estados Unidos como mediador para garantizar su aplicación.
- La Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (DAANES), liderada por los kurdos, está intentando enviar ayuda humanitaria a Suwayda, pero aún no ha recibido permiso del SCG.
- La violencia contra los drusos suscita preocupación por otras minorías de Siria, como los kurdos, los alauitas, los cristianos, etc., muchos de los cuales residen en regiones administradas por la DAANES.
Antecedentes
Aproximadamente dos tercios de la población de Suwayda, una provincia del sur de Siria, pertenecen a la secta drusa, una religión abrahámica, monoteísta y sincrética. El resto de la población de la provincia pertenece casi en su totalidad a las minorías cristiana y beduina. Los drusos no se consideran musulmanes, aunque su fe tiene su origen en el ismaelismo, una rama del islam chií. A pesar de estos orígenes, los drusos no siguen el Corán, sino que tienen su propio texto sagrado llamado Epístolas de la Sabiduría (Rasa’il al-Hikma). Son una minoría en Siria, ya que representan alrededor del 3 % de la población total.
Históricamente, los drusos participaron en la resistencia siria contra la colonización francesa, pero no conservaron ningún papel de liderazgo en el Gobierno debido a que el partido Baaz los expulsó del poder. Bajo el mandato del presidente sirio Bashar al-Assad, los drusos fueron en su mayoría apaciguados por el Gobierno, lo que refleja la política general de la administración Assad de cooptar a las minorías o satisfacerlas para mantener la paz. Sin embargo, con el estallido de las revueltas contra Assad en 2011, se produjeron manifestaciones contra el Gobierno en Suwayda. Durante la guerra civil siria, los drusos evitaron en gran medida tomar partido, haciendo hincapié en la autodefensa y la autonomía local. Muchos drusos eludieron el servicio militar obligatorio, mientras que el Gobierno hizo la vista gorda para apaciguarlos. Mantuvieron al Gobierno de Assad a distancia, conservando lo que se ha denominado una forma de «cuasi autonomía».
Dentro de la comunidad drusa de Suwayda hay tres líderes espirituales de alto rango. El más destacado a los ojos del público ha sido el jeque Hikmat al-Hajri, una figura que colaboró con el Gobierno de Assad en algunas ocasiones antes de oponerse a la administración hacia el final del mandato de Assad. Al-Hajri es igualmente conocido por su postura cautelosa y desconfiada hacia el Gobierno provisional sirio (SCG) posterior a Assad. Otro líder druso es el jeque Yousef Jarbou, que ha adoptado un enfoque más conciliador con el SCG. Sin embargo, Jarbou colaboró con el Gobierno de Assad durante su mandato. Por último, el jeque Hammoud al-Hinnawi también sigue una línea política similar a la de Jarbou y ha manifestado su disposición a colaborar con el SCG. La relación de Hinnawi con el Gobierno de Assad sigue sin estar clara, pero ha reafirmado su lealtad general al Estado sirio.
Mientras tanto, las regiones circundantes están pobladas principalmente por tribus de pueblos nómadas árabes conocidos como beduinos. A diferencia del modo de vida tradicionalmente agrícola de los drusos, los beduinos son predominantemente pastores. En Siria, viven principalmente en las regiones desérticas, como Suwayda, Homs y Deir ez-Zor. La relación entre las tribus drusas y beduinas en Suwayda ha estado marcada históricamente por una alternancia de conflictos y cooperación. Los problemas que surgieron tenían más que ver con disputas territoriales que con el sectarismo, pero se vieron agravados por la intervención de partes externas, entre ellas el Gobierno de Assad, que armó a determinados líderes tribales para sofocar la disidencia. Estas tribus también cuentan con sus propios grupos armados militantes, que durante la guerra civil se opusieron mayoritariamente al Gobierno de Assad y se han enfrentado a facciones drusas en los últimos años. En la actualidad, algunos de estos grupos militantes armados beduinos están vagamente afiliados al Ministerio de Defensa del SCG o son pro-SCG.
Post-Assad
Desde la caída del gobierno de Assad en diciembre de 2024, la gobernación de Suwayda ha tratado de mantener esta «cuasi autonomía». Sin embargo, el abrupto fin del autoritario régimen de Assad, que se prolongó durante décadas en Siria, arrojó al mismo tiempo nueva luz sobre las profundas divisiones sociales que existen en todo el país, una realidad que se ha reflejado en la experiencia de la minoría drusa.
La operación para derrocar a Assad fue lanzada por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), liderada por Ahmed al-Sharaaa, un grupo militante islamista suní que se escindió de Al Qaeda. Tras tomar el poder, HTS nombró presidente a al-Sharaa y estableció un nuevo gobierno dominado por HTS, denominado «Gobierno Provisional Sirio» (SCG).
Cuando el Gobierno de Assad fue derrocado, no fue HTS quien expulsó a las fuerzas de Assad de Suwayda, sino facciones armadas drusas. La mayoría de las facciones militares drusas actuales existen en Suwayda desde 2014 y operan en oposición al Gobierno de Assad. Cobraron mayor protagonismo en diciembre de 2024, durante las operaciones militares que condujeron a la caída de Assad, cooperando con muchas facciones diferentes en la «Sala de Operaciones del Sur», formada por facciones militares suníes y drusas de Suwayda y las cercanas Daraa y Quinetra. Esta coalición se coordinó para expulsar a las fuerzas de Assad y desde entonces se ha disuelto. La creación del Consejo Militar de Suwayda (SMC) se anunció oficialmente en febrero de 2025. Este organismo está formado por facciones drusas y tiene la misión declarada de garantizar la estabilidad y la seguridad en la provincia. La facción más destacada dentro del SMC es «Hombres de Dignidad» (Rijal al Karama), que tiene vínculos con al-Hajri. Tras la creación del SMC, algunos observadores especularon con que podría tener vínculos con las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), las fuerzas armadas multiétnicas lideradas por los kurdos y aliadas con Estados Unidos que aún controlan un tercio del noreste del país. Esto era especialmente cierto dado que la bandera del SMC utiliza imágenes similares a las de la insignia de las SDF, incluido un mapa idéntico de Siria, y que ambas fuerzas defienden principios políticos similares. Sin embargo, ninguna de las dos partes ha hecho comentarios sobre ninguna forma de relación. Mientras tanto, el SCG nombró gobernador de Suwayda a Mustafa al-Bakour, que ha recibido tanto apoyo como críticas en la región. El líder druso al-Hajri y al-Bakour mantienen una relación de cooperación y han coordinado cuestiones administrativas. En general, al-Bakour era una figura respetada entre la comunidad drusa, que ayudaba a mediar en puntos de tensión.
Por ejemplo, en abril de 2025, una delegación de un partido político de Suwayda se dirigía a visitar regiones gobernadas por la Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (DAANES), liderada por los kurdos, cuando miembros del partido fueron detenidos por fuerzas del SCG. Los detenidos fueron torturados durante su encarcelamiento. Raja Jamil al-Damaqsi, secretario general del Partido de Afiliación Democrática Siria, declaró al Centro de Información de Rojava: «No había ninguna orden de detención básica o legal contra nosotros, [independientemente de si] éramos un partido político o una organización de la sociedad civil. Nos arrestaron de forma arbitraria, por motivos sectarios y en condiciones que ningún sirio debería tener que soportar». El gobernador al-Bakour se reunió con este grupo cuando regresaron para escuchar sus preocupaciones, en un gesto que fue recibido positivamente.
Tras meses de tensiones similares, el 28 de abril estalló una oleada de violencia sectaria cuando se difundió ampliamente una nota de voz falsificada atribuida a un clérigo druso en la que se insultaba al profeta Mahoma. Decenas de drusos fueron asesinados en Ashrafiet-Sahnaya y Jarmana, dos suburbios de mayoría drusa de Damasco, así como a lo largo de la carretera Damasco-Suwayda. Los asesinatos fueron perpetrados por las Fuerzas de Seguridad General del SCG y facciones pro-SCG. Las Fuerzas de Seguridad General del SCG entraron en los barrios por orden del SCG con el pretexto de ayudar a detener los enfrentamientos. Sin embargo, en su lugar, decenas de drusos acabaron siendo detenidos. Entre los fallecidos se encontraba el alcalde de Ashrafiet-Sahnaya, Hussam Warour. Fue ejecutado tras dar la bienvenida a las Fuerzas de Seguridad General del SCG en el suburbio. Mientras tanto, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo ataques aéreos cerca del palacio presidencial con el pretexto de proteger a los drusos.
En ese momento, los enfrentamientos cesaron tras alcanzarse un acuerdo preliminar entre los líderes drusos y el gobernador al-Bakour. Se estaba negociando un acuerdo más sostenible. Desde entonces, al-Bakour dimitió temporalmente de su cargo, tras ser retenido como rehén por otro grupo armado a cambio de un prisionero en Damasco. Una vez resuelta la situación, al-Bakour fue reinstaurado como gobernador. Sin embargo, el incidente es un indicio de la grave inestabilidad que sigue reinando en la región.
La violencia de julio de 2025
En medio de estas tensiones continuas, el secuestro de un comerciante druso el 13 de julio fue la chispa que encendió la mecha. El incidente estalló en una semana de violencia sangrienta que dejó alrededor de 1500 muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR), y alrededor de 145 000 personas desplazadas, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).
La carretera Damasco-Suwayda es la única vía de entrada y salida de la provincia. El SCG ha establecido puestos de control en estas carreteras, separando Suwayda, controlada por facciones drusas, de las regiones circundantes controladas por militantes beduinos y fuerzas afiliadas al SCG. Según la población local, estos puestos de control han sido escenario de repetidas violaciones e incidentes de seguridad.
Un corresponsal del RIC en la región informa: «No hay duda de que esta carretera ha sido testigo de numerosos incidentes de robos e insultos dirigidos a civiles en el puesto de control de al-Masmiya. Estos incidentes han provocado grandes tensiones. El último incidente que desencadenó estos enfrentamientos estuvo relacionado con el secuestro de Fadl Dawara, un comerciante de verduras».
Cronología de los acontecimientos
11 de julio
Fadal Dawara es secuestrado en la carretera de Damasco a Suwayda por grupos beduinos armados. Se desencadena una serie de secuestros entre facciones drusas y beduinos armados, acompañados de violentos enfrentamientos.
13 de julio
La autopista de Damasco a Suwayda queda controlada por grupos beduinos armados, lo que deja la ciudad aislada.
El Ministerio del Interior del SCG envía fuerzas de seguridad general para contener los combates.
14 de julio
Se produce un intercambio de prisioneros entre facciones drusas y militantes beduinos. Sin embargo, los combates continúan.
El líder druso al-Hajri da inicialmente la bienvenida a las fuerzas del SCG en Suwayda para sofocar los combates. También fomenta la cooperación entre las facciones armadas drusas y las fuerzas del SCG.
La DAANES emite un comunicado en el que condena «las violaciones perpetradas contra el pueblo de Suwayda», al tiempo que afirma que «lo que está ocurriendo en Suwayda no solo afecta a una región concreta, sino también a la unidad de los sirios y a su voluntad de construir un Estado libre y democrático basado en el pluralismo y la diversidad».
El Consejo Democrático Sirio (SDC), afiliado a DAANES, emite un comunicado en el que critica al SCG y condena a las autoridades sirias por alimentar el conflicto, lo que «consideran un comportamiento peligroso que contradice el supuesto papel de cualquier gobierno responsable, que es proteger a los ciudadanos y garantizar su seguridad y protección […] Cualquier intervención gubernamental que alimente la violencia o profundice la división social constituye un incumplimiento flagrante de la responsabilidad del Estado hacia su propio pueblo y expone al país a un caos aún mayor».
Las SDF, afiliadas a la DAANES, también emiten un comunicado en el que condenan los combates en Suwayda y piden el cese de los ataques.
15 de julio
Al-Hajri emite un comunicado en el que pide apoyo internacional. Afirma que fue sometido a presiones externas para aceptar la entrada de las fuerzas del SCG en la región, en referencia al antiguo jefe de los «Hombres de la Dignidad», Laith Balous. (Balous ha huido de Suwayda y ya no está afiliado a los Hombres de la Dignidad).
El SCG declara que se ha alcanzado un acuerdo de alto el fuego por escrito con el Ministerio de Defensa del SCG y los líderes drusos. Las fuerzas del SCG proceden a entrar en Suwayda con la intención de detener los combates.
Las fuerzas del SCG se unen supuestamente a las tribus beduinas y otras facciones pro-SCG para atacar indiscriminadamente a las facciones drusas. Tribus procedentes de otras regiones sirias, como Deir ez-Zor, Hama y Daraa, también se unen a las tribus beduinas y cometen violaciones contra la población drusa local.

Los residentes de Suwayda comienzan a huir en masa. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacan directamente un convoy armado de SCG, matando al menos a una persona e hiriendo a muchas otras.
16 de julio
Las FDI atacan el edificio del Cuartel General del Estado Mayor (que alberga las Fuerzas Armadas Sirias y la sede del Ministerio de Defensa) en Damasco, matando a tres personas.


Suwayda sufre un apagón masivo y escasez de suministros médicos.
En declaraciones realizadas en ese momento, un corresponsal de RIC informó: «La mayoría de los hospitales están fuera de servicio debido a una grave escasez de medicamentos, mientras que las panaderías han dejado de funcionar, lo que ha provocado una escasez de pan. Esto coincide con un apagón total en la ciudad. Además, la conexión a Internet es muy débil. El desplazamiento continúa por temor a masacres y secuestros».
Se produce una masacre en el Hospital Nacional de Suwayda, perpetrada por hombres armados presuntamente pertenecientes al SCG y fuerzas militantes beduinas pro-SCG.

El comandante en jefe de las SDF, Mazloum Abdi, afirma en una publicación en la plataforma X que las SDF sostienen que la cuestión de Suwayda es de carácter nacional y que la solución debe ser constitucional y alcanzarse mediante el diálogo.
Se alcanza un acuerdo con el SCG y los líderes drusos, cuya aplicación será supervisada por Estados Unidos. Algunos puntos del acuerdo son:
- La retirada de todas las tribus beduinas y militantes, así como de las fuerzas del SCG.
- La formación de consejos locales por parte de los residentes de Suwayda para implementar la ayuda y los servicios.
- La formación de un comité para documentar las violaciones, que se presentará a EE. UU.
- La plena integración de Suwayda en el Estado sirio, afirmando la soberanía del Estado sobre todas las zonas de la provincia y restaurando todas las instituciones gubernamentales.
- El control gubernamental sobre la autopista Damasco-Suwayda.
17 de julio
Las fuerzas del SCG se están retirando, pero los combates continúan entre facciones drusas y militantes beduinos armados.
El presidente al-Sharaa emite un comunicado en el que condena los ataques israelíes y afirma que proteger a la minoría drusa es una prioridad. También afirma que está dispuesto a exigir responsabilidades a «aquellos que han transgredido y abusado de nuestro pueblo druso, ya que se encuentra bajo la protección y la responsabilidad del Estado». Asimismo, anuncia la retirada de las fuerzas del SCG de Suwayda, lo que indica su deseo de evitar un enfrentamiento a gran escala con Israel.
El primer ministro israelí, Netanyahu, afirma que Israel tiene la intención de seguir imponiendo sus intereses en Siria por la fuerza. Según Netanyahu, la intervención de Israel en los enfrentamientos se llevó a cabo en parte para proteger a los drusos, pero también para impedir que el ejército sirio se desplegara en el sur del país.
Activistas sirios son atacados con cuchillos y palos durante una protesta frente al edificio de la Asamblea Popular en Damasco para denunciar la violencia que se está produciendo en Suwayda. Las imágenes de vídeo muestran a los agresores gritando acusaciones de traición y utilizando lenguaje despectivo hacia un destacado activista que fue encarcelado en Sednaya durante el régimen de Assad.

Al-Hajri hace un llamamiento para que se abra un corredor humanitario «en dirección a los kurdos».
La DAANES emite un comunicado en solidaridad con el pueblo de Suwayda y anuncia que enviará un convoy de ayuda humanitaria, al tiempo que pide a más organizaciones que hagan lo mismo.
18 de julio
La ciudad de Suwayda permanece en calma tras la retirada de las fuerzas del SCG, pero los enfrentamientos continúan en los suburbios occidentales.
Aparecen imágenes de vídeo en las que se ve cómo se humilla y ejecuta a personas drusas. Muchos vídeos muestran a ancianos drusos a los que se les afeita o arranca el bigote, un símbolo tradicional de la identidad drusa. Otro vídeo muy difundido muestra a tres drusos de la misma familia retenidos a punta de pistola y obligados a saltar desde el balcón de un edificio de apartamentos, mientras les disparan.


19 de julio
Según el Ministerio de Sanidad sirio, 260 personas murieron durante los disturbios de los días anteriores y otras 1698 resultaron heridas, 425 de ellas de gravedad. Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos cifra el número de muertos en torno a 1500.
El presidente Ahmad al-Shara pronuncia un discurso en el que agradece el papel desempeñado por Estados Unidos a lo largo del conflicto.
Un líder religioso druso pide ayuda humanitaria, alegando que no se permite el paso de la ayuda a través de los puestos de control del SCG, mientras que los militantes armados pueden pasar libremente.
22 de julio
Calma cautelosa en todos los frentes, aunque se prevén nuevos enfrentamientos.
Un gran número de combatientes beduinos se están retirando de los frentes donde estaban desplegados.
La ciudad de Suwayda sigue siendo segura gracias a los esfuerzos locales por mantener la estabilidad.
Los equipos de defensa civil y los ciudadanos siguen retirando cadáveres de las calles tras los recientes combates.
El Hospital Nacional de Suwayda está atravesando una grave crisis, ya que los cadáveres comienzan a descomponerse al llevar días sin ser enterrados.
La ayuda humanitaria está lista para ser enviada a Suwayda desde múltiples frentes en Siria.
Los beduinos abandonan Suwayda en masa hacia la provincia vecina de Daraa, para escapar de los continuos ataques violentos de las facciones drusas. El SCG presta asistencia proporcionando autobuses para el transporte.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), 145.000 personas han sido desplazadas de la provincia de Suwayda.
Resultado
Dos semanas después, la situación sigue siendo tensa, pero en general tranquila, con cuatro personas muertas en el último brote de violencia. Las Fuerzas Generales de Seguridad del SCG se han desplegado en Suwayda en coordinación con reclutas locales de la región. En medio de esta relativa calma, surgen ahora preguntas clave sobre el acceso a la ayuda, la investigación de la violencia y el futuro de las negociaciones entre el SCG y otras comunidades y actores políticos en Siria.
En primer lugar, aunque desde el 23 de julio ha llegado algo de ayuda humanitaria a la provincia, la DAANES sigue esperando la autorización del SCG para distribuirla. «Aunque los materiales están listos, las circunstancias sobre el terreno, unidas a los recientes disturbios en la región, han hecho que la situación sea insostenible», explica Sheikhmous Ahmed, jefe de la Oficina de Personas Desplazadas de la DAANES, al RIC. «La presencia de facciones vinculadas a las tribus y a las autoridades de Damasco ha imposibilitado la entrega de estos materiales». Ahmed afirma que la DAANES se enfrenta a dos retos principales para entregar la ayuda: la presencia de facciones armadas y el asedio de Suwayda. Tras una serie de masacres en las que combatientes afiliados al SCG mataron al menos a 1400 miembros de la comunidad alauita, la DAANES intentó igualmente enviar ayuda humanitaria a las regiones afectadas, pero volvió a encontrar dificultades. Los convoyes de la Media Luna Roja Kurda fueron rechazados por no contar con el permiso del SCG.


En segundo lugar, las organizaciones de derechos humanos han colaborado con la comunidad local de Suwayda para crear seis comités encargados de documentar las masacres, los saqueos, los robos y los secuestros cometidos durante el conflicto. Las conclusiones se someterán a revisión internacional, pero sigue habiendo dudas sobre si este proceso podrá llevarse a cabo sin una influencia indebida del SCG. Tras las masacres anteriores contra los alauitas, el Ministerio de Justicia del SCG anunció la creación de una comisión de investigación para investigar los hechos, que recientemente ha publicado sus propias conclusiones. Este informe ha sido criticado por representantes de la comunidad alauita, que sugieren que las medidas de rendición de cuentas deben llevarse a cabo fuera del control directo del SCG.


Por último, los acontecimientos de Suwayda también tendrán repercusiones para el DAANES y las SDF. La gestión de la situación en Suwayda por parte del SCG ha debilitado aún más la credibilidad de al-Sharaa como líder capaz de controlar sus fuerzas, lo que ha profundizado la desconfianza que le profesan los grupos minoritarios de Siria, incluidos los kurdos. La aplicación del acuerdo del 10 de marzo entre las SDF y el SCG ya se encontraba en punto muerto, y las negociaciones entre el SCG y los representantes de la DAANES apenas habían avanzado. Por lo tanto, es probable que las SDF utilicen los acontecimientos de Suwayda para reforzar sus argumentos a favor de mantener su autonomía dentro de un ejército sirio unificado. El comandante en jefe de las SDF, Mazloum Abdi, ha expresado la voluntad de las SDF de integrarse en un nuevo ejército sirio, siempre y cuando las SDF puedan seguir siendo un bloque unificado. Hasta ahora, esta posición ha sido rechazada por el SCG, pero Abdi podría ver reforzada su postura, dado que Siria ya ha sido testigo de dos importantes incidentes de violencia sectaria contra minorías tras la toma del poder por parte del SCG en Damasco. Una investigación completa e independiente sobre la última ola de violencia, el acceso a la ayuda humanitaria procedente de otras regiones de Siria y unas negociaciones abiertas y productivas entre el SCG y los representantes de otras comunidades sirias pueden contribuir a evitar un tercer brote de violencia sectaria en las regiones DAANES controladas por los kurdos o en otras partes del país.