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Efectos en Rojava de la entrada de Rusia en la guerra de Siria

siria-777x437Los rumores de las últimas semanas son ya evidencias. A pesar de la negativa de muchos sectores a reconocer el despliegue ruso en Siria con el pretexto de que «Rusia no lo ha reconocido», hoy es innegable la presencia de tropas rusas en Siria. No es la primera vez que Moscú actúa así. Negó reiteradamente su presencia en Crimea a pesar de existir notables evidencias y terminarlo reconociendo. Lo mismo ocurre en el este de Ucrania.

La ayuda rusa al gobierno sirio de Bashar al Asad no llega ahora. Hace años que Moscú envía armamento y ayuda humanitaria (no militar) hacia Damasco. En un principio a cambio de petróleo, después a cambio de nada. Vladimir Putin considera clave el mantenimiento del régimen sirio. Ahora, sin embargo, el despliegue de tropas es un paso adelante.

La tercera fase

Entramos así en la tercera fase de la guerra. En la primera el choque fue estrictamente civil. El gobierno R1se enfrentó con la oposición básicamente laica del Ejército Sirio Libre, integrado prioritariamente por desertores suníes. A estos se añadieron islamistas, cada vez más pujantes, que decantaron la balanza a favor de la oposición. Fue el momento de la emergencia de la actual Islamic Frente, en gran parte Ahrar al-Sham, o Al Nusrat. La segunda fue protagonizada por la entrada de los aliados chiíes del chií alauí el Asad. Irán, y sobre todo los libaneses de Hezbolá, produjeron un giro en la guerra. El icono fue la reconquista de Homs y la derrota de la oposición en el Antilíbano. Irán, sin embargo, ahora está centrada en Irak donde no consigue hacer retroceder el Estado Islámico. En cuanto a Hizbolá su fuerza se ha agotado. La eternización de ofensivas como la de Zabadani o las derrotas en Idlib muestran un retroceso de la milicia libanesa. Internamente uno se cuestiona si no es ya demasiado alto el precio que los militantes libaneses están pagando en un país que, después de todo, no es el suyo. Así pues, las fuerzas islamistas cercanas a Turquía y Arabia Saudí ganan terreno; incluso en Alepo donde el ejército sirio árabe retrocede paso a paso desde hace meses.

A pesar de que Rusia negaba tener presencia, las redes sociales se han llenado de fotos de los propios soldados rusos en Siria

Datos concretos

En este contexto Moscú ha dado un paso más. El detalle del despliegue más preciso lo ha publicado InformNapalm. Primero fuerza naval, donde la conquista rusa de Crimea ha sido fundamental. La flota del Mar Negro es hoy el cordón umbilical por el que sobrevive el gobierno sirio. Rusia envió por 03-29 expediciones de ayuda en 2013, básicamente tanques y munición. El año siguiente fueron 46. Este año ya son 44 en sólo 8 meses. El puerto de Tartus ha sido la puerta de entrada hecho normal pues desde 1971 el ejército ruso, tiene una «centro de sostenimiento naval». Pero el centro ha pasado de tener cuatro militares rusos a cientos pasando, a raíz de la derrota en Idlib, a ser una base naval rusa. Por otra parte, imágenes por satélite han mostrado la enorme desembarco militar (helicópteros, tanques, cientos de militares) en Latakia a mediados de este mes.

El diario británico Telegraph ha sido claro en su titular «Rusia comienza las operaciones militares en Siria» en un artículo (09/21/2015) donde muestra la llegada de 28 aviones militares rusos en la base de Latakia. Novaya Gazeta, diario ruso, da por hecho que los bombardeos rusos en Siria están a punto de comenzar sino lo han hecho ya. Según el Financial Times, en una primera fase, Putin enviará 2.000 militares más. Esto ha creado protestas entre algunos soldados rusos que han iniciado una campaña, de momento menor, por no ir a luchar en Siria.

Sólo en el oeste de Siria

Actualmente la presencia rusa en Siria es centrada en la parte oeste, en especial Latakia. Por ejemplo, no hay ningún indicio de presencia en Deir Ezzor El cálculo de tropas llega a unos 1.700 efectivos sólo en Tartus que, practicamente, no han entrado en combate. En general no significa que haya excepciones, R3sobre todo con las unidades blindadas, pero también de tropas de tierra luchando en Zabadani junto a las Fuerzas de Defensa Nacional (NDF), la milicia leal a Al Asad o incluso directamente el pasado 20 de septiembre en Latakia.

Las evidencias de presencia militar rusa aportadas por Stratfor en Latakia obligó a Moscú, el 15 de septiembre, a reconocer que tenían notable presencia argumentando que ayudaban a rehacer un aeropuerto. El mismo día las tropas de Asad comenzaban a usar nuevo armamento ruso. Jableh (Gabala), una base situada justo en medio entre Tartus y Latakia, parece ser el mando central de las tropas eslavas en Siria.

Una intervención inteligente

Los Estados Unidos continúan una campaña militar sin éxito a excepción de los avances de las milicias kurdas a quien el Washington Post ha definido como el «mejor aliado». Pero la entrada en juego de Turquía a raíz del atentado de Suruc y la traición estadounidense ha dejado en jaque la colaboración kurdo-americana. Desde que Turquía optó por retomar la guerra con el PKK, la coalición casi no ha dado ningún apoyo aéreo a las milicias kurdas (YPG y YPJ) de Siria. A pesar de la voluntad de estas de atacar Jarablus (en manos del Estado Islámico) EEUU no quieren dar apoyo aéreo. Lo mismo ocurre en al-Hawl. El jefe de la misión de EEUU contra el IS, John Allen, ha dado total apoyo a Turquía siendo determinante en la traición al movimiento kurdo de Siria. A raíz del despliegue ruso, Allen será sustituido y Turquía pierde su máximo apoyo en la administración Obama.

El planteamiento ruso de intervenir en Siria ha sido radicalmente diferente. En primer lugar Assad pidió ayuda a Rusia, con lo que su intervención no puede ser entendida ni como imperialista ni como unilateral. En segundo lugar Putin ha hecho una serie de movimientos inteligentes. Cuando Bulgaria se ha negado, en septiembre, a permitir el paso por su espacio aéreo de la aviación rusa hacia Siria, Moscú no ha buscado el enfrentamiento. Simplemente ha encontrado una vía alternativa por Irán. Este es el primer aliado en la intervención. Pero el movimiento más preciso ha sido la visita del dignatario eslavo en Israel y el acuerdo con Netanyahu para coordinarse en Siria. La cuadratura del círculo. Putin se ha comprometido a que el gobierno de Al Asad dejará de ser, para siempre, una amenaza para Israel. Todo ello sin encontrar ninguna oposición de los eternos enemigos del estado israelí; Irán, Hizbolá y el propio Assad han callado. Otorgante.

Efectos en Rojava, Kurdistán de Siria

Es pronto para evaluar la entrada de Rusia en la guerra. En primer lugar, como todo el mundo sabe, el objetivo oficial es el Estado Islámico pero a nadie se le escapa que la prioridad de Asad ya no es el IS sino evitar que caigan las últimas plazas en la provincia de Idlib. Aún más es la propia provincia de Latakia amenazada directamente por los «opositores» del Frente Islámico y Nusrat. Por lo tanto los primeros perjudicados son los aliados de Turquía. De hecho, con estos movimientos se desmorona la posibilidad de que Turquía intervenga, como pretendía, directamente en Siria. Hace sólo unos meses Ankara tiraba la posibilidad de crear una «zona de seguridad». Hacerlo ahora llevaría al riesgo de encontrarse, cara a cara, con el ejército ruso.

InformNapalm_Syria_02_ENG1Por lo tanto, todo ello beneficia al movimiento kurdo de Rojava (Kurdistán sirio). Aparte de la depuración de Allen, el secretario del departamento de estado, John Kirby, ha corrido a afirmar (09/22/2015) que las YPG no son un «grupo terrorista» disparando a la línea de flotación de las tesis del gobierno turco. Rusia explora las posibilidades de colaborar con las milicias kurdas que, en definitiva, han luchado al lado del Ejército Sirio Árabe en la reciente defensa de al-Hasakah. La debilidad del gobierno sirio da más fuerza al movimiento kurdo. El propio Assad ha abierto la puerta a negociar una autonomía kurda ante seis medios de comunicación rusos. La inacción del ejército de EE.UU. combinada con su apoyo a las matanzas que Turquía está haciendo el Kurdistán abre la puerta a una aproximación kurda en Moscú. Las milicias kurdas, las únicas que de verdad han hecho retroceder el IS en Siria, quieren seguir avanzando en Jarablus y al-Hawl. Si el apoyo aéreo que reciben proviene de Washington o Moscú es accesorio. Lo que no es irrelevante es que Turquía anunció en julio que lucharía contra el terrorismo del IS. Esto detuvo las acciones de EEUU contra el IS en Siria. Y Turquía mintió y sólo ha atacado el PKK.

Jordi Vázquez
Autor de “El moviment nacional escocès”, “Kurdistan, el poble del sol” i co autor de “La revolució ignorada”.

Fuente: http://kurdiscat.blogspot.com.es/2015/09/efectes-rojava-de-lentrada-de-russia-la.html
Un extracto de este artículo ha sido publicado en castellano en «El Periódico» y en versión íntegra en «Geopolítica.cat»

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