Crímenes de guerra de Turquía en Afrin, Siria: El Tribunal de los Pueblos escucha las pruebas
El Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) escucha pruebas de crímenes de guerra en el norte de Siria, detallando el desplazamiento de familias kurdas, el borrado cultural y el cambio demográfico sistemático. Turquía está acusada de llevar a cabo una campaña a gran escala de desplazamiento forzado e ingeniería demográfica en Afrin (Efrîn), en el norte de Siria, como parte de sus operaciones militares en la región desde 2018, según las pruebas presentadas ante el TPP en Bruselas.
Medya News – 6 febrero 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
El Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) sobre Rojava contra Turquía, celebrado en la Universidad Libre de Bruselas (ULB), reunió a expertos jurídicos, defensores de los derechos humanos y testigos para examinar el papel de Turquía en el desplazamiento de civiles kurdos de Afrin (Efrîn) y sus implicaciones más amplias para el derecho internacional. La acusación argumentó que las acciones de Turquía constituyen una estrategia deliberada para alterar la composición étnica de la región, estableciendo paralelismos con sus intervenciones militares en el pasado, incluso en Chipre.
Desplazamientos masivos y cambio demográfico
Efstathios C. Efstathiou, investigador de la fiscalía, detalló cómo las fuerzas respaldadas por Turquía desplazaron por la fuerza a residentes kurdos de Afrín durante y después de la ofensiva militar de 2018 conocida como Operación Rama de Olivo. La operación militar, que se lanzó oficialmente para combatir a los militantes kurdos vinculados a las Unidades de Protección Popular (YPG), provocó el desplazamiento de más de 120.000 civiles, muchos de los cuales buscaron refugio en la región de Al-Shahba y más tarde en Al-Tabqa debido al deterioro de las condiciones humanitarias.
Efstathiou argumentó que el desplazamiento forzado formaba parte de un esfuerzo más amplio de Ankara para «erradicar la presencia kurda» en Afrín y repoblar la zona con familias árabes de la campiña de Damasco, en particular de Ghouta Oriental.
«Los informes presentados al Tribunal detallan cómo los civiles desplazados se enfrentaban a severas restricciones de movimiento, coacción y confiscación de propiedades. Las pruebas demostraron que se confiscaron viviendas, empresas y tierras agrícolas de propiedad kurda y se redistribuyeron a nuevos colonos, muchos de ellos aliados de grupos respaldados por Turquía.»
Borrado cultural e identidad impuesta
El tribunal también escuchó relatos de borrado cultural en Afrín. Los investigadores presentaron documentación que demostraba que los nombres de calles, empresas e instituciones públicas kurdas habían sido sistemáticamente rebautizados o sustituidos por equivalentes turcos o árabes. Esto incluye la eliminación de la señalización en lengua kurda y la imposición de la administración turca sobre la gobernanza local.
«Esto no es sólo una ocupación militar, es una ocupación cultural y demográfica», dijo Ceren Uysal, abogado que representa a la fiscalía. «El objetivo es borrar la identidad kurda de Afrin y consolidar el control sobre la región mediante ingeniería demográfica».
Paralelismos con Chipre y pautas históricas
El perito Oz Karahan, que ha estudiado ampliamente las políticas demográficas de Turquía, vinculó los sucesos de Afrin a patrones históricos de desplazamientos forzosos y transferencias de población llevados a cabo por el Estado turco. Karahan estableció comparaciones con la invasión de Chipre por Turquía en 1974, durante la cual miles de grecochipriotas fueron desplazados a la fuerza y la región septentrional ocupada fue repoblada con colonos turcos.
«Desde Chipre en 1974 hasta Afrin en 2018, Turquía ha seguido el mismo patrón de borrar a las poblaciones locales y sustituirlas por comunidades leales a sus intereses estratégicos.»
«Vemos un enfoque sistemático por parte del Estado turco -desplazamiento, reasentamiento y represión cultural- utilizado como herramienta de control geopolítico», dijo Karahan.
La fiscalía subrayó que la política demográfica de Turquía en Afrín guarda similitudes con otros conflictos en los que se ha utilizado el traslado de población como herramienta de guerra. El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional califica el desplazamiento forzoso como crimen de guerra cuando se lleva a cabo sin justificaciones legítimas de seguridad. El equipo de la fiscalía argumentó que las acciones de Turquía podrían equivaler a crímenes de lesa humanidad según el derecho internacional.
Impacto humanitario y desplazamiento continuado
Las repercusiones humanitarias del desplazamiento siguen siendo graves. Los investigadores presentaron testimonios de familias desplazadas que describieron las difíciles condiciones en los campos de refugiados, especialmente en Al-Shahba y Al-Tabqa, donde los recursos siguen siendo escasos. Se mostraron al Tribunal imágenes de refugios improvisados, espacios de vida superpoblados y niños que sufren malnutrición debido al acceso limitado a alimentos y atención médica.
«Les han arrebatado sus hogares, han regalado sus tierras y les han despojado de su identidad de la ciudad que una vez llamaron hogar».
«Los habitantes de Afrin viven en el limbo, sin poder regresar a sus hogares debido a las hostilidades en curso y a las restricciones impuestas por los grupos respaldados por Turquía», declaró un abogado de derechos humanos que testificó ante el Tribunal.
El tribunal también escuchó informes de violencia continuada contra civiles, con grupos armados respaldados por Turquía acusados de detenciones arbitrarias, torturas y ejecuciones sumarias de quienes se resistían a la ocupación. Según los testimonios, los civiles kurdos que permanecieron en Afrin tras la ocupación se enfrentaron a una persecución sistemática, y muchos de ellos desaparecieron forzosamente o fueron detenidos por cargos dudosos.
Respuesta de Turquía y reacción internacional
Aunque se invitó a funcionarios turcos a presentar una defensa ante el tribunal, no asistió ningún representante del gobierno. Turquía ha negado previamente las acusaciones de crímenes de guerra en Afrín, argumentando que su intervención militar tenía como objetivo proteger sus fronteras de lo que considera amenazas terroristas. Las autoridades turcas han afirmado que el reasentamiento de familias árabes en Afrín fue una consecuencia orgánica de la guerra civil siria, y no una política deliberada de cambio demográfico.
Sin embargo, grupos de derechos y observadores independientes han cuestionado esta narrativa, señalando la amplia documentación sobre desplazamientos sistemáticos, ataques selectivos contra civiles kurdos y el carácter estratégico de los traslados de población.
Se espera que continúen las actuaciones del Tribunal, con nuevos testimonios de expertos y declaraciones que arrojen luz sobre el papel de Turquía en el desplazamiento de civiles en todo el norte de Siria. La decisión final del TPP no tendrá peso jurídico, pero se espera que contribuya a esfuerzos más amplios para que las autoridades turcas rindan cuentas por presuntos crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos.
Implicaciones jurídicas y próximos pasos
Aunque el tribunal no es un órgano judicial oficial, los expertos jurídicos afirman que sus conclusiones podrían servir de base para futuros casos ante tribunales internacionales, como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) o la Corte Penal Internacional (CPI). Los abogados que representan a civiles desplazados han declarado que están estudiando opciones legales para exigir responsabilidades por los desplazamientos y la ingeniería demográfica en Afrín.
«La documentación presentada aquí es un paso crucial hacia la justicia», ha declarado Jan Fermon, abogado del equipo de la acusación. «Turquía debe rendir cuentas por estos crímenes, y la comunidad internacional debe adoptar una postura firme contra el desplazamiento forzado de civiles».
Mientras continúa el juicio, las familias desplazadas permanecen en el exilio, sin poder regresar a los hogares de los que huyeron hace años. Con Afrin bajo el control de las fuerzas respaldadas por Turquía y las comunidades desplazadas, la posibilidad de revertir los cambios demográficos parece cada vez más improbable.