Conmemorando el 19 de julio: navegando los ríos de la historia de los movimientos revolucionarios
Hoy, 19 de julio de 2018, es el sexto aniversario de la revolución de Rojava. Hace un año se publicaba el siguiente artículo en la página de la comuna internacionalista:
Hoy 19 de julio hace 5 años que se declaró la autonomía de Rojava. El proceso revolucionario que desde entonces se viene desarrollando y expandiendo supone un valioso aprendizaje para el mundo entero, y desde la comuna internacionalista de Rojava queremos conmemorar este día.
Cuando estudiamos la realidad que nos rodea, es importante entender cómo los hechos que nos preceden afectan a nuestras vidas y a nuestras sociedades. Es importante conmemorar aquellas gestas donde el pueblo organizado logra escribir la historia de su propio puño, y el 19 de julio es un día significativo en distintos procesos revolucionarios que han tenido lugar en diversas partes del mundo.
El 19 de julio de 1936, en territorio administrado por el estado español en el sur de Europa, se inició un levantamiento popular para responder al golpe de estado fraguado por algunas fuerzas armadas del estado español. Este ejército buscaba imponer el totalitarismo contra las organizaciones populares que se habían consolidado en el país, y que iniciaban procesos revolucionarios socialistas. La guerra civil que se sucedió los siguientes 3 años fue un importante capitulo para la historia de las revoluciones y el internacionalismo. Militantes socialistas de diferentes países de Europa llegaron a España en forma de brigadas internacionales, para brindar apoyo al proceso revolucionario que se desarrollaba y hacer frente al fascismo que crecía en el continente. El modelo de economía cooperativa que se desarrolló, con la colectivización de tierras y fábricas promovida por los sindicatos anarquistas, fue de gran importancia para la resistencia del Frente Popular.
Desgraciadamente, divisiones internas debilitaron el movimiento revolucionario, y el apoyo militar de los estados fascistas liderados por Musolini y por Hitler fué muy superior al que pudieron brindar las fuerzas revolucionarias internacionalistas. La alianza militar fraguada entre los estados fascistas de España, Italia y Alemania alcanzó la victoria militar decisiva contra el Ejército Popular, y el eje fascista inició la segunda guerra mundial que devastó Europa.
El 19 de julio de 1979, en territorio administrado por el estado nicaragüense en América Central, la Ofensiva Final del Frente Sandinista de Liberación Nacional logró derrotar la dictadura de la familia Somoza, alcanzando una victoria militar decisiva en Managua, capital de Nicaragua. La reforma agraria y la profunda labor de educación y alfabetización que se desarrollaron con el gobierno democrático, tras de la victoria del movimiento revolucionario, supuso una gran mejora de la vida de las clases populares nicaragüenses. Junto a las organizaciones marxista-leninistas que lideraban la revolución, el movimiento de la teología de la liberación tuvo gran importancia, logrando que la población religiosa conectara con las ideas socialistas y la cultura revolucionaria. El apoyo que recibió por parte de organizaciones revolucionarias de todo el mundo, se resume en el eslogan que popularizaron: “la solidaridad es la ternura de los pueblos”
Desgraciadamente, el imperialismo de USA liderado por Ronald Reagan, se dedicó a organizar y financiar la contrarevolución, liderada por antiguos dirigentes somozistas. El embargo económico que impuso USA junto con las constantes agresiones militares, supusieron el desgaste y la asfixia del movimiento sandinista y los procesos revolucionarios. Tras años de resistencia, el movimiento contrarevolucionario logró una victoria electoral decisiva en 1990 que puso fin al gobierno del FSLN.
El 19 de julio de 2012, en territorio administrado por el estado sirio en Oriente Medio, la autoadministración de Rojava declaró la autonomía que suposo la desconexión con el régimen de la familia Assad en la zona de mayoría kurda. La guerra civil que vivía la región desde 2011 había polarizado la sociedad entre los defensores del régimen assadista y sus detractores, pero la población kurda y otras minorías étnicas optaron por una tercera vía. La declaración de autonomía inició en un proceso de revolución social inspirado por el paradigma de confederalismo democrático desarrollado por Abdullah Öcalan. El embargo y las constantes agresiones del estado turco dificultaron la revolución, pero el modelo de economía comunal y el sistema de cooperativas permitieron el desarrollo económico necesario para sobrevivir. El movimiento de mujeres kurdas aportó un giro decisivo en la perspectiva revolucionaria, poniendo la lucha contra el patriarcado y contra la gerontocrácia como prioridades indispensables para construir una sociedad socialista.
Desgraciadamente, la irrupción del daesh en terreno sirio en 2014, puso en grave riesgo la revolución de Rojava, cuando el fascismo teocrático asedió la ciudad de Kobane. Pero la experiencia revolucionaria del PKK, que ya había logrado una importante victoria militar contra el daesh en Sinjar, dotó al movimiento de la ideología y la formación militar necesarias para liberar la ciudad. El asedio de Kobane supuso la internacionalización del conflicto, donde además del apoyo de la coalición internacional formada para combatir al daesh, un gran numero de internacionalistas del mundo entero su sumaron para defender la revolución de Rojava. La victoria militar de las YPG/YPJ contra el estado islámico en enero de 2015 inició un proceso de expansión de la revolución, creando la federación del norte de Siria. La ofensiva contra Raqqa, la ciudad más importante bajo el control de daesh tras la caída de Mosul, supondrá una victoria militar decisiva.
Como revolucionarios y como internacionalistas, es importante que recordemos la herencia histórica que nos precede, que la analicemos y que sepamos extraer lecciones que el día de mañana nos guíen hacia la victoria. Estas fechas son días importantes en el rio de la historia de los movimientos revolucionarios, y es importante que no caigan en el olvido. Debemos recordar la historia que nos ha llevado hasta el día de hoy, aprender de los aciertos y de los errores que significaron estos momentos históricos y defender los procesos revolucionarios que vendrán en el futuro.
Desde la comuna internacionalista de Rojava, hacemos un llamamiento a las personas revolucionarias del mundo entero a ser parte de esta revolución. La hegemonía de modernidad capitalista nos aboca a la sumisión y a la pasividad individual, tratando de hacernos creer que “there is no alternative”. Debemos tomar consciencia de nuestro potencial colectivo y hacer frente a las fuerzas estatistas que dominan el mundo. La revolución que siguió el levantamiento popular de la España de 1936 fue derrotada por el fascismo. La revolución que siguió la victoria del ejercito sandinista de la Nicaragua de 1979 fue asfixiada por el imperialismo. Pero la Revolución de Rojava está a día de hoy más fuerte que nunca, y es nuestro deber como internacionalistas y como revolucionarias luchar para defenderla.