Ankara y el proyecto «Nueva Siria»: control, turquificación y anexión
The Kurdish Center for Studies – 6 enero 2025 – Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid
El gobierno turco corre contrarreloj para sacar provecho del cambio que se produjo en Siria el 8 de diciembre de 2024, marcado por la caída del régimen sirio y el ascenso de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y facciones aliadas al poder en Damasco. Con la disminución de la influencia de Irán y Rusia, y las evidentes divisiones entre los Estados árabes, Ankara considera Siria como una esfera de influencia abierta, creyéndose con derecho a asumir el control de los asuntos políticos, económicos, sociales y culturales del país, convirtiéndose de hecho en un eje central en torno al cual giraría cualquier gobierno o autoridad que surgiera en Damasco.
Ankara pretende afirmar su control en el país vecino. Desde los primeros días después de que las fuerzas de la oposición entraran en Damasco tras la huida del ex presidente Bashar al-Assad y el colapso del régimen junto con sus estructuras militares y de seguridad, el gobierno turco empezó a comprender la importancia de este acontecimiento crucial y se propuso adaptarse rápidamente. Reconoció que prácticamente había respaldado el apoyo a las facciones de la oposición y que durante mucho tiempo había protegido a HTS y a su gobierno en Idlib, donde aún mantiene decenas de bases y puestos militares avanzados.
Control de la economía siria
Ankara ha enviado delegaciones oficiales encabezadas por el ministro de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, y el jefe del servicio de inteligencia. Fidan visitó Damasco dos veces en pocos días para entrevistarse con Ahmad al-Sharaa (Abu Muhammad al-Joulani) en el Palacio de la República. Esta iniciativa coincidió con la presentación por parte del gobierno turco de varios planes económicos, entre ellos proyectos de reconstrucción para Siria, la reconstrucción del ferrocarril del Hiyaz que conecta Arabia Saudí, Siria y Turquía, así como la construcción de modernas carreteras entre ciudades sirias y turcas y la creación y renovación de aeropuertos y puertos. Además, pretende realizar prospecciones de gas y petróleo, ampliar los oleoductos internacionales y supervisar los sectores financiero y bancario sirios.
Los medios de comunicación turcos han destacado los sectores económicos sirios en los que Turquía busca invertir a largo plazo, en consonancia con la estrategia de Ankara de dominar la economía siria y erigirse como actor clave en los esfuerzos de reconstrucción. Fidan ha pedido a la comunidad internacional que levante las sanciones impuestas a Siria. Los informes indican la intención de Ankara de asegurarse todos los contratos relacionados con el sector de la construcción, que abarcan la construcción y reparación de carreteras, redes de telecomunicaciones, hídricas e infraestructuras y centrales eléctricas. En 2023, Turquía exportó a Siria bienes y mercancías por valor de 2.000 millones de dólares. Siria depende en gran medida de Turquía para satisfacer sus diversas necesidades de bienes y productos, que van desde alimentos hasta materiales de construcción, piezas de repuesto y mano de obra.
El ministro turco de Transportes e Infraestructuras, Abdulkadir Uraloğlu, declaró que Turquía aspira a llegar a un acuerdo con Damasco sobre la demarcación de las fronteras marítimas en el mar Mediterráneo. Turquía pretende explotar la inestable situación en Siria para lograr un acuerdo que obligue a Siria a ceder a Turquía la soberanía sobre grandes porciones de su litoral, perdiendo así importantes reservas de gas descubiertas desde 2010. Un estudio geológico estadounidense realizado ese mismo año en la región mediterránea de la cuenca del Levante, delimitada por Egipto, Líbano, Siria, Israel y Turquía, estimó la presencia de 3.450 billones de metros cúbicos de gas natural y 1.700 millones de barriles de petróleo. Esto ha intensificado el interés de Turquía por ampliar sus prospecciones más allá de sus aguas territoriales, lo que se ha enfrentado al fuerte rechazo de Grecia, Chipre, Israel y Egipto.
El gobierno griego afirma que Turquía no tiene derecho legal a celebrar acuerdos válidos con la autoridad transitoria de Damasco y que cualquier acuerdo que se celebre en este momento es cuestionable en términos de legitimidad. Subraya las intenciones de Turquía de socavar los derechos de soberanía marítima de Grecia e invadir las aguas nacionales de Creta y Chipre. El 23 de diciembre de 2024, Israel y Grecia se apresuraron a firmar un acuerdo para establecer la «Línea Verde», una línea eléctrica submarina de alta tensión que está llamada a convertirse en la más larga del mundo y que conectará Israel con Chipre, Grecia y el resto de la Unión Europea.
Los observadores de la política turca en Oriente Medio, en particular en lo que respecta a la intervención militar y la expansión de la influencia en países que han sufrido guerras civiles y luchas internas, creen que Ankara está intentando capitalizar los cambios en Damasco y la presencia de sus aliados en el poder para conseguir acuerdos económicos que podrían proporcionarle importantes ventajas y beneficios insustituibles. Esta estrategia refleja lo que Turquía logró en 2019 cuando firmó un acuerdo para la exploración de petróleo y gas con el «Gobierno Nacional Libio», dirigido por el islamista Abdul Hamid al Dabaiba, que controla una parte de Libia. Este acuerdo concedió a Turquía el derecho a explorar en la «costa común» en un área superior a 7.500 kilómetros cuadrados, invadiendo el Chipre griego, lo que representa un aumento del 20% sobre el área marítima que Grecia había ofrecido originalmente.
Turquía se había negado anteriormente a firmar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM) de 1982, el principal marco jurídico internacional para la delimitación marítima, que reconoce los derechos de las islas griegas a zonas económicas plenas comparables a las de los Estados. Esto incluye el derecho a la prospección de petróleo y gas en aguas nacionales, que se extiende a islas deshabitadas o formaciones rocosas situadas a pocos kilómetros de las costas turcas, pero a cientos de kilómetros de las griegas.
Turquía también reanudó las conversaciones sobre el gasoducto qatarí, que se extendería desde Qatar a través de Arabia Saudí, Jordania y Siria hasta Turquía y los países europeos. Ankara afirma que este gasoducto podría ayudar a sustituir al gas ruso en el mercado europeo. Sin embargo, George Zechman, investigador del Instituto Burkel de Estudios de Bruselas, destacó que no existe un gran interés europeo en el proyecto del gasoducto qatarí, debido en gran parte a los ambiciosos planes de la Unión Europea de eliminar completamente el gas para 2050, optando en su lugar por la dependencia total de las energías renovables. Zechman señaló que, a partir de 2030, Europa empezará a disminuir sus contribuciones financieras a los proyectos de suministro de gas natural y se centrará en cambio en desarrollar y ampliar los sectores de energías renovables.
Turquificación y bases militares
El Estado turco intervino militarmente en Siria tras armar las protestas populares que exigían un cambio, lo que dio lugar a la aparición de grupos armados que comenzaron a enfrentarse al ejército regular sirio a partir de 2012. Antes de esto, Ankara apoyó a la oposición siria, contribuyendo a la unificación de sus facciones y reforzando el papel de los Hermanos Musulmanes, los grupos islamistas y las facciones nacionalistas que adoptaron las visiones turcas para el futuro de Siria, visiones que descartan la identidad nacional kurda y rechazan claramente toda forma de gobernanza descentralizada.
Turquía ha lanzado tres operaciones militares que han dado lugar a la ocupación de territorio sirio, acompañada de limpieza étnica y desplazamientos de población dirigidos predominantemente a la comunidad kurda. La primera operación, denominada «Escudo del Éufrates», iba dirigida contra ISIS y tuvo como resultado la ocupación de Jarablus, Azaz y al-Bab, en el norte de la campiña de Alepo (agosto de 2016 a marzo de 2017). Le siguió una segunda operación, denominada «Rama de Olivo», dirigida contra la región de Afrin (enero-marzo de 2018). La tercera operación, «Primavera de Paz», comenzó el 9 de octubre de 2019, e incluyó la ocupación turca de las regiones de Ras al-Ayn/Serê Kaniyê y Tal Abyad/Girê Spî, en alianza con facciones del llamado «Ejército Nacional Sirio»1Syrian National Army, SNA, establecido por Turquía en 2017 para unificar a las milicias armadas de la oposición para utilizarlas contra la población kurda y la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria2Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (DAANES por sus siglas en inglés Democratic Autonomous Administration of North and East Syria).
En este contexto, Turquía ha desplazó a cientos de miles de ciudadanos kurdos de estas zonas, sustituyéndolos por colonos traídos del interior de Siria y adoreasentándolos en hogares kurdos. Además, Turquía distribuyó huertos y tierras kurdas a líderes de facciones armadas y comandantes de campo.
Las autoridades turcas de ocupación han aplicado políticas sistemáticas de turquificación en las zonas que han ocupado durante las tres operaciones militares. Estas medidas incluían la alteración del registro civil de la población autóctona, la retirada de sus documentos de identidad sirios y su sustitución por otros turcos. Además, las autoridades turcas han impuesto el uso de la lengua y la moneda turcas, y vinculado servicios esenciales como la sanidad, la educación, los servicios postales, la banca, la electricidad, el agua y el teléfono a las regiones turcas adyacentes.
Además, las autoridades turcas han sustituido los planes de estudio sirios por turcos en las escuelas. También han creado sucursales de algunas universidades turcas, como la Universidad de Harran en Urfa/Riha, en el norte de Siria. La imposición de un sistema educativo en turco pretende claramente cultivar una generación que se identifique intelectual y culturalmente con la sociedad turca.
Las autoridades turcas ponen énfasis en los símbolos nacionales turcos, exhibiendo la bandera turca e imágenes del presidente turco Recep Tayyip Erdoğan en escuelas, hospitales y en todos los centros públicos, instituciones y plazas. El gobierno turco nombró a un único gobernador para supervisar las zonas ocupadas en el norte de Siria, en sustitución de los siete gobernadores anteriores designados para la coordinación, lo que significa la «unificación» de los territorios sirios ocupados administrativamente y su integración en Turquía. (véase: The Turkish Occupation of Serê Kaniyê/Ras al-Ayn and Tal Abyad: Consolidating Ethnic Cleansing and Promoting Turkification. Kurdish Centre for Studies, 29 de octubre de 2023).
El 30 de noviembre de 2024, Turquía ordenó a facciones del SNA que lanzaran una operación militar denominada «Amanecer de la Libertad», destinada a ocupar zonas controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF3Por sus siglas en inglés: Syrian Democratic Forces). Esta operación se llevó a cabo con el apoyo y el respaldo del ejército turco, lo que dio lugar a la ocupación de las zonas de Shehba, Tal Rifaat y Manbij. Militantes pro-Ankara cometieron diversas violaciones y crímenes contra civiles y residentes kurdos acusados de colaborar con la DAANES.
Como consecuencia de esta operación, decenas de miles de kurdos desplazados de la provincia de Afrin, que habían estado en campamentos de Shehba, se vieron obligados a trasladarse a zonas de Raqqa y Hasakah. Los procesos de desplazamiento estuvieron marcados por violaciones, incluidos saqueos y robos perpetrados por militantes del SNA contra los kurdos desplazados. Las facciones pro-Ankara siguen lanzando fuertes ataques para tratar de apoderarse de la presa de Tishrin y del puente de Qara Qozat, mientras Turquía persiste en movilizar sus fuerzas y amenaza con lanzar una operación militar de gran envergadura para capturar la ciudad de Kobanê y las aldeas circundantes.
En Idlib, donde el Gobierno de Salvación afiliado a HTS tiene el control, el Estado turco mantiene decenas de bases militares equipadas con cientos de soldados, vehículos pesados y equipos avanzados de vigilancia y comunicación, además de otros numerosos puestos militares. Los acuerdos entre Turquía y Rusia, junto con el establecimiento de zonas de desescalada en el noroeste de Siria en el marco del Proceso de Astaná, han dado luz verde a Turquía para desplegar bases militares en varias regiones de la provincia siria de Idlib, según un informe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Siete brigadas militares de las fuerzas turcas están desplegadas en las zonas de desescalada en 49 bases militares principales: 13 en la zona rural occidental de Alepo y 30 en la campiña de Idlib -11 en la zona rural oriental, 13 en la meridional y 6 en la occidental-, además de otras 3 en las zonas rurales de Hama y Latakia. Estas bases están conectadas con docenas de puntos militares que rodean las bases principales, lo que garantiza el apoyo logístico a las fuerzas turcas. Cada brigada de combate está compuesta por 1.500 soldados, lo que significa que el número total de fuerzas turcas en estas regiones es de aproximadamente 10.500, totalmente equipadas.
El informe indica que cada base militar alberga a decenas de soldados, que pueden llegar a ser cientos, especializados en diversos campos como ingeniería, fuerzas especiales, operaciones de artillería y misiles, y comunicaciones. Las bases reciben piezas de artillería, tanques, vehículos blindados, sistemas antiaéreos y equipos de limpieza de minas, además de dispositivos militares de comunicación y torres de telefonía móvil para las redes turcas.
Las fuerzas turcas refuerzan sus bases en estas regiones con 200 tanques, 400 vehículos blindados y 800 vehículos blindados de transporte de tropas, junto con decenas de camiones y vehículos todoterreno. Según el informe, la mayoría de las fuerzas turcas están estacionadas al sur de la autopista internacional M4 Alepo-Latakia, con aproximadamente 25 bases militares situadas a lo largo de esta ruta, lo que significa que más de la mitad de las bases militares turcas están posicionadas a lo largo y al sur de la autopista (ver: Turkey establishes its presence in Syria with 10,000 soldiers and dozens of military bases, Asharq Al-Awsat, 4 de febrero de 2023).
Recientemente, tras el colapso del régimen sirio y la toma efectiva del poder en Damasco por Hayat Tahrir al-Sham (HTS4Traducido como Organización de Liberación del Levante), el gobierno turco inició un rápido proceso de reposicionamiento y redespliegue militar dentro de Siria. Esto incluye discusiones sobre el establecimiento de bases militares dentro del país, particularmente en Hama, Homs e incluso en la capital, Damasco.
En una entrevista con periodistas el 15 de diciembre de 2024, el ministro turco de Defensa, Yaşar Güler, mencionó que Ankara está trabajando para finalizar un acuerdo global sobre entrenamiento militar y cooperación en defensa con Siria. En consecuencia, Turquía se dispone a supervisar la formación del nuevo ejército sirio. La agencia de inteligencia turca5En turco: Millî İstihbarat Teşkilatı, MİT es responsable de servir de enlace con la nueva autoridad de Damasco en lo que respecta a la cooperación en materia de seguridad y de supervisar el establecimiento de los sectores del ejército y de los servicios de seguridad que Damasco pretende formar o reestructurar.
Las fuentes indican que el Ministerio de Defensa turco está desplegando asesores que trabajan entre bastidores para ayudar al Gobierno provisional sirio a gestionar las operaciones gubernamentales, reconstruir las instituciones y reforzar la gobernanza. También supervisan la integración de diversas facciones en el nuevo ejército sirio, incluido el SNA y otros grupos como HTS y otras facciones islamistas que siguen resistiéndose a disolverse. Según el periodista turco Sinan Burhan, el gobierno turco tiene previsto establecer una base militar en Damasco y una base naval en Tartus.
Conclusión
Turquía persigue el papel de guardián de la nueva Siria, alimentando e influyendo en el nuevo régimen para alinearlo con sus intereses estratégicos. Esta tutela turca abarca dimensiones militares y económicas, junto con aspectos sociales y culturales, al tiempo que promueve activamente el papel del «poder blando» para infiltrarse en la sociedad siria y en diversas facciones políticas y grupos armados. Ankara concibe la nueva Siria como una extensión de su propio territorio y un nuevo mercado para sus objetivos. Es plausible que el gobierno turco cree un nuevo ministerio, titulado provisionalmente «Ministerio de Asuntos Sirios».
Los siguientes puntos resumen las principales conclusiones:
Primero: Turquía afirma que ha apoyado durante mucho tiempo a la oposición armada siria, proporcionando protección y refugio a millones de sirios mientras supervisaba la reciente operación militar apodada «Disuasión de la agresión». En consecuencia, Turquía se atribuye el mérito de la victoria militar que condujo al colapso del régimen sirio y a la huida del presidente Assad. Como resultado, quienes han asumido el poder en Damasco son considerados aliados de Ankara, que no habrían podido establecer su autoridad sin el apoyo turco. Esto refuerza la creencia de que Ankara debe ocupar una posición privilegiada en el gobierno de la nueva Siria. Prueba de esta influencia han sido las visitas del ministro de Asuntos Exteriores y el jefe de los servicios de inteligencia turcos a Damasco, sus reuniones con al-Sharaa y miembros del gobierno interino, así como las muestras de ceremonial que acompañaron a estos compromisos diplomáticos.
Segundo: El gobierno turco inició rápidamente conversaciones sobre un acuerdo de demarcación de la frontera marítima con el gobierno provisional, adelantándose a cualquier imprevisto. Se espera que este acuerdo garantice a Turquía derechos y privilegios en materia de exploración de gas y petróleo, oportunidades inimaginables antes de los recientes cambios en Damasco, al tiempo que refuerza su posición frente a sus competidores marítimos, especialmente Grecia, Chipre, Israel y Egipto. Además, Turquía pretende establecer bases militares estratégicas en Hama, Homs y Damasco mientras supervisa la reconstrucción del ejército y los servicios de seguridad sirios, integrando así las estrategias militares turcas en las instituciones estatales sirias. Con estas acciones, Turquía pretende sustituir los papeles de Irán y Rusia, construyendo de hecho un «Estado dentro del Estado» que le permita ejercer el control sobre la nueva Siria.
Tercero: Turquía pretende transformar Siria en un corredor para gasoductos y rutas comerciales internacionales, con estas líneas terminando en puertos y aeropuertos turcos, lo que permitiría a Turquía cosechar la mayoría de los beneficios. Las conversaciones actuales incluyen el gasoducto qatarí, así como la ruta de desarrollo que surge del Golfo e Irak.
- 1Syrian National Army, SNA
- 2Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (DAANES por sus siglas en inglés Democratic Autonomous Administration of North and East Syria)
- 3Por sus siglas en inglés: Syrian Democratic Forces
- 4Traducido como Organización de Liberación del Levante
- 5En turco: Millî İstihbarat Teşkilatı, MİT